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Dramatis Personae

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Filopolímata y explorador de vidas más poéticas, ha sido traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

viernes, 15 de marzo de 1996

La España de Cervantes

La España de Cervantes fue la España de un imperio que tuvo su punto cúlmine en el Siglo de Oro (XVI-XVII), pero con muchas contradicciones internas, como es propio de un imperio. Siempre en la tensión entre un orden fuerte, cerrado (como con Felipe II) y la otra España más cosmopolita, abierta, renacentista. Con una burocracia enorme, en España y en América, con grandes desigualdades sociales: el modelo de Castilla daba lugar a una gran aristocracia y plebe primero, lo que hacía a muchos rondar alrededor de los reyes y cortes (de allí la fascinación de Cervantes por Sevilla) porque eso creaba oportunidades. Una España con posesiones en Italia que lo van a llevar allí a pelear. Una España pluriétnica, con católicos, moros y judíos (aunque en tiempo de Cervantes ya sólo restaba expulsar al os moriscos -moros convertidos- en 1609).
Cervantes trata de viajar a América pero la lucha por los puestos es muy grande, entre otras cosas porque la crisis económica que genera el auge de pícaros, ladinos, carteristas, vividores, también hace que muchos vean en América una salida. También es un mundo de gran corrupción.
Cervantes nace en Alcalá que representa también a la universidad que va a afirmar la tradición filológica por sobre la escolástica tradicional de Salamanca. Se emplea en la burocracia como muchos otros poetas y escritores formaran parte del clero o la armada (de hecho Cervanes quiso seguir la carrera militar). De alguna manera eran las únicas vías de supervivencia honorable. Y América.
Cervantes participa de la batalla de Lepanto contra los turcos como parte de la disputa de España con el Imperio Otomano por el Mediterráneo. Vive duramente la derrota de la Armada Invencible (a la que no puede ir y seguramente con celos de Lope que sí fue). Vive entonces el Siglo de Oro, de grandeds obras literarias (El Guzmán, La Celestina, etc.), de Tirso de Molina, Calderón, Mateo Alemán, el mismo Lope, el siglo del gran honor español, de la posesión de América, y el desengaño de una España que no supo sacar provecho de ello, que degeneró en burocracia y corrupción. Una España móvil, que cambiaba de capital con la corte, que tuvo emperadores extranjeros e, insisto, marcada por el debate sobre qué hacer con tanta riqueza (material  espiritual), con el erasmismo, el protestantismo, el iluminismo.
En síntesis, una vida de "fracasos" en una España "fracasada", desmembrada y que había querido ser épica como el mismo Cervantes. Una España que se cierra con Felipe III como Alonso Quijano volviendo a su casa. La España de la Inquisición y de la Santa Hermandad, del Index (y eso está también en la novela). Económicamente devastada, ya no pudiendo competir con los productos americanos, fruto de una centralización tan férrea y burocrática.

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