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Dramatis Personae

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Filopolímata y explorador de vidas más poéticas, ha sido traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

lunes, 4 de enero de 2016

Xul Solar, una biblioteca en el río


Conociendo a Xul a través de Borges

Podemos conocer a un hombre a partir de sus libros. Xul Solar vivió los últimos años de su vida en una casa frente al río Luján, en Tigre. Allí se llevó con él algunos de los libros de su fantástica biblioteca de la calle Laprida, donde tenía su residencia en la ciudad de Buenos Aires, biblioteca que había fascinado a Borges y frente a la cual mantenían conversaciones con su amigo Xul.

Muchos conocimos a Xul Solar en primer lugar a través de Jorge Luis Borges, de quien fuera amigo y con cuyas empresas colaboró estrechamente al menos hasta que –aparentemente- sus opciones políticas los alejaran (como le habría ocurrido a Xul también con Pettoruti). Xul había persistido en el nacionalismo cuando Borges ya lo había abandonado. El distanciamiento no impidió la continuación del vínculo y mucho menos que Borges continuara recordándolo y escribiendo sobre él incluso hasta en los últimos años de su vida.

Empezando por la dedicatoria que el gran escritor argentino le hiciera en “El idioma infinito”, son conocidas las referencias a Xul en los escritos de Borges así como también todos los testimonios orales en los que habló de él. Compartían, entre diversas pasiones, el interés por los mundos de lo sagrado y las religiones que cada uno de ellos plasmó en sus diversas artes.

Xul probablemente fuera una fuente de esperanza y optimismo para Borges, con quien se juntaba a intentar develar, por ejemplo, los misterios de Browning o Mallarmé. Ambos se interesaron por la filosofía, los misticismos y el lenguaje (entre ellos en particular los unía la inquietud por el idioma alemán, idioma en el que leyeron juntos a Hölderlin, entre otros), la literatura fantástica y el cuento policial, las lenguas artificiales y la numeración duodecimal. Ese diálogo con la literatura y la filosofía siempre estuvo presente en la pintura de Xul. Recordemos que además de Borges, Macedonio Fernández, Leopoldo Marechal y Oliverio Girondo lo frecuentaban. En el caso de Marechal acabó siendo incluso un personaje central de su obra literaria más conocida: el Adán BuenosAyres. Se han trazado también paralalelismos entre Xul, Fernando Pessoa y William Blake. Borges lo comparaba con este último, al que leyeron juntos y a quien, según confesara Borges, Xul le enseñara a admirar especialmente su musicalidad, como también lo harían con la de Swinburne .

Borges recordaría además la gran admiración de Xul por el pintor suizo Paul Klee y como se deleitaban repitiendo un verso del poeta alemán Johannes Becher: “Musik! Musik! kann euch vorm Tode lösen” (¡La música! ¡La música! Puede salvarnos de la muerte”). Mucho aprendió Borges del expresionismo alemán gracias a Xul, movimiento que a ambos les interesaba especialmente por su búsqueda de una fraternidad humana y de un mundo místico, sin fronteras, mágico y de ensoñaciones orientales. Borges admiró las visiones encantadas del IChing de Xul en sus San Signos y recibió la ayuda de éste para “penetrar en los laberintos de cabalistas y de gnósticos”. Juntos no se cansaron tampoco de leer al gran místico sueco Swedenborg.

Recordemos que nuestro pintor fue uno de los pocos a quienes Borges consideró sus maestros (entre los que estaban también Macedonio Fernández y Cansinos Asséns). Ambos, Borges y Xul, compartieron proyectos artísticos e intelectuales, se inspiraron e influyeron mutuamente en la construcción de sus mutuos universos imaginarios. Sus diversos intereses, en la literatura, las matemáticas y las religiones, el arte y lo oculto, sin dudas contribuyeron también a que Xul creara léxicos visuales y dieron lugar a la importancia del aspecto lúdico en ambos pues les gustaba jugar con el universo (recuerda Borges que Xul odiaba la palabra “juguete”, la que le parecía refería a “un jugo inmundo”) y realizar metafísicas bromas. Pero Borges conjeturó que el humorismo de Xul tal vez lo perjudicó e hizo que no se lo tomase lo suficientemente en serio.

Sus preocupaciones intelectuales compartidas entonces, sus amores por las diversas lenguas y geografías, sus creaciones de mundos los acercaban, así como la curiosidad y el cultivo de la ironía. La creación de lenguas como la panlengua y el neocriollo no podían sino seducir a Borges quien dijo sentirse indigno de muchas de sus enseñanzas. Veía en Xul algo de la sabiduría del niño que vive recreando el mundo puesto que no lo acepta, que había leído demasiado y quería cambiar las cosas. Pero la efectividad de esos cambios se tornaba dudosa así como tal vez nunca se jugó efectivamente al panjuego o panajedrez por Xul creado puesto que nunca se terminaba de diseñar1, como si se tratara de la autobiografía de Ginés de Pasamonte, aquel personaje de Cervantes. Ese “complejo ajedrez duodecimal”, como lo llamara Borges, supuestamente podía ser utilizado para crear poemas, desarrollar ideas, escribir música, creándose en la marcha del juego un mundo utópico de carácter laberíntico.

Como Borges, admiraba Xul a autores y artistas que lo alejaban de las menciones culturalmente impuestas. Fue un místico solitario, artista de vasta cultura que Borges detectó e hizo parte de su propia obra. Interesados ambos en los lenguajes artificiales, Xul colaboró con las esperanzas de Borges al respecto y con su inquietud por la arbitrariedad de los mismos para ordenar el caos de la realidad.
           
          Mucho se ha escrito sobre Xul Solar y el cuento “Tlon Uqbar Orbis Tertius” de Borges en el que un mundo inventado por una sociedad secreta dirigida por un genio termina por insertarse en la realidad, cambiándola. Así consideraba Borges a Xul. “¿Cómo no someterse a Tlön, a la minuciosa y vasta evidencia de un planeta ordenado?” escribe Borges en su ficción, y sabemos que la pregunta por la posible existencia de un orden en el laberinto del mundo es parte esencial de su obra. Se han estudiado las apariciones de Xul en otros cuentos también, como el peón sin torre para el ajedrez de Pierre Ménard o el profeta en el que se transforma “El tintorero enmascarado Hákim de Merv” en el que el pintor Alexander Schulz escribe Die Vernichtung der Rose (La aniquilación de la rosa), o en “El congreso” y su sociedad secreta que envía a Londres al protagonista a estudiar el esperanto. Borges cita directa o indirectamente a Xul en muchos textos y en muchas conversaciones. Y aún distanciados sigue escribiendo sobre él.
            
          De personalidad desconcertante, de sonrisa permanente y respetuoso del misterio de la vida, humilde como una hoja caída en otoño de uno de sus árboles del Tigre y con un anhelo de anonimato similar al que Borges atribuía a su propio padre, creía paradójicamente sin embargo que todo estaba aún por inventarse. Soñaba y creaba y, por ello, Borges lo llamó “padre de utopías”. También tenemos la imagen que nos dejó de él Marechal en su Adán Buenosayres a través de su personaje novelesco Schultze:

Tenía el astrólogo un cuerpo flaco de casi dos metros de talla, una cabeza de frente anchurosa y cabellos argenteados y un rostro severo que se resentía de cierta palidez terrosa, comparable a la de los bulbos y se animaba con la luz de unos ojos grises cuyo mirar caía de pronto sobre uno como un puñado de ceniza”.

Y más adelante:

“…mientras algunos lo creían galopando su tercera infancia, otros no vacilaban en adjudicarle todos los años de Matusalén, sin contar a los muchos que, renunciando al sudor especulativo, le atribuían la simple y llana inmortalidad del cangrejo. Yo sé decir que algunas veces, y sin duda en relación con ciertas oposiciones astrales, mostraba Schultze las huellas de una decrepitud infinita; y que otras, bajo signos más favorables, alardeaba de locos arrebatos que lo inducían a bailar una noche entera en el Tabarís, o a entonar en los almacenes de barrio canciones libres que hacían enrojecer a los cautelosos malevos de Villa Ortúzar”.



Xul fue un hombre que no aceptó una realidad no poética. Politeísta y visionario entregado al pensamiento y a la plegaria, en su obra como en Borges el sueño invade la realidad pero aquí en pinturas metafísicas. Para el escritor se trataba nada más y nada menos que de un genio , “hombre versado en todas las disciplinas, curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguaje, de utopías, de mitologías, huésped de infiernos y de cielos”, que no hemos sabido merecer. Borges siempre propugnó el reconocimiento para Xul Solar: “Xul Solar es uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época”, “quizás el único ciudadano cosmopolita del universo que conocí”.

Siento entonces que tengo que empezar a descubrir su biblioteca tigrense y me encuentro allí con Le jeu, la change et le hazard del matemático francés Louis Bachelier y pienso en “Pierre Menard, autor del Quijote”. Pero no lo abro, me llama más la atención la edición de Un bárbaro en Asia de Henri Michaux. En el prólogo a este libro Borges escribe lo siguiente:

Henri Michaux (1899-1984), un hombre sereno y sonriente, muy lúcido, de buena y no efusiva conversación y fácilmente irónico. Descreía de París, del culto, entonces de rigor, de Pablo Picasso (…) Todo esto se confirma en su libro Un barbare en Asie. Admiraba la obra de Paul Klee y la obra de Giorgio de Chirico. A lo largo de su larga vida ejerció dos artes: la pintura y las letras. En sus últimos libros las combinó. La noción china y japonesa de que los ideogramas de un poema se componen no sólo para el oído sino también para la vista, le sugirió curiosos experimentos. Como Aldous Huxley exploró los alucinógenos y penetró en regiones de pesadilla que inspirarían su pincel y su pluma.
    Casi todo eso nos recuerda a Xul, sereno y sonriente, muy lúcido y fácilmente irónico, no creyente en los cultos de rigor, admirador de Paul Klee, ejercitador de la pintura y las letras, combinador de las mismas, experimentador de los cruces de sentidos y penetrador de regiones de pesadilla que inspirarían su pincel y su pluma.

El buscador

Xul quería comunicar aquello que había encontrado después de décadas continua búsqueda. Porque Xul era un buscador. Su biblioteca revelaba su insaciable curiosidad. Marechal lo retrata en su Adan BuenosAyres buscando el camino, su Tao. De allí el símbolo recurrente de la escalera. Como Erasmo, como Shem Tov, siempre fue un alma vagabunda y en búsqueda. Sabía de la riqueza y complejidad del universo, y que había realidades distintas para explorar. Entre ellas, la Munich de Goethe, Jung, Klee y Steiner, la Florencia de Dante y el Milán de D’Annunzio y Pirandello. Pero fue en el Londres de Blake, Crowley, Yeats y Turner -y quizás especialmente en la biblioteca del Museo Británico- donde exploró un universo entero de saberes. En el centro de esos encuentros hallamos la constante interrelación entre la poesía y la pintura.

Cuando partió con destino a Londres lo hizo ante el hastío que percibía. Ruth Benedict sugiere en Patterns of Culture, libro que Xul tenía en su biblioteca de Tigre, que en sus ceremonias religiosas los kwatiutl en última instancia buscaban el éxtasis. El bailarín principal, en el punto más alto de su performance, debía perder el control de sí mismo para ser absorbido en otro estado de la existencia. La Guía espiritual de Miguel de Molinos, escritor místico y teólogo español del siglo XVII, que también se hallaba en la biblioteca tigrense, reza en su subtítulo "que desembaraza al alma y la conduce por el interior camino para alcanzar la perfecta contemplación y el rico tesoro de la interior paz". Molinos exponía aquí el que suponía el mejor camino para llegar a Dios, para el cual el alma debía quedarse quieta produciendo una nada. Esta doctrina se halla curiosamente muy cercana al budismo y a su búsqueda del nirvana, y sabemos cuán atraído por el budismo se encontró Xul en la última etapa de su vida. No sorprende recordar tampoco el apasionado interés que Miguel de Molinos despertaba en Lezama Lima, cubano cuya literatura estuvo marcada asimismo por preocupaciones místicas y orientalismos.

            También se hallaba en la biblioteca de Tigre La Gerarchia Celeste de S. Diongi el Aeropagita, seudónimo de un anónimo teólogo y filósofo cristiano del tardío siglo V y comienzos del VI, autor de un corpus de escritos místicos. Identificado en sus obras también como “Dionisios” y retratándose como la figura de Dionisios el Aeropagita, el ateniense, escribió esta obra sobre angelología encontrando espacio para escapar de las jerarquías celestes y explorando el mismo para realizar directamente la relación con Dios.
          
            De Khalil Gibran, autor que como Xul también tuvo una etapa de mayor exteriorización y otra de una interiorización más intensa, se había llevado al Tigre el conocido El Profeta. En ambos autores, en realidad, estas dos etapas se dan simultáneamente como ocurre con las tensiones constantes de una búsqueda de santidad. Ese había sido también el objetivo que perseguía Marcel Granet en otro libro que encontramos en esta biblioteca: La pensée chinoise. En un pensamiento que como el de Xul amaba las paradojas y las imágenes nos topamos con recetas de santidad, un arte de la larga vida y una mística de la autonomía. Ni en Granet ni en Xul se persigue esencialmente la gratificación intelectual, el placer de las ideas y el pensamiento, sino sobre todo esa santidad, el vivir bien y en armonía con el mundo. Pero para ello primero debía despertar el poderoso “fuego volcánico en uno” gracias al trabajo alquímico iluminador de los rosacruces que nos devela el The little mystic-magic picture book que hallamos en otro estante.
            
            Lo que William James, cuyo libro Philosophie de l’experience estaba en Tigre, llamaba la “enfermedad de su alma” solo se resolvería después de un largo período de búsqueda filosófica. Xul también tenía la biografía del conde de Sain-Germain realizada por Jean Moura y Paul Louvet, Saint-Germain le rose-croix immortel, aventurero del siglo XVIII que le prometiera a Luis XV “el descubrimiento más rico y más raro que se haya hecho” y que en todos los lugares donde viajó buscó montar investigaciones sobre los pigmentos y los colores. Y asimismo encontramos en otro estante un libro de León-Paul Fargue, otro pintor, poeta y músico que tenía deseos de hacerlo todo y que sentía que elegir en nuestro espíritu era sacrificar todo el resto, que estudiara con Bergson y que guardó del simbolismo el gusto de la música de las palabras, y que sobre todo constantemente rechazaba lo que consideraba la rutina burguesa. Como Xul, que pintaba con sus sentidos de niño, Fargue era también el poeta de la infancia que buscaba “los ojos de lo desconocido” en el costado del cielo más sombrío.

            Xul seguramente hurgaba a la vez en Die Christlichen Kirchen des orients (Las Iglesias cristianas de oriente) del Dr. Konrad Lübeck y en Dolor sexo y tiempo (Nuevo aspecto de la evolución y futuro del hombre) de Gerald Heard, otro buscador que no encontraba conflictos entre la ciencia, la literatura y la teología, y que fue el primero entre un grupo de amigos literatos (entre ellos Christopher Isherwood) en descubrir el Swami Prabhavananda y el Vedanta. Lübeck creía, como su amigo Aldous Huxley y como Xul Solar, que un ser humano puede conseguir una evolución intencional de la conciencia, de allí que probara el LSD y sintiera que tenía un gran potencial para ampliar la mente y permitirle a una persona ver más allá de su ego. Esa búsqueda por la autotrascendencia conciente y la autotransformación permanente era vitalmente importante para Xul Solar. Por ello quizás tuviera en su biblioteca las Initiations lamaïques des theories-des pratiques-des hommes de Alexandra David-Neel, seudónimo de Louise Eugénie Alexandrine Marie David, exploradora y orientalista anarquista, espiritualista y budista franco-belga conocida especialmente por su visita a la ciudad prohibida de Lhasa en 1924, y que escribiera decenas de libros sobre religiones orientales, filosofía y sus viajes. Además de en Xul Solar, Alexandra influyó en Jack Kerouac, Allen Ginsberg y Alan Watts. Se dice que cuando ya tenía 100 años emprendió un viaje al Himalaya buscando la iluminación rodeada de peregrinos. Sin dudas, esa vida enteramente dedicada al descubrimiento tenía que haberle impactado a Xul.2
            
           También tenía nuestro pintor en Tigre el primer manifiesto surrealista de Bretón, ese buscador del oro del tiempo según ha quedado grabado en su epitafio, y La agonía del Cristinianismo, de Unamuno, para quien agonizaba todo aquel que vivía dudando y concebía la vida cristiana como agonía de la fe pero ésta había dejado de ser tal al haberse convertido el cristianismo en un Estado. ¿Tal vez por eso solo encontramos en la lista de libros de su biblioteca tigrense “La ida” del Martín Fierro, su primera parte más anarquista, escrita contra el Estado, cuando su autor era perseguido, y no La Vuelta escrita desde la voz del Estado?3 Y no es quizás casual que inmediatamente después encontremos en su biblioteca El Proceso de Franz Kafka, obra de transformaciones místicas y cuyo autor influyó mucho en Borges, que tenía también a Goethe entre sus autores preferidos, que había heredado lenguas diversas de sus padres igual que Xul, que buscador al fin comenzó a estudiar química en la Universidad de Praga habiendo probado también historia del arte y filología alemana, que impresionaba como Xul a los demás con su aspecto infantil y su gran inteligencia, además de su particular sentido del humor y al que, como a Xul, le interesaban y escribiera parábolas aforísticas. En sus cuadernos íntimos Kafka habla de “demonios”, de “asalto a las últimas fronteras terrenales” y otras expresiones que aluden a un mundo oscuro y desconocido. Como Kafka, Xul fue –más allá de sus sonrisas- también un ser por momentos atormentado y complejo que gozó igualmente de la vida con una rara y original intensidad. Como en Borges, los protagonistas de Kafka se enfrentan con frecuencia a un mundo basado en reglas desconocidas, paradójicas o inescrutables. Por ello se ha hablado de Kierkegaard como antecesor del punto de vista más íntimo de Kafka y otros han apuntado al anarquismo (lo que nos devuelve a La ida del Martín Fierro). Benjamin rechazaba la idea de Brod según la cual Kafka se hallaría en camino a la santidad y hablaba de la tensión entre la tradición mística y la experiencia de la ciudad. Según decía Benjamin, Kafka “vive en un mundo complementario” como Klee, cuya pintura estaba esencialmente aislada en su esfera propia. Como Xul, podríamos agregar nosotros. Maestro de la parábola como Xul, nada psicológico como Xul, tuvo sí al igual que Kafka una obsesión por las interioridades del poder. Ambos Xul y Kafka estaban invadidos por una insatisfacción que los convirtió en buscadores.4 En El Proceso, que es la obra que encontramos en su biblioteca tigrense, el protagonista se adentra en una pesadilla de inaccesibilidad a la ley y termina conversando con un sacerdote, capellán de la cárcel.

            Finalmente, nos es dado suponer que Xul buscó en Tigre develar otros secretos. Algunos quizás más simples mediante la lectura del libro de C. L. Griffith, The story of letters and numbers, pero otros quizás más complejos especialmente en textos como Theory and Magic and Buch Vier de Aleister Crowley.5


Un cosmopolita en el río

Borges, que no carecía de esa cualidad, definiría también a Xul como un cosmopolita. Para empezar, habitó múltiples idiomas. Se crió con el alemán de su padre, el dialecto italiano de su madre, y las lenguas que se mezclaban en Tigre y Buenos Aires a comienzos del siglo XX. Se dice que aprovechó una convalescencia en el Hospital Fernández para aprender ruso de un miembro de ese país con quien compartía la habitación. “Exquisito estrellador de cielos y de idiomas”, como lo definiera Macedonio, se supone que manejaba el además el francés, el inglés, el portugués y el guaraní, además de de tener conocimiento del latín, el griego, el mandarín y estudios del sánscrito. La panlengua justamente representaba el sueño de una lengua cosmopolita para un ciudadano del universo, y su panteísmo suponía una búsqueda de identificación con todos los seres humanos. De Europa se abrió al oriente y, al volver a Argentina y luego específicamente a Tigre, se trajo consigo al mundo.

Voy entonces a su biblioteca de Li-Tao, nombre de su casa tigrense frente al río que combinaba el nombre de Lita con el Tao, y encuentro manuales de indostaní, otro de gramática práctica del idioma finés para el autoestudio, libros para estudiar alemán, otro para el aprendizaje de la lengua árabe, uno sobre el dialecto coloquial de China del norte, otro sobre la gramática elemental del sueco, otro de gramática del griego antiguo, un nuevo vocabulario inglés-español con todas las palabras en uso y su pronunciación figurada, un pequeño diccionario inglés-español, una gramática de la lengua japonesa hablada, un abc del uso del inglés, un diccionario castellano-guaraní, un diccionario de la lengua griega y alemana, un diccionario latín-inglés, un diccionario ruso-alemán y una guía para las conversaciones entre esas lenguas, un método para estudiar el sánscrito y un libro sobre la pronunciación del inglés, todos estos libros escritos en los más diversos idiomas.

Recuerdo que Khalil Gibrán, presente como vimos en su biblioteca, también era un cosmopolita. Pero veo encuentro allí un libro que revela una vida quizás más interesante en términos del cosmopolitismo de Xul: el resumen de la Doctrina Secreta de Madame Blavatsky, quien viajó por Egipto, Turquía,Grecia, Lodndres, Canadá, EEUU, México, Sudamérica, India, Java, el Tibet, Francia, Alemania, el Cáucaso, Rusia, los Balcanes, Siria e Italia, Chipre, Ceilán (actual Sri Lanka), entre otros lugares. También nos es relevante aquí la vida de William James, de quien Xul se había llevado al Tigre su ya citado Philosophie de l’experience y cuya educación hogareña había alentado el cosmopolitanismo e hizo que viajara catorce veces a Europa. Pero de repente me encuentro con una extraña publicación: un libro sobre Postumia y sus grutas, ciudad y municipio del suroeste de Eslovenia conocida por sus cuevas, eje de comunicaciones terrestres que unía Viena, Liubliana y Trieste, única salida al mar del imperio austrohúngaro cuya cosmopolita monarquía desarrolló una protoindustria turística en torno a la cueva haciendo que la ciudad cuente con una de las infraestructuras turísticas más antiguas del mundo. ¿Había Xul visitado ese lugar?

            También Saint-Germain cuya biografía mencionamos había sido un personaje que hablaba y escribía griego, latín, sánscrito, árabe, chino, francés, alemán, inglés, italiano, portugués y español, entendiendo asimismo algo de polaco, y había huido de Francia bajo la presión de asuntos sombríos, viajando por Prusia, Rusia, Italia, Inglaterra y Austria, país en donde se lo ve con frecuencia en Viena, cuartel general de los rosacruces, deteniéndose finalmente en la corte de un ferviente alquimista.6 Xul tenía además en su biblioteca tigrense una biografía de Fourier, quien viajara también extensivamente por Europa y cambiaría a menudo de residencia para poder experimentar nuevas cosas. Los diversos pueblos y culturas que conoció como viajante de negocios fueron sin dudas una fuente importante para sus pensamientos.

            En otro estante descubro Los Cabalistas, de Isaac L. Peretz, quien había impulsado la idea de países multinacionales, defendiendo al pueblo sobre el Estado y las culturas nacionales distintivas por sobre las fronteras políticas. Asimismo encuentro las Cérémonies et coutumes qui s'observent aujourd'hui parmi les juifs, avec un supplément touchant les sectes des caraïtes et des samaritains de notre temps de León de Modène, erudito veneciano que estudió literatura, danza y lenguas, que fue rabino de Venecia pero también escritor, músico y fabricante de amuletos, que ayudaría al redescubrimiento del Oriente y de las religiones no cristianas y cuya obra prefigurará un estado de espíritu que instaurará la crítica bíblica y una visión desacralizada de los textos religiosos.7 En esa línea también se encuentra en su biblioteca Quelques concepts fondamentaux des hindous de Arthur Avalon, seudónimo de Sir John George Woodroffe, publicación que reúne las conferencias que diera en la Sociedad Artística y Literaria Francesa de Calcuta. Este orientalista británico ayudó con su obra a generar en Occidente un profundo y amplio interés en la filosofía hindú y en las prácticas del Yoga.

Imagino ahora a Xul abriendo frente al río su biografía de Paracelso, quien viajó bastante en busca del conocimiento de la alquimia, y las Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad de Herder, filósofo y teólogo alemán muy influenciado por Kant e instigador del Sturm und Drang que inspiró al joven Goethe -aunque luego éste se distanciara de aquél. Si bien Herder le diera un papel esencial a las creaciones propias de cada pueblo, no era un nacionalista sino un cosmopolita, por eso a pesar de ser pastor estaba en contra de la evangelización al considerarla destructora de culturas. Por eso tampoco es raro encontrar en su biblioteca de Tigre la Einleitung in den Koran (Iniciación al Corán) del Dr. Gustav Weil, orientalista alemán que hablaba hebreo, latín y árabe y fuera profesor de francés en una escuela médica egipcia, país en el cual aprendió persa moderno y el turco que luego perfeccionaría en Constantinopla. No en vano fue el responsable de la primera traducción íntegra al alemán de Las mil y una noches.

            Además de un libro indescifrable para mí escrito en ruso y otro sobre el simbolismo oriental y griego de los números, poseía también Xul en Tigre un manual de inglés comercial y una historia del Japón, un drama kabuki y el gran libro del escritor y pintor belga Henri Michaux, Un bárbaro en Asia, con el que se puede viajar por Asia siguiendo sus diferentes impresiones sobre los países que atraviesa y sus culturas, preguntándose con tono humorístico lo que los europeos podrían aprender de esas poblaciones. Pero en cuanto al lejano oriente, además de un libro sobre el arte y la filosofía en el Japón antiguo, lo básico de la lengua china Xul tal vez intentara aprenderlo del libro de James Summers, The Rudiments of the Chinese language, with dialogues, excercises, and a vocabulary, académico británico contratado por el gobierno de Meiji del Imperio del Japón para establecer un currículum de lengua inglesa en el Kaisei Gakuin (el precursor de la Universidad Imperial de Tokio).8

            Finalmente encontramos el libro de Graf Hermann Keyserling, Das Spectrum Europas. Graf Keyserling fue un filósofo alemán báltico, nacido en el imperio ruso en lo que actualmente es Estonia, cuya abuela fue descendiente de Gengis Kan. Luego de estudiar en Dorpat , Heidelberg y Viena, efectuó un viaje alrededor del mundo. Se interesó por las ciencias naturales y la filosofía, estudió geología y fundó la Gesellschaft für Freie Philosophie (Sociedad para la Filosofía Libre) en Darmstadt. Mudado a Alemania, se casó con la nieta de Otto von Bismarck y tuvo por hijo a otro conocido filósofo, Arnold Keyserling. En este libro que Xul tenía en el Tigre ofrece imágenes de la naturaleza de los pueblos europeos y descripciones de las mentalidades nacionales, llegando a la conclusión de que el conjunto de Europa era esencialmente un fantasma.9


Conocimiento/saber
Quiquid non creditur ars est, tonat coelum ignaro Jove
(Sea lo que se cree que la técnica es, consciente del cielo truena Júpiter)
Sentencia del Fausto resaltada en el ejemplar que poseía Xul Solar en Tigre.

      La aventura xuliana es una aventura del conocimiento y del saber, su arte buscaba una revelación de los sentidos ocultos de las cosas. Tal vez haya aprendido esto de Dante, curas raíces esotéricas estudiara Guenón (quien naciera el mismo año que Xul y a quien Xul también leía). El romanticismo había revalorizado las fuentes esotéricas del saber oculto y Xul, junto a William Blake, suponía la existencia de una unidad mística del universo. Aleister Crowley, a quien conoce en Londres, ya había abandonado la universidad por considerarla sede de saberes muertos. Y le pareció encontrar saberes vivos en Rudolf Steiner, a quien escuchó disertar en Stuttgart. El impacto que causó Steiner en él hizo que se trajera a la Argentina treinta libros del fundador de la antroposofía. No en vano le dedicaría además luego una pictografía. Xul sospechaba, como suponía su amigo Girondo, que “la realidad nos teje diariamente una telaraña en las pupilas” y por ello se trataba de descubrir lo oculto. Pero no todos creían en la sabiduría que Xul iba acumulando:

el sentir popular andaba igualmente dividido: había quienes lo imaginaban en el grado último de la iniciación védica, y quienes lo suponían flotando en las excelsas regiones del macaneo teosófico, amén de algunos que, demasiado suspicaces, lo reverenciaban como el humorista más luctuoso que hubiese respirado las brisas del Plata”


           Xul estudiará también los libros de los antiguos maestros místicos como Jakob Böhme y Emanuel Swedenborg ya que, versado en todas las disciplinas según Borges, busca correspondencias con un orden cósmico oculto para alcanzar una especie de sabiduría universal. El ensayo del conocer xuliano se sitúa, por otra parte, dentro del mundo de las ciencias ocultas en la ciudad de Buenos Aires que incluían al astrólogo de Arlt y las fuerzas extrañas de Lugones. Su biblioteca era testimonio de un ansia de saber que desafiaba las limitaciones del positivismo, con el mareo de la metafísica macedoniana de la que también bebió y que le llevó a una mística de conciliación con la naturaleza en el Tigre y de contemplación a la hora del conocer: para William James justamente aquello que nos permitiría creer. Decido volver a abrir entonces su Philosophie de l’experience en la que diferencia dos tipos de espiritualismo: el teísmo y el panteísmo. El primero establece una dualidad entre hombre y Dios; el panteísmo, en cambio, identifica al hombre con Dios y la tendencia contemporánea, sostenía James, era hacia el panteísmo.10 En su momento se sumó a la Sociedad Teosófica e interactuó en su vida con su padrino Ralph Waldo Emerson, el ya mencionado Henri Bergson y Macedonio Fernández, amigo de Xul.

            La fascinación por lo oculto de Xul no está lejos de la de Pessoa, penetrando en ese territorio que “los angeles temen pisar”.11 Pero, a diferencia de lo que ocurre con Xul, en Pessoa cualquier tentativa de huir del laberinto borgiano es infructífera y no hay otra solución sino abdicar frente a la supremacía del misterio, aquello que William Blake admiraba, especialmente el de la naturaleza porque confiaba en que a Dios le gustaría aparecerse por allí y tal vez por ello Xul la elige para sus últimos años en el Tigre. A Xul le preocupaba lo oculto justamente como aquello que incluía ciencias que se suponía contenían algún conocimiento de esas fuerzas misteriosas de la naturaleza, sin descartar éstas además el conocimiento intuitivo y el razonamiento mediante analogías.
En tanto astrólogo Xul creía además en nuestros lazos con las estrellas: el universo es considerado un drama cósmico contra cuya oscuridad lucha, tal como lo hace también el cabalista. La intensa pasión que guía a este último muestra que el amor y el conocimiento son con frecuencia sinónimos. Y así como el gnóstico busca respuesta al misterio de la existencia, la música de las estrellas también podía ser reveladora para Xul.12 Para Xul lo real pertenecía a otro mundo al que accedía mediante sus visiones a las que corresponden sus cuadros. Pero también lo que uno veía dependía de su imaginación porque es uno quien le da forma al mundo.

El verdadero artista debía para Xul intentar representar aquello que no puede representarse, tender un puente hacia lo oculto. No deja de ser relevante que Marechal lo eligiera para recorrer el camino al conocimiento que implicaba el descenso al infierno porteño. La obra de arte es en Xul una obra de descubrimiento de verdades que debe conducir a la paz y el artista ser guía para la mirada, necesitando a su vez de una lengua que pueda penetrar esa verdad. Su mudanza a Tigre fue también una manera de acercarse a esa verdad. Vuelvo entonces nuevamente a su biblioteca tigrense y vuelvo a abrir Patterns of Culture de Ruth Benedict, libro en el que, empleando los términos de Nietszche para la tragedia griega, describe a la tribu de los zuni como apolíneos y define sus patrones culturales en relación a lo dionisíacos que no son al no escapar de los límites de los sentidos y entrar a otro orden de la experiencia, valorando seguramente Xul al leerlo las iluminaciones del frenesí del que desconfía el apolíneo que con frecuencia tiene poca idea de la naturaleza de esas experiencias, permaneciendo en el mapa conocido y no metiéndose con estados psicológicos disruptivos.

Vuelvo también a abrir la Guía Espiritual de Miguel de Molinos como manual de aprendizaje práctico opuesto al conocimiento escolástico, persiguiendo el autoconocimiento y utilizando el concepto de la nada como medio para alcanzar la divinidad. Este libro ha sido visto como el conjunto de enseñanzas de un maestro que busca facilitar el aprendizaje de sus alumnos “indecisos” o “perplejos”. Pero perplejo no es aquí aquel que conoce sino aquel que no puede saber porque sabe en demasía, y aunque busca una resolución sabe que no puede encontrarla. Tal vez por eso también hallo un texto sobre la Fraternidad Rosa Cruz para la América del Sur, institución cuyo propósito era diseminar una enseñanza sobre el origen, evolución y fin último del ser humano y del universo, transmitiendo una enseñanza astrológica paralela a la cristiana.

Me muevo hacia otro estante y encuentro The Personality of Man, de George Tyrrell, quien explicó los fantasmas como alucinaciones y mecanismos telepáticos. Tyrrell condujo experimentos en precognición y telepatía y se interesó mucho en el espiritualismo. Fue uno de los primeros en introducir temas sobrenaturales o parapsicológicos en la psicología dominante.

Cambiando de estante vuelvo a abrir Sobre la jerarquía celestial (su título castellano, Xul lo tenía como ya vimos en italiano en Tigre) del creador de una teología negativa según la cual solamente nos es dado decir lo que Dios no es, doctrina que ejerció una gran influencia en la ascética y mística cristiana de los siglos XIII a XV y en el quietismo del ya citado Miguel de Molinos. Pero inmediatamente me deparo con First and Last Things: A confession of faith and rule of life, obra de H. G. Wells donde se percibe la influencia del pragmatismo de su amigo William James, enfatizando su escepticismo con respecto a la confianza acrítica en la mente o en los sentidos ya que “el mundo de los hechos no es lo que parece ser”. Las creencias, nos dice allí, no son convicciones sino más bien posiciones a las que se llega “de la misma manera exacta en que un artista hace una pintura”, satisfaciendo “un deseo de armonía y belleza”.

Dejo ahora ese libro porque de reojo descubro The Path of Light: Rendered for the First Time Into English From The Bodhicharyavatara of Santi-Deva, a Manual of Maha-Yana Buddhism de Barnnett, traducción de un importante tratado de budismo Mahayana, y a su lado nuevamente se me aparece El Profeta de Kahlil Gibran (que también fue dibujante y pintor)13, inspirado probablemente en la sabiduría de grandes maestros como Buda o Jesús (sobre quien también escribió una vida imaginaria), en las religiones orientales y corrientes de espiritualidad marcadas por un gran sentido del lo místico (como el sufismo) sin perder semejanza con las creencias animistas de muchas sociedades tribales cercanas a la naturaleza. Igual que Xul, Gibran fue muy influenciado por William Blake y algunas de sus pinturas fueron comparadas con las éste. Es otro que, como Xul, se empapó de todo lo visto, sentido y oído, procurando aprender en todo momento.

En otro estante encontramos las Oeuvres Complétes de René Ghil, poeta y científico francés que rompe con Mallarmé oponiendo al idealismo un materialismo metafísico inspirado en Darwin y en el budismo. Con un sentido armónico en su camino muy desarrollado al punto que decía escribir como compositor más que como escritor, René Ghil trabajó como Xul después sobre la idea de la paridad entre los sonidos y los colores (explorada asimismo por Baudelaire y Rimbaud y que fuera reflexión de numerosos teóricos), intentando traducir los colores en sonidos una vez bien determinados los colores de las vocales y de los diptongos e inmediatamente en el timbre del instrumento. Dentro de estas obras específicamente en el Traité du verbe sistematizó bajo el nombre de “instrumentación verbal” el principio de valor de los sonidos fundamentales que Rimbaud había introducido en su soneto de las vocales. Esta ambiciosa teoría debía permitir, gracias a la orquestación de todos los sonidos, una audición colorida.14 No es difícil imaginar cómo influyó este autor en Xul, especialmente a la hora de diseñar su colorido piano. Oscuras y con frecuencia de difícil lectura como las del mismo Xul, sus obras indican el fracaso de una poesía con una pretensión teórica demasiado fuerte y que, de hecho, a menudo no es más que esotérica, lo que también algunos critican al pintor argentino.

También encontré a Fernando Demaría en la biblioteca, a quien el estudio de la filosofía lo había llevado al convencimiento de que la conciencia más profunda del hombre responde al sentimiento más que a las ideas y a la racionalidad, lo que resultó en su Tratado del Sentimiento, publicado por Ediciones del Hombre Nuevo, fundado entre otros por su amigo Rafael Squirru. Su poesía ha sido condensada bajo el título común de Pampa Roja, cuyas primera parte de las dos primeras ediciones fue ilustrada por su amigo artista Pérez Celis. 

Cambio de rumbo en la biblioteca y hojeo ahora Japanese Buddhism de Daisetzu Teitaro Suzuki, autor japonés de libros y ensayos sobre el budismo y el zen, también traductor de literatura china, japonesa y sánscrita, y veo que también se encuentra en la biblioteca de Xul en Tigre Buddhism as a religion: Its historical developments and its present conditions, de Heinrich F. Hackmann, teólogo protestante alemán y reconocido sinólogo, párroco de la comunidad alemana en Shangai y profesor de historia de las religiones en la Universidad de Amsterdam que viajó por el sudeste asiático para estudiar el budismo.

Pero hay un libro que en esta biblioteca me llamó especialmente la atención: La risa. Ensayo sobre la significación de lo cómico de Henri Bergson, el filósofo francés inflluenciado por Ralph Waldo Emerson y que fuera parte de la reacción espiritualista y vitalista contra las que consideraba limitaciones del racionalismo y positivismo de principios del siglo XX, acreditando valores estéticos y mentales que constituían el “mundo del espíritu” y buscando caminos hacia esos ámbitos.15

Sin dudas otro libro fundamental que encontré para entender a Xul fue el resumen que Katherine Hillard hiciera de The Secret Doctrine. A synthesis of science, religion and philosophy, de Madame Blavatsky, escritora y ocultista rusa (aunque nació en territorio hoy ucraniano), una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica y específicamente de su sección esotérica, quien a lo largo de su vida fue acusada de fraudes y engaños deliberados –además de ser espía rusa- pero a quien también se le atribuyeron poderes mediúmnicos y clarividentes así como la capacidad de producir manifestaciones fenoménicas consumiendo parte de su vitalidad.16 The Secret Doctrine pretendía ser una síntesis del pensamiento científico, metafísico y religioso, que contenería un conocimiento esotérico de los misterios de la religión. La obra se basa en la existencia de un principio omnipresente, eterno, ilimitado, inmutable y que no se ve -porque su comprensión va más allá de la capacidad de inteligencia humana- y no puede expresarse, y la identidad de todas las almas con el Alma Universal. Se trata de un libro seminal del conocimiento esotérico. Se dice además que Blavatasky habría sido una de las primeras en introducir el conocimiento de las religiones y sabidurías orientales en occidente, presentando además fenómenos no explicables por las leyes “conocidas” de la ciencia.

Paso ahora rápidamente por un libro titulado La química al día, la Introducción a la Química Orgánica del Dr. Bernhard Bavink (naturalista y filósofo de la naturaleza alemán) y otro de Wilhelm Heinrich Schüßler, otro alemán, en este caso un doctor que buscó remedios naturales y publicó sus resultados en un diario homeopático teutón, lo que llevó a una lista doce elementos aún populares entre los interesados en la medicina alternativa como Xul lo estaba. También hallé en esa línea la Filosofía homeopática de James Tyler Kent, médico estadounidense que fuera uno de los precursores de la homeopatía y seguidor de una secta fundada por Swedenborg que lo convencería de las causas espirituales de las enfermedades. En esta misma vena curativa encontramos asimismo el Hermetische Medizin -Stein der Weisen- Lebenselixiere (Medicina hermética, la piedra filosofal, Elixires de la juventud ) de G. W. Surya, seudónimo del astrólogo austríaco Demeter Georgievitz-Weitzer.

Pero decido detenerme más en el gran libro de Thomas a Kempis, Imitatio Christi (en versión francesa), obra de devoción Cristiana redactada para la vida spiritual de los monjes y frailes, para algunos inspirada en las obras del místico flamenco Jan van Ruysbroeck. Tomás era hijo de artesanos y pertenecía a una escuela mística que se difundirá especialmente en el norte de Europa. Todas sus obras, pero en especial ésta, están inspiradas por el espíritu ascético y místico que le inspira el amor a Cristo y en general aparecen como respuesta al espíritu intelectualista de su época, presentando a Jesucristo como el único modelo de auténtico conocimiento. Por eso, nos dice, “no podemos confiarnos mucho en nosotros mismos porque frecuentemente nos faltan el buen juicio y la gracia”.17

Luego nos encontramos con La philosophie du moyen Age, de Ëmile Bréhier, filósofo francés que sucedió a Bergson en la Sorbonne, de quién fue un seguidor temprano, y quien aquí encara el problema del conocimiento y el misticismo especulativo en la filosofía de la edad media, considerándola más rica de lo que normalmente se supone. Tambien aparece en otro estante Immanuel Kant con su Prolegomena zu einer jeden künftigen Metaphysik, die als Wissenschaft wird auftreten können (o Prolegómena a cualquier metafísica futura que podrá presentarse a sí misma como ciencia) y su Metafísica Futura en la que enfatiza la importancia de este proyecto antipositivista. Se trata de una visión simplificada de la primera edición de la Crítica de de la Razón Pura, aclaración de lo que consideraba que la metafísica podía ser una vez que hubiera sido llevada a cabo la crítica de la razón pura.18

            No me sorprende ahora hallar el Parsifal de Wagner en una edición original en alemán. Influenciado por Schopenhauer, Wagner se mostró interesado en las filosofías orientales, particularmente el budismo. Esto es claro en su menos conocida Die Sieger (Los victoriosos), un boceto de una ópera basada en una historia de la vida de Buda. Los temas de la reencarnación, la compasión, la renuncia a uno mismo e incluso a los grupos sociales que aparecerían en Parsifal ya habían sido introducidos en Die Sieger. Recordemos además que en la obra es bastante importante el personaje de Klingsor, un nigromante que seguramente cautivara a Xul.

            Entre otros libros de moral, religión, filosofía, ciencia y astrología, encontramos la Lógica de Abel Rey, filósofo francés e historiador de la ciencia que influyó en Bachelard (quien lo sucediera en la Sorbona) y precursor de la cooperación de las ciencias con las humanidades. Pero me interesó aún más el hecho de que del coronel y médico del ejército mexicano Heinrich Arnold Krumm-Heller tenía su Tratado de quirología médica. Diagnóstico de las enfermedades. Krumm-Heller fue un alemán que participó de la revolución mexicana pero cuya mayor atención la había dedicado a estudiar esoterismo, espiritismo, teosofía, ocultismo e iluminación espiritual.19 Se convirtió en el doctor privado del futuro presidente mexicano Francisco Madero en 1911 y se supone trabajó como agente de inteligencia tanto para el servicio secreto mexicano como el alemán, incluyendo una misión diplomática a Argentina. El gobierno alemán lo consideraba, por lo menos, “extraño”, tal vez mentalmente extraviado, como algunos veían a Xul, pero leal y comprometido con su país. Estando en México también fundó la Society of the Iron Cross y después de volver a Alemania se convirtió en un obispo de la Iglesia Gnóstica. Como Xul, también conoció a Aleister Crowley y fue muy influenciado por sus concepciones místicas. En Perú recibió el nombre simbólico de Maestro Huiracocha, con el cual sería conocido en los círculos esotéricos.

           Vuelvo ahora a la biografía de Saint-Germain, quien también era un hombre de gran saber en química y alquimia además de ser un calificado pintor. Se decía que había transmutado una pieza de plata en oro y que había logrado la gran obra alquímica que permite alcanzar la inmortalidad. El mismo habría bebido ese elixir que le habría permitido vivir de dos a cuatro mil años, de allí que pudiera eventualmente relatar las intrigas de la corte de Babilonia. De alguna manera como a Borges le parecía mentira que haya muerto Xul, Voltaire escribió de aquel en una carta a Federico II: “Es un hombre que no muere nunca, y que sabe todo”. Más moderado, Saint-Germain habría dicho que tenía 300 años y su empleado doméstico, interrogado sobre el asunto, habría respondido: “No puedo decirle: hace solamente 100 años que trabajo para él”. Virtuoso en el clavicordio y el violín, componía música también. Como si fuera Borges hablando de Xul, Casanova se refirió a él como un “sabio, [hablando] perfectamente la mayor parte de las lenguas (…) de una figura agradable”. Pero Giacomo Casanova sospechaba de cierta impostura en el conde y describe en sus memorias varios encuentros con el “celebrado y erudito impostor”. Afirmó que como conversador no tenía igual, que se presentaba como una maravilla y siempre buscaba sorprender, lo que con frecuencia lograba, cual Xul Solar podríamos suponer.20

            Vuelvo brevemente al libro de Fargue, de quien Saint-John Perse decía que sus versos tenían la gracia de un canto puro a lo más secreto del ser, acompañando la sombra de las cosas hacia su claridad primera, pongo a un costado Los cabalistas de Isaac León Peretz y decido abrir también Die Plastik Des 20 Jahrhunderts (La escultura del siglo XX) de Werner Hofman, historiador del arte austríaco, curador y director de museo, considerado uno de los académicos europeos de arte moderno más distinguidos y conocido por haber conectado la Escuela de Historia del Arte de Viena con la de Hamburgo. Su obra fue altamente interdisciplinaria, tomando ejemplos de la música, la filosofía y la literatura para elucidar de nuevas maneras lo que eran en muchos casos muy conocidas obras de arte.

          Sin dudas un texto clave de la biblioteca tigrense a la hora de pensar el drama del conocimiento en Xul Solar es el Fausto de Goethe, cuyo personaje se esfueza en aprender todo lo que puede ser conocido, lejos de propósitos morales y, desesperado por la insuficiencia del conocimiento religioso, humano y científico se vuelve, quizás como también Xul, hacia la magia. Esta parábola sobre el conocimiento situaba la ciencia y el poder en el contexto de una metafísica moralmente interesada que obviamente inquietaba a Xul. Después de rápidamente hojear los Ëtudes de Theologie Mystique de Guibert, P. y Joseph, S. I. y la Classification Universelle systématique et cordonnée des connaissances humaines de Maurice Phusis, abro Dolor, sexo y tiempo. Nuevo aspecto de la evolución y futuro del hombre de Gerald Heard. Su nombre era en verdad Henry FitzGerald Heard, escritor de temas científicos y filósofo cuya obra influyó en el movimiento de desarrollo de la conciencia que se esparció en el mundo occidental desde los años 60. Heard afirmaba que vivimos una humanidad individualizada en psiquis separadas que solo pueden conocer su propio placer y dolores privados, infiriendo solo débilmente el sufrimiento de otros. 21 En este libro argumenta que en la evolución la humanidad adquirió una vitalidad que nos hace más sensibles al dolor y nos empuja hacia la transformación de nuestras capacidades mentales. Heard –que era el único intelectual que H. G. Wells escuchaba en la radio- representaba asimismo para Aldous Huxley un intento de reinterpretar a la luz del conocimiento moderno las enseñanzas de las filosofías religiosas tradicionales. Y probablemente jugara ese papel también para Xul Solar.

            Dejo a un costado un libro titulado An introduction to the study of minerals with a guide to the mineral gallery y me encuentro con Lo santo, lo racional y lo irracional en la idea de Dios de Rudolf Otto, eminente teólogo protestante alemán, erudito en el estudio de las religiones. Otto pensaba lo sagrado como aquello que es numinoso y misterioso, concepto que explicó como una «experiencia no-racional y no-sensorial o el presentimiento cuyo centro principal e inmediato está fuera de la identidad», siendo a la vez terrorífico y fascinante. En este libro analiza las categorías de lo santo y lo numinoso, parte de nuestra experiencia religiosa fundamental.22

            Paso también por alto los Apuntes de aritmética elemental: estudio sobre la representación gráfica de las fracciones y proporcionalidad de las cantidades de Lidia R. Bosatta y me detengo en The Seven Great Problems of Astrology de Charles Ernest Owen Carter, considerado uno de los maestros de la astrología en su tiempo y cuya obra todavía influye hoy. Fue uno de los fundadores de la Facultad de Estudios Astrológicos de Londres, segundo presidente del Astrological Lodge de la Sociedad Teosófica durante muchos años y fundador de la revita Astrological Quarterly que editó durante más de treinta años. También tenía Xul de él en Tigre The principles of astrology: theoretical and applied. Pero rápidamente me llama Il libro degle splendori: opera martinistica di Elifas Levi, quien se había propuesto en este trabajo el comentario del rabino Ben-Schimeon-Jochal en Siphra Dzeniuta, obra cabalística fundamental ligada a El Zohar. Eliphas Lévi o Eliphas Lévi Zaled (en hebreo) es el seudónimo adoptado por el mago y escritor ocultista francés Alphonse Louis Constant, amigo de Flora Tristán (la gran viajera y escritora peruana, abuela de Gauguin). Alphonse estudió la doctrina de los antiguos gnósticos y los escritos piadosos de los místicos y fue autor de la la Biblia de la libertad, obra por la que fue condenado a prisión donde leyó por primera vez a Swedenborg.23 Enriquece, como Xul, sin cesar su biblioteca y, consagrado maestro masón, asiste a las reuniones de la logia Rosa del perfecto silencio.

            Obviamente que en nuestra reflexión sobre el conocimiento en Xul Solar no podía faltar Rudolf Steiner con su Die Rätsel der philosophie. In ihrer Geschichte als Umriss dargestellt (Los enigmas de la filosofía. En su historia como un esbozo), libro en el que recorre las distintas concepciones del mundo que, como enigmas filosóficos, han surgido en el mundo occidental. El filósofo austríaco, ocultista y fundador de la antroposofía, derivó su epistemología de la visión del mundo de Goethe, según la cual «el pensamiento es un órgano de percepción al igual que el ojo o el oído. Del mismo modo que el ojo percibe colores y el oído sonidos, así el pensamiento percibe ideas».24 Fue quizás el portavoz más sofisticado de la tradición esotérica. Por eso Xul lo leía tanto. También estaba en su biblioteca tigrense una edición de dos conferencias suyas titulada Antroposofia: Mensuario de la ciencia del espíritu. En tanto afines a las preocupaciones de Xul Solar, debemos recordar también aquí especialmente los Dramas-Misterio de Steiner, obras de teatro de argumento espiritual en el que los personajes se ven sometidos a diversas pruebas relacionadas con el camino de la iniciación. También ha llegado a hablarse de pintura antroposófica, cuyo tema es por lo general espiritual partiendo su técnica del color para llegar a la forma.25

            Pasando injustamente por alto el Tratado de quimica orgánica de Clemente E. Gentile, encuentro un libro de Delia Kamia (seudónimo de Delia Ingenieros, hija de José Ingenieros), Memorias de una maga. Delia era una bióloga, maga y ensayista argentina que colaboró con Borges en Antiguas Literaturas Germánicas. En estas Memorias nos encontramos con las aventuras de una ilusionista que, seducida por el encanto de lo maravilloso abandona su profesión científica. Pero dejo a Delia y me encuentro con El cardenal de Henri Morton Robinson, un best seller en su época que es ante todo la biografía espiritual de unos años de consolidación del catolicismo norteamericano y es la extensa historia de un sacerdote estadounidense que llega a ser un príncipe de la Iglesia Católica.26

            Para entender mejor a Xul siento, sin embargo, que debo volver al libro de Alexandra David-Neel, según la cual todo “esoterismo” procede de una incomprensión, de un deseo de saber. Alexandra allí recuerda que la disciplina de los maestros espirituales tibetanos consistía en acompañar a sus alumnos a atrapar el sentido real de las enseñanzas que les eran presentadas, y resalta el rol esencial de la atención sostenida y de la memoria en la disciplina espiritual budista cuyo fin es la adquisición del conocimiento. En ese libro se exponen asimismo diversas teorías elaboradas por pensadores tibetanos en relación a la “conciencia cósmica”. Pero el fin de la obra es ofrecer a las personas que se interesan en las manifestaciones de la espiritualidad oriental informes precisos en relación a la naturaleza de los ritos iniciáticos de los lamas y las doctrinas expuestas a los iniciados.

           Con mi alemán aún precario para detenerme en Werden und Wesen der Astrologie (Devenir y esencia de la astrología) de Robert Henseling (1883-1964), lo hago entonces en mi aceptable francés en Envoutements et exorcismes a travers les ages. Rituel de defense, de Anne Osmont. Poeta y novelista francesa, una de las más grandes ocultistas del comienzo del siglo XX que aprendió tempranamente el hebreo y se abrió así al estudio de la Cábala, Anne trabajó con Hector Durville, maestro de hipnotizadores, pero sobre todo la influenciarán dos hombres: Charles Henry, el sabio director del laboratorio de fisiología de las sensaciones en la École Pratique des Hautes Études, gran especialista de la luz y de los colores, y el ocultista Francois Charles Barlet, que se esconde bajo el seudónimo de Albert Faucheux, se codea con Papus en el seno de la Sociedad Teosófica, es gran maestro de la Orden cabalística de la Rosacruz y director de La Revista Cósmica. Pero ella también sigue las enseñanzas de otro ocultista: Max Théón, el fundador de “La Hermética Hermandad de Luxor”, versada en la cábala.

           Dejo ahora a un lado una traducción de El Corán al francés y abro con entusiasmo el viejo Manifeste du surrealisme de André Bretón junto a Poisson Soluble del mismo autor.27 En ese manifiesto Breton reivindica los derechos de la imaginación y alega por lo maravilloso y la inspiración. Se trata de “transformar el mundo” y “cambiar la vida”, como querría luego Xul. Breton tiene voluntad de descubrir, inspirándose en la Fenomenología del Espíritu, ese “punto del espíritu de donde la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo comunicable y lo incomunicable, lo alto y lo bajo dejan de ser percibidos contradictoriamente”.28

           Después de cruzarme con otro libro de química, esta vez escrito en italiano, La chimica moderna (teorie fondamentali), llego a La agonía del cristianismo de Miguel de Unamuno, filósofo y escritor español formado intelectualmente bajo el racionalismo que luego rechazaría. Este libro critica la descristianización del mundo. La realidad cristiana carece para Unamuno de una verdad racional y su planteamiento se basa en una creencia sobrenatural sobre el mundo físico. No me resulta entonces extraño encontrarme inmediatamente después con una selección de escritos de Gerhard Tersteegen (Eine Auswahl aus seinen Schriften), uno de los poetas místicos alemanes más notables de la iglesia reformada alemana. Pronto se convirtió en un pietista de gran influencia, entregándose enteramente al trabajo religioso. Paso por alto un libro de biología y observo rápidamente Astrologische Farbenlehere (La teoría del color astrológico) de Otto Von Bressendorff y Walter Koch, ambos astrólogos y este último también parapsicólogo. Pero rápidamente salto a otro libro de mayor interés: Le symbolisme de la crois de René Guenón, erudito, matemático, masón, filósofo y esoterista francés nacido en El Cairo conocido por su esfuerzo por la conservación y divulgación de las tradiciones espirituales.29 Su obra modificó la recepción del esoterismo en occidente en la segunda mitad del siglo XX y tuvo una influencia marcada sobre autores tan diversos como Mircea Eliade o hasta en el recientemente mencionado André Breton. El simbolismo de la cruz fue considerado un “libro musulmán”. Había vivido en El Cairo bajo el nombre que se le dio de su iniciación al esoterismo islámico (Abd al-Wâhid Yahyâ), adoptando el vestido egipcio tradicional, hablando árabe y evitando la comunidad francesa de Egipto. Le Symbolisme de la Croix corresponde a sus preocupaciones metafísicas. Para Guenón sel simbolismo es “la lengua metafísica por excelencia”, capaz de relacionar todos los grados de la manifestación universal así como todos los componentes del ser: el simbolismo es el medio del que dispone el hombre para alcanzar órdenes de realidad que escapan a toda descripción por el lenguaje ordinario. Y sostiene que Oriente nunca ha perdido esta comprensión de la naturaleza profunda del simbolismo, que tanto utilizara Xul. Según él, la meditación sobre los símbolos es parte integrante de la inciación y del proceso de realización espiritual, y el arte es sobre todo conocimiento y comprensión más que asunto de sensibilidad. El simbolismo es una ciencia fundada sobre “las correspondencias que existen entre los diferentes órdenes de la realidad” y es utilizado para poner en relación conceptos que tienen formulaciones distintas en tradiciones diferentes. Este libro relaciona de hecho el símbolo de la cruz con el esoterismo islámico. La existencia de símbolos idénticos en diferentes tradiciones alejadas en el tiempo o espacio sería indicador de un origen que se remonta a una “tradición primordial”.30

            Dejo pasar un libro sobre quirología, hojeo rápidamente los Puntos críticos de la matemática contemporánea de Francisco Vera, matemático y humanista republicano extremeño, masón y teósofo que murió en Argentina en el exilio, para abrir ahora esa biografía de Paracelso que antes mencionara: The life and the doctrines of Philipus Theophrastus, Bombast of Hoheneheim known as Paracelsus, escrita por Franz Hartmann, célebre doctor, astrólogo y escritor alemán que trabajó con Helena Blavatsky en la India y posteriormente fundó la Sociedad Teosófica en Alemania, tradujo el Bhagavad Gita al alemán, fundó la Orden Rosacruz Esotérica e intentó establecer un monasterio teosófico. Participó en varios grupos ocultistas y sus obras incluyen varios libros sobre estudios esotéricos y biografías de Jakob Böhme y ésta sobre Paracelso. Fue uno de los fundadores de la orden mágica que luego sería conocida como Ordo Templi Orientis. En esta obra se ocupa de este alquimista, médico y astrólogo suizo conocido porque se creía que había logrado la transmutación del plomo en oro mediante procedimientos alquimistas.31

           Abandono a Paracelso y abro ahora Die Heilkräfte des Logos (Los poderes curativos del Logos), de Peryt Shou, seudónimo de Albert Christian Georg (Jörg) Schultz, místico alemán que se dedicó a la poesía, a la pintura y posteriormente a las ciencias ocultas y es recordado como uno de los más importantes pensadores esotéricos alemanes del siglo XX debido a su influencia sobre otros ocultistas. Aleister Crowley también se habría encontrado con él.32 Decido cambiar de místico y me dirijo a Della impronta delle cose ovvero della generazione e della definizione di tutti specchio temporale dell’eternitá, una edición italiana del famoso De Signatura Rerum del místico y teósofo luterano alemán Jackob Böhme, cuyas preocupaciones sobre el origen del bien y del mal posiblemente hayan intrigado a Xul así como su percpeción del consuelo que las personas encontraban en las doctrinas herméticas y teosóficas ante la división religiosa de Alemania. Como Xul, hombre de visiones y lector de obras de otros visionarios como el alquímico Paracelso, creyó haber descubierto la estructura espirtual del mundo y la unidad del cosmos..33

            Fatigado de tanta mística decido abrir el Essaie de Philosophie Chimique de Maurice Delacre, un farmacéutico y químico belga cuyo pasatiemo era el estudio de la influencia del dibujo en la pintura de Van Dijck, Rubens y Miguel Ángel, y que finalmente se volvió a la historia y a la filosofía al sentirse atrapado en su campo. Delacre escribió este libro considerado una declaración de guerra a la escuela entonces dominante en química orgánica. Pero no puedo detenerme mucho allí ya que de reojo observo dos libros de Gustav Meyrink (Gustav Meyer), autor austro-húngaro famoso por El Golem que Borges admirara.34 Pero no puedo sino seguir recorriendo la biblioteca ya que desde otro estante me llaman Las metafísicas del cristianismo de Julio Navarro Monzó, católico refugiado luego en el metodismo que defendió la hipótesis del panteísmo originario del cristianismo primitivo y que negó la divinidad del Cristo que “se sentía hijo de Dios”. Salto entonces desde allí a La infalibilidad de la iglesia de George Salmon Weekes, matemático irlandés que ante los límites que en dicha ciencia encontró se convirtió en teólogo. Este libro fue su más controvertida e importante obra, una serie de conferencias en las cuales argumenta contra la infalibilidad papal en la Iglesia Católica Romana. Su vida y su obra es un excelente ejemplo de cuán complementarios pueden ser el estudio de la matemáticas y de la teología, como lo habían sido a su vez para Lewis Carroll. Recordemos que Pitágoras decía que los números reglan el universo y son el interior de todas las cosas y que la geometría es el conocimiento de lo eternamente existente, para no hablar del concepto de infinito.

           Sin tiempo para detenerme en el Essai d’un traité elémentaire de physique selon les théories modernes de J. Tillieux, elijo hurgar en The Golden Dawn: An account of the teachings, rites and ceremonies of the order de Francis Israel Regardie, más conocido como Israel Regardie, ocultista y mago inglés, discípulo, amante, secretario personal, biógrafo y editor de Aleister Crowley, que había estudiado arte en Washington y Filadelfia pero posteriormente estudió la cábala hermética y se interesó en la teosofía, la filosofía hindú y el yoga, además de sumarse a la Societas Rosacruciana en América, crisol alquímico donde algunos dicen se incubó la New Age. La Hermetic Order of the Golden Dawn estudiaba y practicaba el ocultismo, la metafísica y las actividades paranormales. Conocida como orden mágica, sus fundadores fueron masones y rosacruces.35 En este libro Regardie compiló información sobre esa orden e hizo posible nuevas organizaciones ocultistas en Occidente que deben sus sistemas de magia y popularidad a esta obra. Primero estaban las conferencias de conocimiento, donde uno aprende los fundamentos de la cábala, el simbolismo, la meditación y la geomancia. Luego siguen los rituales de iniciación a los diversos grados de la orden, luego los rituales básicos de magia y los de invocaciones. El libro explica además como diseñar talismanes y viajar en el plano astral y provee una guía para una vida de magia y transformación. Regardie estudió también psicoanálisis, abrió una oficina de quiropráctica y enseñó psiquiatría.

            Fascinado pero atemorizado a la vez, dejo ese libro y abro The serpent power being the shat-chakra-nirupana and paduka-panchaka de Arthur Avalon36, seudónimo de Sir John George Woodroffe, orientalista británico cuya obra abrió en Occidente un profundo interés en la filosofía hindú y en el yoga. Especialmente atraído por el Tantra Hindú, Avalon tradujo textos sánscritos originales. Este libro ha sido fuente para adaptaciones occidentales modernas del yoga kundalini. Se trata de una traducción comentada del Satcakra-nirupana de Purnananda y del Paduka-Pancaka. El “poder de la serpiente” refiere a kundalini, una energía que se dice es liberada dentro de un individuo mediante técnicas de meditación. Encandilado por la magia de Avalon decido abrir el Formulaire de Haute Magie de Pierre Vincenti, más conocido como Pierre V. Piobb, francés que investigó sobre Nostradamus e influenció a los surrealistas.37 No sorprende encontrar también entonces en esta biblioteca La Kabbale pratique de Robert Ambelain, hombre de letras y maestro masón que participó de la Orden Cabalística de la Rosacruz y de la Iglesia Gnóstica Apostólica, dedicado a temas esotéricos e historia de las religiones pero también dibujante y apasionado por la astrología y la magia ritual, una de las figuras del renacimiento del ocultismo y la espiritualidad en Francia posterior a la segunda guerra mundial.

           Cansado de tanto esoterismo, decido focalizarme al menos por un momento en el Vocabulaire technique et critique de la philosophie del filósofo francés Pierre André Lalande, diccionario enciclopédico del léxico filosófico en el que cada término es presentado con sus diferentes definiciones así como traducciones en griego, latín, alemán, inglés e italiano, comentarios y notas al pie de página firmadas por los más grandes filósofos y psicólogos de la época como Henri Bergson y Georges Sorel. Y hablando de filósofos, recordemos que Xul también tenía un libro de Herder ya mencionado en esta biblioteca tigrense, quien se oponía a la idea de la razón ilustrada ya que consideraba al hombre una unidad que excedía a aquella. Para salir entonces de la razón ilustrada, nada mejor que abrir The Gospel of our lord Jesus Christ according to Saint Luke, uno de los cuatro evangelios del Nuevo Testamento que junto a los Hechos de los Apóstoles cubren ambos sesenta años de la vida de Jesús y la temprana iglesia cristiana. La disciplina aquí toma la forma del viaje y la oración como guías. En The Gospel of our Lord Jesus Christ according to Saint Matthew, también en la biblioteca, encontramos a su vez la evidencia bíblica de los ángeles guardianes y la visita de los magos.

           Dejo la religión, vuelvo a las estrellas que Xul contemplaba en el cielo de Tigre y me encuentro con The Astrological ready reckoner and students’ assistant de Sepharial, nombre por el que se conoció más al Dr. Walter Gorn Old, astrólogo y teósofo inglés que también estudiara medicina, psicología, lenguas orientales y numerología.38 Siguiendo en esta línea diviso la Mundane or national astrology de H. S. Green, astrólogo y ocultista británico, vegetariano y afamado solterón y la Raphael’s horary astrology; By Witch Every question relating to the future may be answered, información esencial para la práctica de la astrología horoscópica. De Raphael también Xul tenía en su biblioteca The key to astrology y junto a ella la Horary Astrology, de Alan Leo, pseudónimo de William Frederick Allan, teósofo británico considerado por muchos como el padre de la moderna astrología habiendo fundado asimismo la Logia Astrológica de la Sociedad Teosófica.39

            Veo ahora en otro estante un libro alemán de lectura de ruso con glosario (Russisches Lesebuch mit Glossar) y The alchemy of light and colour de Oliver Leslie Reiser, filósofo estadounidense influenciado por la obra de Einstein (su amigo) para definir lo que llamó una filosofía panteísta de la ciencia.40 Podría detenerme nuevamente en la obvia referencia del Fausto de Goethe en relación a la tragedia del conocimiento, pero ya cansado de tanto vuelo, diviso los 600 meccanismi scelti fra i piú importanti e recenti de Henry T. Brown, refiriéndose a las dinámicas, hidráulicas, neumáticas, hidrostáticas, de vapor máquinas, molinos, prensas, coches, relojes y otras máquinas. Siento, sin embargo, que tal vez sea más importante detenerme en otro autor de suma importancia hoy: Afred North Whitehead. De este matemático y filósofo inglés Xul tenía en el Tigre su Introduction to Mathematics. Pero Whitehead escribió a su vez sobre lógica, física, metafísica, epistemología y educación. Sostuvo que la realidad es un proceso de acontecimientos y no de sustancias, y los acontecimientos se definen en sus relaciones con otros eventos. En la década de 1930 su obra se volvió más metafísica, alejándose de la filosofía occidental. Una de las aplicaciones más prometedoras del pensamiento de Whitehead en los años recientes ha sido en el area de la civilización ecológica y la ética medioambiental.41 A diferencia de A Treatise on Universal Algebra y Principia Mathematica (escrito junto a Bertrand Russell), destinados a matemáticos profesionales,  An Introduction to Mathematics estaba destinado a una audiencia más amplia. Si ya los Principia Matematica habían trazado importantes conexiones entre la lógica, la epistemología y la metafísica, Introduction to Mathematics puede ser visto como un intento por entender el crecimiento en unidad e interconexión de las matemáticas como un todo, así como un examen de la influencia mutua de éstas con la filosofía, el lenguaje y la física. En algunas formas el libro prefigura ciertos puntos del trabajo posterior de Whitehead en metafísica.42 Las formas más altas de vida estaban para Whitehead activamente comprometidas en modificar su medioambiente, lo que Xul se tomó muy seriamente.

           Paso ahora a otro de mis grandes descubrimientos en la biblioteca de Xul en Tigre: Annie Wood Besant y su Étude sur la conscience. Annie Wood Besant estudió ciencias y botánica en Inglaterra y se doctoró en Filosofía y Letras en Benarés. Presidenta del Congreso Nacional Indio, corrigió el estilo de escritura de La Doctrina Secreta y recibió los dictados de Blavatsky. Masona, presidió la Sociedad Teosófica y fundó la Orden del Templo de la Rosa Cruz. Por su mirada antireligiosa se separó de su marido clérigo, fue importante oradora de la sociedad fabiana y de la Federación Socialista Democrática (vía William Morris). Supuestamente se había vuelto clarividente y con este libro buscó contribuir a la psicología. Planteó la existencia de una superconciencia que incluía sueños, visiones e inspiraciones y que para manifestarse en el plano físico debía entrar en trance usando métodos de los Yogis.

           Veo ahora un libro de Arturo Capdevila, el poeta favorito de mi abuela. Peor no es un libro de poesía. Se trata de El popol-Vuh para todos, el libro sagrado de los mayas, en una edición dedicada por el autor a Borges. Además de poeta Capdevila era profesor de filosofía y amigo de Miguel de Unamuno. Publicó también una serie de ensayos sobre filosofía de la salud. Pero el Popol Vuh ('libro del consejo' o 'libro de la comunidad”) es una recopilación de narraciones míticas, legendarias e históricas del pueblo k’iche’, la comunidad maya guatemalteca con mayor cantidad de población, que tratan de explicar el origen del mundo y de diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza.
Encuento también en la bilbioteca The daily use of the ephemeris de Elizabeth Aldrich y, más importante aún, Egyptian Magic de Ernest Alfred Thompson Wallis Budge, egiptólogo, orientalista y filólogo inglés conocido por haber transcrito y traducido el Libro de los Muertos.43 En este libro afirma que la magia fue una parte importante de la religión egipcia, cuando se creía que tierra, aire y cielo estaban poblados por incontables seres visibles e invisibles, amistosos o no según las operaciones de la naturaleza que dirigían. La magia de muchas naciones tempranas buscaba transferir el poder de un ser sobrenatural a un hombre poderoso y capacitado así para obtener resultados sobrehumanos.

           De Alexandra David-Neel , una de las primeras occidentales en entrar al Tibet de quien ya hemos hablado, tenía también Le bouddhisme du Bouddha. Ses doctines et ses methods et ses dévéloppements mahayanistes et tantriques au Tibet y de Richard Anthony Proctor, astrónomo inglés autor de artículos sobre el tema en la American Cyclopaedia y la EnciclopediaBritánica, The great pyramid: observatory, tomb and temple.

           Con ansias de reflexión sobre la naturaleza decido abrir la Filosofía natural de Friedrich Reinhard Lipsius y Karl Theodor Sapper. Ambos alemanes, Lipsius fue pastor y profesor alemán de filosofía y teología. Sapper fue un viajero, explorador, anticuario y lingüista conocido por sus investigaciones de historia natural, culturas y lenguas de América Central, por la que pasó muchos años viajando. Preocupado por los recuerdos de mis propios viajes, hurgo ahora en Les maladies de la memoire de Théodule Ribot, filósofo considerado fundador de la psicología francesa (tuvo la primer cátedra de Psicología Experimental y Comparada en el College de France). Esta obra fue un éxito en su época y primer libro editado sobre el tema. Pero mi último gran descubrimiento en la biblioteca de Xul ligado al problema del saber y el conocimiento fue The monad and other essays upon the Higher Consciousness del teósofo Charles Webster Leadbeater, autor de libros de ocultismo y cofundador de la Iglesia Católica Liberal. Originalmente clérigo de la Iglesia de Inglaterra, su interés por elespiritualismo hizo que se desafiliara de la Iglesia en favor de la Sociedad Teosófica, donde se asoció con Annie Besant. Este libro es una colección de ensayos sobre la conciencia elevada conocida como “La mónada” o mente de Dios, instancia en la que se detiene el tiempo y se conoce la paz infinita.44

Construyendo, inventando

A Xul Solar le interesaba mucho la arquitectura. De hecho había iniciado sus estudios en esta disciplina. Por eso royectó fachadas y edificios y diseñó proyectos para viviendas en el Delta del Tigre. Tomó de Steiner la idea de la arquitectura como síntesis de contenidos filosóficos, artísticos y religiosos en los que trabajar personalmente, noción que aflorará en sus obras del Tigre donde sueña la ideal ciudad futura. Octavio Paz había dicho que la pintura tenía un pie en la arquitectura y otro en el sueño, algo que Xul se tomó al pie de su letra vinculando a éstos a su vez con la naturaleza y el cosmos. De igual manera, y en clave wittgensteiniana, también supo que conociendo pero también inventando lenguas expandiría los límites de su mundo. En realidad, como lo describiera Marechal en su personificación literaria en Schultze, andaba innovándolo todo:

Primero el idioma de los argentinos, después la etnografía nacional, ahora la música. ¡Ojo! Ya lo veo con una llave inglesa en la mano, queriendo aflojar los bulones del Sistema Solar”.

Pero no se trataba solo de inventar sino de que ese invento mejorara la comunicación y el entendimiento entre los hombres. El “loco” del Adán BuenosAyres era también para Macedonio el “agraciador de la hosca realidad” que también diseñaría instrumentos y una nueva forma de notación musical, nuevas religiones y, en síntesis, un nuevo mundo en línea con Tlön y con ese deseo de Álvaro de Campos, heterónimo de Fernando Pessoa, de que

as metafísicas perdidas nos cantos dos cafés de toda a parte, /as filosofías solitárias de tanta trapeira de falhado, /as ideias casuais de tanto casual, as intuicoes de tanto ninguém / Um dia talvez, em fluido abstracto, e substância implausível, / Formem um Deus e ucopem o mundo.”

Para no ser esclavos, como le adviritiera William Blake:

I must Create a System, or be enslav’d by another Man’s; I will not Reason and Compare; my business is to Create”.

Xul creía que las reglas de nuestro mundo podían ser modificadas, que no debíamos aceptar la realidad impuesta. Ese deseo de reforma partía de una indignación con el estado del mundo. La creación era un camino posible, de allí Borges definiéndolo como “una especie de máquina inventiva abierto en fuga hacia lo imprevisible, casi un lance de dados de Mallarmé”. Si el Tlön de Borges es la historia de una sociedad secreta de genios que desean inventar un planeta, la arquitectura bocetada que proyectara para el Delta en sus pinturas era para él tan posible como el panjuego. En Xul la imagen impulsa a transformar la vida, tal como marca la Guía Espiritual de Miguel de Molinos que tenía en su biblioteca tigrense, tan útil para el perplejo. Igual de relevante había sido para él seguramente la doctrina de instrumentación verbal y la ambición cósmica del mencionado René Ghil. De allí también que tuviera entre sus estantes Play-Making: A manual of craftsmanship de William Archer, un gran libro sobre construcción dramática y el arte de la estructura.

           La reacción espiritualista y vitalista al positivismo concebía al ser humano como ser libre que se crea a sí mismo y el sentido mismo de las cosas. Este fue un gran fenómeno europeo del cual Bergson, de quien Xul poseía en Tigre su libro La risa, fue parte. Imagino que este debe haber sido un libro importante para Xul. Bergson había estudiado matemática y mecánica además de filosofía, y en su anhelo de espiritualidad a lo mecánico y necesario oponía la filosofía de la vida con sus derechos de lo dinámico y libre. Pero para lograr la libertad y arribar a un dominio superior se hacía necesario recuperar determinadas dimensiones de la conciencia, ese era un objetivo de vida para Bergson y seguramente lo fue también para Xul.

           La también ya mencionada Philosophie de l’experience (A pluralistic universe en su original inglés) de William James, que Xul tenía en su biblioteca de Tigre, contiene un capítulo sobre Bergson y su crítica de cómo el racionalismo tradicional da como resultado un universo esencialmente estático. En contraposición, para Bergson la función de los conceptos era práctica más que teórica: lo que realmente existía para él no eran las cosas hechas sino las cosas siendo hechas. De allí la impotencia de la lógica racionalista para definer un universo en el que el cambio es continuo y la presencia también en la biblioteca de Tigre de Xul de la Guida dell’inventore del Ing. Italo Ghersi y un libro de Charles Kay Odgen, el creador de Interlingua y cofundador y presidente de la Heretics Society en Cambrige. Allí disertaron Chesterton, George Bernard Shaw y Wittgenstein –a quien ayudara con su traducción al inglés de su Tractatus. La defensa de su Basic English y su promoción nos acercan a Leonora Wilhelmina Lockhart, que pertenecía al mismo instituto y de quien Xul poseyera su Word economy: a study in applied linguistics y Opposition: A linguistic and psychological analysis. Como Xul, tenía también una enorme y fabulosa biblioteca personal.

            Sumergido ya de nuevo en los estantes de Xul, vuelvo nuevamente al libro de Léon-Paul Fargue en el que leo:La poésie est cette vie de secours où l'on apprend à s'évader des conditions du réel, pour y revenir en force et le faire prisonnier”.  Por ello tal vez Paul Claudel llamó a este poeta “hacedor de vida”, colaborador de la creación como Xul podríamos decir, errante y maravillosa presencia admirada por Gide, Satie, Jarry, Joyce, Saint-Exupéry y Picasso, cuya pereza y timidez por mucho tiempo fueron obstáculo para la publicación de sus obras.

           Posiblemente con la ayuda de la lectura de El cálculo infinitesimal al alcance de todos Xul comprendiera que éste era el estudio del cambio que tenía amplias aplicaciones en la ciencia y la ingeniería (específicamente podía ser usado para encontrar el flujo total de los campos electromagnéticos). Cambio que era inevitable y podía ser dirigido puesto que, como Gerald Heard había anunciado en el libro ya mencionado, el universo existía para la emergencia y desarrollo de la libre conciencia creativa. O, según el ya mencionado Steiner, constructor del Goetheanum y desarrollador del arte de la euritmia, el cosmos era transformado continuamente por la actividad creativa de procesos no físicos y seres espirituales que, para hacerlos concientes, debíamos tratar de representar internamente.

            La ya citada Alexandra David-Neel también se había mostrado muy interesada por una práctica budista que consistía en la creación de un fantasma (tulpa)45, a través de nuestra mente e imaginación pero como figura visible y tangible. Según los lamas el universo es una proyección nuestra. Decido entonces abrir la edición de Der Golem de Gustav Meyrink que aparece como propiedad de Borges, basada en la leyenda de un ser creado artificialmente por un cabalista que, como el tulpa de Alexandra, también acaba provocando temor e incluso catástrofes. Claro que esta obra está vinculada a la tradición tan cara a Borges de la literatura fantástica. Y no es casual que también entonces encontremos en esta biblioteca tigrense Un terrible experimento (nombre que adoptó aquí La Isla del Dr. Moreau) del escritor inglés Herbert G. Wells, quien cuestiona a la humanidad en este oscuro libro de un náufrago testigo de animales que son infructuosamente viviseccionados en seres humanos.

           Horrorizado y con ansias de belleza, cambio de estante y abro The notation of movement de Margaret Morris, bailarina, coreógrafa y profesora escocesa que a los doce años reaccionó contra la limitación de la técnica de ballet clásica y comenzó a crear ejercicios más naturales que terminaron en su propio sistema de movimiento. Al estudiar la pintura del movimiento moderno en París se dio cuenta de la necesidad de relacionar movimiento con forma y color. Fue el pintor J. D. Ferguson, quien enseñaría en su escuela, el que primero le hizo darse cuenta de las posibilidades del trabajo teatral considerado desde el punto de vista visual y el valor del estudio de la forma y el color como un medio educativo. Su interés original en crear su propio ejercicio y movimiento de danza estuvo basado en su deseo de desarrollar una técnica que fuera más natural que el ballet de manera de incluir todas las edades y capacidades. Y publicó este libro con su propio método de notación de danza, un lenguaje escrito de coreografía, para sus estudiantes.
Vuelvo ahora a la biografía de Fourier, pues recuerdo que también estaba éste muy interesado en la arquitectura para ayudar a la humanidad tras una revolución que había destruido los lazos sociales. Fourier soñaba con una comunidad que era el producto de la voluntad de los hombres y le reprocharía a los revolucionarios no haber sido lo suficientemente radicales como para fundar una religión.

            Finalmente abro Contrapunto. La doctrina de la propia escritura (Kontrapunkt. Die Lehre von der selbständigen Stimmführung), de Stephan Krehl, compositor alemán autor también de Théorie de la musique et de science de la composition, y allí leo: “El contrapunto no debe ser una cosa mecánica, sino una verdadera creación libre”. Este arte se gestó como forma de dar más libertad compositiva mediante el uso de notas extrañas y disonancias. Se decía que por ello que cuando el compositor se aburría, se ejercitaba en el contrapunto. Brahms utilizó mucho la fuga que requiere de éste, como por ejemplo en su Deutsches Requiem, lo que nos devuelve una vez más a Borges.


Del desasosiego al juego

            La invención se expandía al espacio lúdico. Xul había diseñado cartas de tarot, el panajedrez y panjuego: “La Creación Divina es un juego y Xul, al crear el suyo, imitó al artífice divino. Adiós, demiurgo” dijo Leopoldo Marechal en su despedida. Su chaplinesco y macedoniano espíritu jocoso hizo que a veces no se lo tomara demasiado en serio, como sugiriera Borges y como se percibe en el retrato que del personaje Schultze hace el autor del Adan Buenosayres. Incomprendido y aislado por una ciudad que considera miserable, encuentra en el espacio lúdico la posibilidad de una vida mejor. El pasaje es entonces, mediado por la creencia como en Macedonio Fernández, de la metafísica a la comicidad cotidiana que recrea la divinidad percibiendo el flujo de lo sagrado. El trayecto va del desasosiego de una ciudad que lo expulsa a la masónica magia que traza un lazo entre la tragedia y la comedia. No es difícil imaginar aquí la influencia de Schopenhauer y debemos recordar que Xul tradujo el libro de Thomas Mann sobre el filósofo.

Volviendo a la novela de Marechal, recordemos que la misma se abre con la ciudad riéndose y que Xul es retratado en Schultze también de la siguiente manera:

“…mientras algunos lo creían galopando su tercera infancia, otros no vacilaban en adjudicarle todos los años de Matusalén, sin contar a lo smuchos que, renunciando al sudor especulativo, le atribuían la simple y llana inmortalidad del cangrejo. Yo sé decir que algunas veces, y sin duda en relación con ciertas oposiciones astrales, mostraba Schultze las huellas de una decrepitud infinita; y que otras, bajo signos más favorables, alardeaba de locos arrebatos que lo inducían a bailar una noche entera en el Tabarís, o a entonar en los almacenes de barrio canciones libres que hacían enrojecer a los cautelosos malevos de Villa Ortúzar”

            El arte surge en Xul también de la risa ante lo leve que traza puentes a chaplinescas verdades. Es fundamental para entender a Xul la presencia de un desasosiego pessoano inicial, producto de una crisis espiritual y una sensación de impotencia moral en una sensibilidad herida por los fracasos y por las ruindades de la gran ciudad (“el olor de lo excremental del hormiguero que me aplasta”). Todo ello lo vuelca por un lado al ocultismo pero también a la risa de Bergson sobre lo humano. Insisto entonces en mi intuición de que justamente la lectura de Bergson, cuyo libro sobre el tema poseía en la isla, puede ser importante para comprender a Xul. Bergson suponía que el cuerpo del ser humano era risible en la medida en que nos hace pensar en un simple mecanismo de un articulado fantoche sin dejarnos de dar la impresión de un ser vivo: “Es cómico todo incidente que atrae nuestra atención sobre la parte física de una persona cuando nos ocupábamos de su aspecto moral”, escribe Bergson. Lo cómico sería lo mecánico en lo vivo y lo que hay de serio en la vida arrancaría con nuestra libertad. Una aparente libertad solo encubriría un juego de fantoches. De esta manera el humor se convierte en una transposición de lo moral a lo científico. Por eso toda situación podrá hacernos reír siempre que se presentada de modo que no nos conmueva. Finaliza así su libro Bergson:

Igual que esta espuma nace la risa. Acusa en lo externo de la vida social las revoluciones superficiales. Dibuja por un momento la movilidad de esas sacudidas. Ella es también una espuma a base de sal. Chispea como la espuma del licor. Es alegría. Pero el filósofo que la recoja para saborearla, encontrará algunas veces, por una exigua cantidad de materia, una cierta dosis de amargura”.

            Podemos entonces entender el pasaje de la depresión al humor en Xul, quien perplejo no se reconoce en las posibilidades del ambiente que lo rodea. Xul poseía también en su biblioteca tigrense el libro Gracias de la gracia: saladas agudezas de los santos, insinuación de algunas de sus virtudes, exemplos de la virtud de la eutropelia, del Dr. Joseph Boneta. La eutropelía (del griego, broma amable) es una virtud que modera el exceso de la diversión acercándolo al donaire y volviendo esa jocosidad inofensiva, inocente. En el prologo se lee que se trata de “un libro para que se divierta sin peligro una persona espiritual”. No es casual encontrarnos tampoco en otro estante con Oblómov, la novela del ruso Iván Goncharov que retrata a un noble joven y generoso que parece incapaz de tomar decisiones importantes y llevar adelante acciones significativas, siendo desde entonces Oblomóv un termino que designa a cualquiera con una actitud indecisa. Juguetón, también había aprendido de Breton la seducción del humor inteligente y su encanto, que este a su vez había admirado en Francis Picabia.

           En otro estante encuentro ahora The pocket book of cartoons de Alfred Cerf Bennett, uno de los fundadores de Random House, conocido por su propia compilación de bromas y puns, y de Paul Klee, cuya influencia en Xul es por todos concida, hallo Handzeichnungen. Recordemos que las obras de Klee reflejan su seco humor y su perspectiva a veces infantil, en obras usualmente pequeñas como las de Xul que también incluyen símbolos como jeroglíficos y cierto misticismo. Pero decido dejar al remanido Klee y abro Las calaveras y otros grabados de José Guadalupe Posada, el grabador, ilustrador y caricaturista mexicano, célebre por sus ilustraciones de calaveras, ese género de versos alusivos a la muerte, fusión de visiones precolombinas, coloniales y populares e ilustración jocosa y llena de vitalidad, de allí el espíritu de la fiesta del Día de los Muertos que Posada ayudó a consolidar. E inmediatamente después me topo con un clásico que no sorprende encontrar en la biblioteca de Xul en Tigre: Alice’s Adventures in wonderland de Lewis Carroll, donde nos deslumbra el juego y la fantasía de un matemático soñador y diácono anglicano, interesado en las religiones “alternativas” como la teosofía y también miembro de la Society for Psychical Research, que creía en la “lectura de los pensamientos” y había inventado muchas cosas y diversos juegos de palabras (incluso una visión temprana de lo que hoy se conoce como Scrabble).

            Tampoco me sorprendió encontrar los Disparates de Ramón Gómez de la Serna, cuyo eje central de su obra son las greguerías, género por él iniciado en los que encierra una pirueta conceptual o una metáfora insólita y que suelen ser de varios tipos: chistes, juegos de palabras y apuntes filosóficos: “Si bien no se puede decir sin ser un insensato, que el mundo es un disparate, el pensamiento del hombre y alma humana son unos puros disparates”, sostiene en esta verdadera teoría del disparate.

            Este pasaje de la desesperación al juego y al humor dijimos estuvo, como en Macedonio, mediado por la creencia. Gustav Meyrink, de quien Xul tenía dos libros en Tigre, también pasó por una profunda crisis vital que lo llevó a intentar suicidarse. Pero en el momento en que se disponía a hacerlo alguien dejó bajó su puerta un folleto titulado La vida postrera. Asombrado, Meyrink se interesó a partir de allí por los fenómenos ocultos y y las tradiciones esotéricas y escribirá desde una perspectiva influida por la alquimia, la cábala, el budismo, el taoísmo y la masonería. En Fledermäuse (Murciélagos), libro de cuentos presente en la biblioteca tigrense de Xul, reafirma su esoterismo y su misticismo no despojados de elementos satíricos.

            Finalmente, y ya decidido a relajarme, hojeo de la bibiloteca final de Xul The Comic English Grammar y The pocket book of games, este último de Albert Hodges Morehead Jr., famoso jugador de bridge que escribió la columna de este juego para el New York Times durante más de veinticinco años.


Xul utopista
Ich lernte diese Welt verachten
Nun bin ich erst sie zu erobern werth
(He aprendido a despreciar este mundo,
Ahora estoy a la conquista hasta que valga la pena)
Goethe, Fausto. Texto resaltado en la edición que poseía Xul Solar en Tigre.



            No es extraño que una de las obras de Xul se titulo Nuevo Mundo, apelando a una utopía que Xul recrea en varias de sus pinturas y en su historia en Tigre. Es en Tigre donde escribe “Vuelvilla”, “Propuestas para más vida futura”, “Mi voluntad contigo en paz total para trabajar para lo futuro”, trabaja intensamente en la panlengua y plantea su visión sobre la capacidad de variar el organismo humano: una nueva lengua, un nuevo ser humano, una nueva estética, una ciudad ideal (de la cual, como dijimos, los edificios en el Tigre que pintó eran parte). Xul soñaba con una comunidad universal artístico espiritual, el Pan Klú (Delta), un proyecto fallido inspirado en la Bauhaus de Walter Gropius –que acabó en soledad-, parte de la ciudad ideal que debía construirse. Tigre había sido su tierra para la utopía. Y diseñaba allí muebles y lenguajes para ese nuevo mundo espiritual. Tal vez los ríos del Delta hayan sido para él los del país de los sueños de William Blake al que debía volver y volvió. Buscaba un nuevo mundo para un hombre nuevo, sabía que el amor y la imaginación podían transformar el universo y que el paraíso estaba aquí, panviviendo como él hubiera dicho. No casualmente tampoco en Adán Buenosayres el neocriollo pasa a ser un hombre utópico. Xul creía que las posibilidades del cosmos no estaban agotadas. Padre de utopías, como lo llamara Borges, obraba por ello sus sueños. Xul era una posibilidad de futuro y una posibilidad de volver a nombrar el mundo. “Previsiblemente, las utopías de Xul fracasaron, pero el fracaso es nuestro, no es suyo. No hemos sabido merecerlo”, diría también su amigo Borges. Orientado por el amor, procuraba un renacimiento. Y seguramente por ello leía el Esbozo de historia de las utopías de Max Nettlau, que encontramos en su biblioteca tigrense y donde hay centenares de utopías mencionadas. Con una finalidad libertaria, Nettlau había sido un importante historiador y partidario del anarquismo alemán e internacional. Pero también el libro de Kempis ya citado buscaba la reformación del hombre, así como el tratado sobre biónica e inteligencia artificial de Desiderius Papp que hallamos en otro estante. Tampoco me sorprendió encontrar El juego metafísico, obra del filósofo argentino Carlos Astrada que recuerda el ámbito de la libertad en donde el ser humano se juega su posibilidad de realizarse mediante una praxis transformadora. Astrada nos exhorta allí a lanzarnos a jugar nuestro propio juego: la búsqueda del ser. El libro está dedicado a Xul, a quien trata de “amigo, monumento primordial de todo posible Pan-Juego y sus derivados”.


            Vuelvo a buscar el libro de Gerald Heard porque recuerdo que éste afirma que había un nuevo estadio de la humanidad emergiendo: una fase psicológica post-individual de personas y por lo tanto de la cultura, con una madurez que va más allá de la capacidad personal de disfrutar la vida. Heard sostenía que los humanos enfrentaban la oportunidad de dar un salto a una conciencia considerablemente expandida para dar lugar a los individuos sabios del mundo moderno. El hombre leptoide -el que da el salto- podría volverse un humano de espiritualidad desarrollada, similar a la de los místicos del pasado -desafiaba. Y no es inapropiado recordar nuevamente aquí el aprecio especial de Xul por Steiner -quien había conservado de Nietzsche la idea del Übermensch- como también que Breton había sido influenciado por la utopía de Fourier, de quien –recordemos- Xul tenía una biografía en Tigre, quien suponía que cuando la vida social de la Tierra fuera armonizada nuestro planeta volvería a incorporarse al “universo de Pasión” y se experimentarían vastas transformaciones en la forma del cuerpo humano.

            Pero pensando en relación al Xul utopista también encuentro un libro sobre el pensamiento de August Comte en relación al futuro social y un ejemplar de The Plough: the Quarterly of the Bruderhof Communities, comunidades religiosas cristianas para las cuales son esenciales el amor al prójimo y la no violencia, y donde no existen la propiedad privada, los salarios o las cuentas bancarias y sus miembros no sirven a las fuerzas armadas de ningún país, modelando así una forma de vida que decía remover las divisiones socioeconómicas que traían la guerra.

            Decido ahora volver al libro de Herder pues recuerdo que éste, si bien precursor del relativismo cultural, mantuvo la idea –inspirada por Kant y la ilustración- de una unidad profunda de la humanidad, manifestada en la diversidad. En Ideas para una filosofía de la historia de la humanidad afirmó que con el tiempo las fuerzas humanas antagónicas se reconciliarían en una historia posthumana y de superhombres. Este optimismo partía de su idea de que la humanidad se superaría a sí misma pero, a diferencia de los ilustrados, lo vislumbraba en una naturaleza en unión con la humanidad. También el citado Wells desde muy temprano en su carrera había buscado una mejor manera de organizar la sociedad que describía en sus novelas utópicas.

 Pero si sigo volviendo a libros ya abiertos no abriré nunca libros nuevos. De Schiller, poeta, dramaturgo y filósofo alemán, hallo entonces el ejemplar de su Gedichte (Poesía) que Xul tenía en Tigre.46 El pathos y la sensibilidad en las obras de Schiller son una expresión del desarrollo de lo humano. En Über die ästhetische Erziehung des Menschen (Sobre la educación estética del hombre) y Über naive und sentimentalische Dichtung (Sobre la poesía ingenua y sentimental), programa la educación estética del hombre, el equilibrio entre la razón y el sentimiento. Se había propuesto formar al hombre esteta a través de la alternancia entre obras dramáticas e idílicas, como medio para alcanzar una transición pacífica hacia una forma de Estado razonable. Como afirma en su segunda carta de Sobre la educación estética del hombre: «La construcción de la auténtica libertad política... es la más completa de todas las obras de arte».

            Pero para terminar con mi reflexión sobre el Xul utopista decido cambiar de género y tomar de la biblioteca final xuliana The pocket book of science-fiction de Donald Allen Wollheimescritor y editorestadounidense fundador del grupo de «los futurianos», el más conocido de los clubs de ciencia ficción (al que pertenecería Isaac Asimov). Y no me sorprende hallar que este libro es la primera antología de ciencia ficción que entró en el mercado de masas, y que incluye textos de de Ambrose Bierce y H. G. Wells.


Comunicación para un mundo mejor
Was uns zerspaltet ist die Wircklichkeit
Doch was uns einigt das sind Worte
Lo que nos ha desgarrado la realidad
Pero lo que nos une son las palabras
Faust, Goethe (texto resaltado en la edición que poseía Xul Solar en Tigre)



Es altamente probable que Xul haya pintado su arquitectura de signos y símbolos después de 1954 en Li-Tao, su casa frente al río Luján en Tigre. Esos signos y símbolos, junto al desarrollo del neocriollo y la panlengua, debían permitir una mejor comunicación. Xul buscaba un lenguaje que permitiera el mejoramiento de la humanidad. De allí “Mi voluntad para trabajar para un mejor mundo” y “Mi voluntad contigo en paz total para trabajar para lo futuro”, ambos escritos en Tigre. Ese lenguaje debía ser espiritual y universal. Nada mejor que cambiar el lenguaje para cambiarnos a nosotros mismos, y su pintura era también parte de su lenguaje con fin social, integrando allí textos con símbolos geométricos. Sus grafías plastiútiles cumplían también esa función, además de permitir su lectura a los analfabetos. No sería fácil, sin embargo. Macedonio, por ejemplo, llamaría al neocriollo “idioma de incomunicación”.

Revisando los libros de Xul en Tigre vuelvo a abrir el libro de Bergson y recuerdo que éste creía que si pudiésemos entrar en comunicación inmediata con las cosas y con nosotros mismos todos seríamos artistas pues nuestra alma vibraría al unísono con la naturaleza. Además del arte de la persuasión, que Xul manejaba, el secreto se encontraba asimismo en la realidad y calidad de la experiencia transmitida. No resulta sorprendente entonces que Xul también tuviera en Tigre el libro del famoso parapsicólogo inglés George Nugent Merle Tyrrell The personality of man: New facts and their significance. Tyrell fue un pionero en el desarrollo de la radio, se unió a la Sociedad para la Investigación Psíquica, que luego presidió, y llevó a cabo numerosos experimentos en telepatía.47 También encontramos Cry Havoc, de Beverly Nichols quien, además de ficción, escribió sobre parapsicología y religión. Cry Havoc fue un best-seller del pacifismo que luego éste autor abandonaría.48

            Seguramente para aprender sobre cómo comunicar mejor através de su pintura, especialmente en el Tigre, era que tenía en su biblioteca del río Luján The Scientific Study of Scenery, de J. E. Marr, un tratado introductorio en geomorfología. Este geólogo británico estudió las relaciones entre paisaje y geología, siendo uno de los pioneros en este campo. El estudio del paisaje se ocupa de todo lo que el ojo ve y cómo el tamaño, la forma, el carácter, la superficie, el color y el movimiento de cualquier escena nos afectan, en especial la forma, y de ello se ocupa con mucha atención en este libro.

            Abro ahora The teaching of Islam: A solution of five fundamental religious problems from the Muslim point of view de Mirza Ghulam Ammad, quien proclamó ser el “Mesías Prometido”, abogó por una propagación pacífica del Islam y argumentó contra la permisibilidad y necesidad de la Jihad en su forma militar en nuestro tiempo. Y es buscando comunicar para un mundo mejor que también seguramente Xul tenía el ya citado diccionario enciclopédico del léxico filosófico de Lalande, útil para hacer conocer las realidades linguísticas y prevenir malentendidos. Lalande buscaba contribuir a la definición de un lenguaje filosófico común y este diccionario era un manual del “buen uso de la lengua filosófica para permitir el acuerdo de los espíritus/mentes”. Pero esta tarea no era solamente filosófica para Xul, claro está. Por eso decido consultar de su biblioteca Buddhist Psychology: An inquiry into the analysis and theory of mind in Pali literature de Caroline Augusta Foley Rhys Davids, académica británica estudiosa de la psicología y traductora del pāli, muy influenciada por el espiritismo y quizás por la teosofía. Foley Rhys Davids estuvo particularmente involucrada en formas de comunicación psíquica con la muerte, primero tratando de llegar a su hijo fallecido a través de sesiones de espiritismo y luego a través de la escritura automática. Más tarde afirmó haber desarrollado la clarivdiencia, así como la capacidad de pasar al otro mundo al soñar.

            Vuelve a mi mente entonces Madame Blavatsky, otra dotada de poderes psíquicos o sobrenaturales que afirmó escribir tanto Isis sin velo como La Doctrina Secreta con la ayuda de los Mahatmas que algunas veces le transfirieron sus conciencias a su cuerpo físico en un proceso llamado "tulku".49 En la Doctrina Secreta hace referencia al idioma árabe y hebreo que, según afirmaba, se habían vuelto materialistas, dejando de mostrar la esencia de las cosas, tal como ocurriera en el sánscrito del que derivan. Vuelvo a pensar entonces inevitablemente en la influencia de William James en Xul. James había estudiado de cerca el espiritualismo, escuela de pensamiento que cree que los eventos de la mente son atribuibles al alma y que las ideas y conductas están conectadas de manera causal. Un alma haría que uno tenga un pensamiento que lleva a un determinado comportamiento, y la memoria de comportamientos pasados determinaría como uno actuará en el futuro. 50

            En otro estante encuentro International Communication: A Symposium on the Language Problem, editado por H. N. Shenton, E. Sapir and O. Jespersen, un Pequeño larrouse ilustrado y Panstenographie: Allgemeine Stenographie zum Gebrauch in Allen Sprachen (Taquigrafía Pan: Abreviatura General para su uso en todos los idiomas), de A. Dirr. Me llama más la atención, sin embargo, una Vida de Jesús dictada por él mismo a la médium Sra. X en la 1ª parte y la 2ª parte al médium XX del Instituto Metapsíquico de Buenos Aires. Este instituto había sido fundado por un químico, escritor y espiritista paraguayo, inicialmente con el nombre de Sociedad Magnetológica. La Vida de Jesús contada por él mismo habría sido un texto recibido directamente de Cristo mediante sesiones de espiritismo.

Pero a los efectos de pensar la comunicación en Xul decido volver a Gerald Heard, quien inició un grupo de investigación informal sobre group-mindedness conocido como The Engineers Study Group porque muchos de sus miembros fueron ingenieros que luego estuvieron involucrados en el desarrollo temprano de las computadoras.51 Vuelvo a sacar de la biblioteca su Dolor, sexo y tiempo y allí leo:

La historia puede ser interpretada como los síntomas de una evolución mental (…) La civilización es la sombra que arroja su conciencia en evolución” (…) En el hombre hay un depósito de energía evolutiva y esa energía puede permitir que se eleve en adelante esta pura evolución psíquica. El dolor y el placer, la agonía y la lujuria, son las dos fundamentales sensaciones polares que descansan a un nivel igualmente rudimentario (…) Este proceso indica un posible fin del dolor, una posible resolución para el problema del sexo, y también la posibilidad de un paso completamente nuevo en la evolución”. (traducciones mías).

           Recuerdo que alrededor del “Manifiesto del Surrealismo” también se había formado un grupo deseoso de cambiar de vida pero sigo explorando la biblioteca final de Xul y encuentro Il miracolo delle onde: Il romanzo della radio e della televisione, de Edoardo Rhein, una exposición divulgativa del progreso de la radiotécnica y la televisón y La grande pscyché. Vers une humanité meilleure de Ch. M. Marchand. Decido sin embargo tomar How to win friends and influence people, de Dale Harbison Carnegie, escritor norteamericano que desarrolló famosos cursos de autoayuda, oratoria pública y habilidades interpersonales. Este libro fue un bestseller una de cuyas ideas centrales (que continúa en otros libros del mismo autor) es que es posible cambiar la conducta de los otros cambiando la conducta de uno hacia ellos. Libro esencialmente escrito para enseñar habilidades comunicacionales, está compuesto de cuatro partes: “Técnicas fundamentales para manejar a la gente” “Seis maneras de hacer que la gente guste de uno”, Cómo hacer que la gente piense como uno” y, finalmente, “Sé un líder: como cambiar a la gente sin ofender o generar resentimiento”52. La idea es que el libro te provea nuevos pensamientos y visiones, te permita hacer nuevos amigos rápida y fácilmente, aumente tu popularidad, te ayude a hacer que la gente piense como vos, aumente tu influencia y prestigio, te haga un mejor orador y conversador más entretenido. La sonrisa –recordemos su habitualidad en Xul según los testimonios recogidos- es considerada aquí fundamental para que los otros gusten de uno.53

            Entusiasmado con los descubrimientos, decido continuar con Symbolic distance in relation to analogy and fiction de Scott Milross Buchanan, filósofo y educador estadounidense especialmente conocido como el fundador del programa de los Great Books en St. John’s College en Annapolis, Maryland. Sus varios proyectos y escritos pueden ser entendidos como un ambicioso programa de reforma cultural y social basado en la visión de que muchos problemas cruciales aparecen a causa del uso acrítico del simbolismo. En este sentido, su programa fue similar a y competía con otros movimientos contemporáneos como la semiótica de Charles Morris y los proyectos de Charles Kay Ogden (autor, como vimos, no ajeno a la biblioteca de Xul).54 Este libro apareció en Londres como parte de la serie Psyche Miniatures que Ogden editara en la Universidad de Cambridge. Aunque Buchanan luego dijo que esta obra estuvo inspirada por el estudio durante un año del lógico inglés George Boole, la obra no lo menciona.55

 No resulta sorprendente entonces encontrar ahora Basic English: A general introduction with rules and gramar y Basic English versus the artificial languages de C. K. Ogden, quien produjo una versión modificada del inglés consistiendo en un vocabulario reducido y gramática simplificada, y Sona and auxiliary language, de Kenneth Searight, creador de Sona, la lengua internacional auxiliar. 56 En 1934 Searight contactó a Charles Kay Ogden para discutir la publicación de este libro, quien lo aprobó y publicó.57 Se trata de un lenguaje aglutinante –en el que las ideas y oraciones se forman yuxtaponiendo los radicales- que sin dudas influyó en los proyectos lingüísticos de Xul.


Xul moralista
Ja! sie sind's, die dunkeln Linden,
Dort, in ihres Alters Kraft.
Und ich soll sie wiederfinden,
Nach so langer Wanderschaft!
Ist es doch die alte Stelle,
Jene Hütte, die mich barg,
Als die sturmerregte Welle
Mich an jene Dünen warf!
Meine Wirte möcht' ich segnen,
Hilfsbereit, ein wackres Paar,
Das, um heut mir zu begegnen,
Alt schon jener Tage war.
Ach! das waren fromme Leute!
Poch' ich? ruf' ich? – Seid gegrüßt,
Wenn gastfreundlich auch noch heute
Ihr des Wohltuns Glück genießt!

CAMINANTE: ¡Sí, aquéllos son esos tilos sombríos,
robustos aun con toda su vejez,
y ahora vuelvo a hallarlos nuevamente
Tras tan larga peregrinación!
¡También está allí el viejo lugar,
la cabaña que un día me guardó,
cuando las olas que la tempestad
movía, me arrojaron a esas dunas!
Querría bendecir a los que entonces
me acogieron, vivaces, serviciales;
pero ya eran entonces muy ancianos
para que hallarlos hoy de nuevo pueda.
¡Ah, qué gentes piadosas fueron esas!
¿Llamo a la puerta? ¿Os traigo mi saludo
si disfrutáis aún, hospitalarios,
de la felicidad de hacer el bien!
Extraído del Fausto de Goethe, párrafo resaltado en la edición que tenía Xul en Tigre


   Hay un claro contenido moral en la obra de Xul Solar, el mundo está para él atravesado por fuerzas morales. Se ve claramente en las grafías plastiútiles o pensiformas, de Lao-Tsé y Confucio a Rudolf Steiner, del I Ching al Tao Te King, que sintetizan pautas morales. Y se ve en los San Signos que sigue puliendo hasta su muerte en el Tigre. Para Schultze, nombre ficcional que en la novela de Marechal asume Xul Solar, en Buenos Aires coexistían dos ciudades, Cacodelphia (la ciudad de los hermanos feos o malos) y Calidelphia (la ciudad de los hermanos bellos o buenos). Ambas, sostiene el personaje, son ciudades mitológicas pero reales, y

se unen para formar una sola. O mejor dicho son dos aspectos de la misma realidad. Y esa Urbe, solo visible para los ojos del intelecto, es la contrafigura de la Buenos Aires visible.”

            El Xul Solar real sentía sin dudas cierta indignación y quería reformarlo todo, nos recuerda Borges. Un humanismo moralista estaría en la base de esas reformas. Como se lee en la teoría del arte de Macedonio Fernandez, la emoción que se crea a partir del arte se compone de una indefinida intranquilidad moral, de una molestia trágica. Esa intranquilidad moral estaba en Xul y reecordemos también que la ética de su estimado Schopenhauer, derivada de la mística budista e hindú, culmina en la contemplación bajo la serena ansiedad de una comunión con los animales y la naturaleza, como culmina Xul en Tigre. O podemos recordar asimismo nuevamente sus lecturas de William James, para quien el universo tenía una estructura moral. O al Gran Mago Aleister Crowley, también descripto como Maestro de la Moral, o el Gran Rey Wen, Modelo Moral, ambos pintados en Tigre. Recordemos también que para Bergson, autor de La Risa ya citada y que creemos importante para Xul, la idea social y la idea moral no diferían en su esencia.
Por ello, como la vida de Goethe a quien admiraba, la vida de Xul fue la forma crítica que tuvo de pensarse o imaginarse a sí mismo. Miguel de Molinos, autor de la Guía Espiritual que poseía Xul en Tigre, había sido condenado por inmoralidad al promover una espiritualidad que dejaría en suspenso -en virtud de la apelación a la quietud- la responsabilidad moral.58 Pero a la hora de pensar sus dilemas morales vemos que en su biblioteca tigrense también también nos encontramos con el teatro de Emmanuel Robles, escritor argelino/francés entre cuyas obras se halla Montserrat , que habla de la guerra civil en Venezuela y de la que Camus dijera que “elle s'accorde à la terrible cruauté du temps sans cesser de se référer à une pitié vieille comme le cœur humain ». Montserrat, oficial español, se pone del lado de los revolucionarios venezolanos, horrorizado por el trato que le hacen subir sus compatriotas a los indígenas. Atrapado como traidor se enfrenta al dilema moral de condenar a seis inocentes o hablar pero comprometer a la revolución venezolana entregando a Simón Bolívar.

            Al lado encuentro First and Last Things, en el que H.G. Wells afirma la libertad de la voluntad y asegura que “¿Qué debo hacer?” es la pregunta perpetua de nuestra existencia. Después de analizar los varios motivos para la acción que siente, los resuelve abrazando como idea reguladora una “solidaridad de la humanidad” históricamente emergente, aunque reconoce que “la especie está todavía como un todo dormida, aún hundida en la ilusión de la separación permanente del individuo y de las razas y naciones”. Wells, sin embargo, ve esta solidaridad de la humanidad como un “hecho” biológico en dirección “hacia el Poder y la Belleza”, pero tiene una actitud confesadamente “mística” en relación a estos términos que probablemente atrayera a Xul, rehusándose a definirlos o siquiera a distinguirlos.
Decido volver entonces a El Profeta de Kahlil Gibran, libro en el que este popular autor invita a reconsiderar los valores de la sociedad llevando al lector hacia un gran sentido de empatía con los seres vivientes y a la mayor relevancia de un estrato espiritual subyacente a todas las acciones humanas. Antes de publicar este libro Gibrán ya se había ganado entre los árabes una fama de escritor que rechazaba la realidad corrupta que vivía.59 Posteriormente publicará Arena y Espuma, conjunto de máximas y exhortaciones algunos de cuyos fragmentos recuerdan a Blake y, por tanto, no nos cuesta entender su cercanía una vez más con Xul.

            Encuentro también que Xul poseía en Tigre una edición del Pfaffenspiegel, título bajo el cuál fue vuelta a publicar en 1869 la Historische Denkmale des Christlichen Fanatismus (1845), particularmente la parte dedicada a la iglesia católica romana. Esta obra fue utilizada por los nacionalsocialistas contra una iglesia que se presenta plagada de abusos y con la devoción saqueada por el dinero quitado a los pobres. La crítica al catolicismo de este libro es devastadora como religión que trae miseria y una riqueza de ejemplos de mala conducta.
       
            Recuerdo que Madame Blavatsky, de quién como ya vimos Xul tenía una versión reducida de La Doctrina Secreta, también sentó las bases que ella consideraba lógicas para la moralidad y hermandad requiriendo que el primer objetivo del movimiento teosófico sea la hermandad universal sin atención a cuestiones de raza, credo, sexo, casta o color. Pero ahora me encuentro con un drama taoísta anónimo del siglo XIII traducido del chino al francés: Le reve du Millet Jeune, obra que pone en escena la pregunta sobre la naturaleza moral del hombre. Junto a ese exótico texto encuentro cinco cuadernillos muy prosaicos de Esgood con cursos de influencia personal, hipnotismo y sugestión, autosugestión, formación y lectura del carácter, análisis de sí mismo, desarrollo de la fuerza de la voluntad y extirpación de malos hábitos. Y todo esto me hace volver nuevamente al libro de Gerald Heard, porque recuerdo que le preocupaba nuestra ineficaz e irrelevante educación para los valores, para el entrenamiento de la voluntad, para la elevación del corazón y la iluminación de la mente. Y también tengo que volver al libro de Rudolf Otto en el que “lo santo” constituye una categoría compuesta por elementos racionales e irracionales, teniendo que ver los primeros con el proceso de moralización de lo numinoso convirtiéndose de esta manera en lo bueno.

            Recordemos asimismo que el Steiner tan leído por Xul propuso también una forma de individualismo ético al que luego añadió un componente explícitamente espiritual en su Die Philosophie der Freiheit  (La filosofía de la libertad), exploración de un camino por el cual suponía que los seres humanos podían convertirse en seres espiritualmente libres, morales y creativos.60 Asimismo, el libro de Alexandra David-Neél también le mostraba a Xul las concepciones de los pensadores tibetanos para la dirección de nuestra conducta en el viaje arduo de la vida.

            Pero para mi estupor, me topo ahora con (W)Molter Von Plettenberg (1938)de Hans Friedrich Blund, jurista y escritor alemán que ocupó varias posiciones en instituciones culturales nazis durante el Tercer Reich y escribió muchas novelas y narrativas vistas hoy como un intento de establecer el camino al nacionalsocialismo.61 Recuerdo entonces que la escritura automática de inspiración freudiana de Breton estaba también libre de preocupaciones morales y que el surrealismo, de hecho, no se reclamaba de ninguna moral. Pero, por otro lado, vuelvo a la biografía de Paracelso y leo que uno de sus principios fue: «Únicamente un hombre virtuoso puede ser buen médico», siendo el amor uno de los pilares de la medicina. La novela de H.G. Wells que Xul tenía en Tigre (Un terrible experimento, nombre local de La isla del Dr. Moreau) también lidiaba con la responsabilidad moral, la identidad humana y la interferencia de los humanos en la naturaleza.

            Encuentro ahora dos versiones del Nuevo Testamento (en esperanto y de acuerdo a la traducción al alemán de Lutero) y, lo que me resulta de mayor importancia, el libro de E. Poisson sobre Fourier, ese gran satírico que anticipa líneas críticas de la moral burguesa y patriarcal basadas en la moralidad cristiana restrictiva del deseo y el placer.62 Fourier critica la religión hasta el rechazo de la moral familiar y de la jerarquía social tradicional en tiempo en que la reacción postrevolucionaria estaba en todo su apogeo. Y debido a que rechazaba una moral pesimista y enfocada en el dolor, proponía una enfocada en la felicidad entendida como placer y satisfacción de los sentidos.63 La sociedad para Fourier era básicamente hipócrita, con individuos que reprimen sus deseos y recurren a la moral para autojustificarse y reprimir a los que quieren perseguir sus deseos o, como diría Fourier, pasiones. Para él las pasiones no son nocivas sino parte fundamental de la naturaleza humana, no son el mal sino el principio divino. Y por tanto no solo son buenas sino necesarias para la realización de nuestro destino. En su sistema de “Armonía” todas las actividades creativas surgirían de la liberación de la pasión.64 Y nos llamaba a disfrutar del momento, a realizar nuestras inclinaciones o pasiones para producir esa “Armonía” (un estado de equilibrio entre todos) universal. El universo reflejaba para él las pasiones humanas y para hacer cesar los vicios de la civilización bastaba con confiar en la “atracción apasionada”, impulso de la naturaleza anterior a la reflexión y persistente a pesar de la oposición del deber.65

            Abro ahora Las manifestaciones del karma de Rudolf Steiner lo que me lleva a volver a Helena Blavatsky para buscar en su Glosario Teosófico la definición metafísica del karma como una ley de causación ética, la resultante de la acción moral o “el efecto moral de un acto sometido para el logro de algo que satisfaga un deseo personal…” Ese libro de Steiner está compuesto por sus célebres once conferencias sobre el tema dictadas en 1910, culminando con una descripción del problema del mal y del modo en que esas fuerzas representadas por Lucifer y Ahrimán actúan sobre el hombre, sosteniendo que solo en la medida que comprendamos esta acción es que podríamos librarnos de su influencia.66


Li-Tao, la casa en el Delta

Fue conmovedor leer las cartas de Micaela Cadenas (Lita), su mujer ya viuda, al Concejo Deliberante de Tigre y al Intendente pidiendo ayuda con los impuestos. Allí habla del amor de Xul por Tigre y que su sueño era tener una casita modesta para poder ir los fines de semana, de cómo a Xul le gustaba la pureza del aire de Tigre y la belleza del paisaje,

asi que ya jubilada, íbamos lo más que podíamos y asi una de las veces que fuimos por una semana lo soprendió la muerte, y desde entonces yo no he dejado de ir a Tigre, lo más que he podido y ahora estoy en aprietos…”

Y fue fundamental para escribir estas reflexiones tener un breve y fugaz acceso al menos a algunos de los libros de la Biblioteca que Xul tenía allí cuando falleció: su biblioteca final, los libros que lo acompañaron hasta el último momento. O leer la carta que Xul le envió a un amigo alemán en la que le habla del Tigre.

Xul amaba el río Luján. Su deseo era descansar donde falleció, a la sombra de los sauces del Delta. Amaba asimismo la naturaleza, hay testimonios que dicen que podía pasarse horas contemplando una planta. Adquirió su casa (“Los Ciruelos”) en el Delta en el año 1954, sobre ese río, donde instaló su taller que él mismo diseñó. En esa misma casa en la que falleció, escribió, pintó y pensó el futuro. Al principio iban con Lita los fines de semana, más adelante luego Xul iría a Buenos Aires generalmente solo los miércoles o jueves, para alguna actividad o para dictar sus cursos, y se quedaba a dormir esa noche en su casa de la calle Laprida donde hoy está el Museo Xul Solar. Marta Capriotti, amiga y testigo clave de esos años, sugiere que, en realidad, no dormía. Cuando volvía al Tigre pintaba en el jardín y remaba con un bote que él mismo había construido. Menos dos sillas usadas que le habían regalado, casi todos los muebles habían sido construidos por él.Tenía muchos amigos alemanes, me cuenta Marta, y él mismo iba al club alemán (el Teutonia). Con Lita tenían el proyecto de hacer un bosque.

           En Li-Tao Xul contaba con dos gatos y, recuerda Marta, al menos tres perros. Sabemos que el último de los caninos en morirse fue Alí y que uno de los gatos se llamaba Blitz. Seguramente los primeros ladraban cuando a la casa Xul llegaba por tierra (a quince cuadras de tierra de la ruta) o con lancha colectiva. Una vez allí Xul hacía gimnasia todos los días, meditaba, nadaba en el río Luján y gozaba de la naturaleza. Marta Capiotti lo recuerda yendo al muelle con un guardapolvo azul con bolsillos o con otro delantal bordeaux con modelo de cocinero que aún se conserva en el Museo Xul Solar: tornillos en un bolsillo, destornillador y clavos en otro. Sacaba su martillito y su clavito y trabajaba, me cuenta Marta. El botiquín del baño hecho por él está hoy conservado en la casa de la calle Laprida. El bote luego lo convertiría en la cucha del perro.


            Pero la historia de Xul en Tigre no comenzó en Li-Tao. En 1894, cuando era un niño, fue inscripto en la Escuela N.1 de Tigre para iniciar los estudios primarios, escuela inaugurada por inicativa de Sarmiento en 1861. Sólo cursó allí primer grado y no regresaría allí sino hasta 1954 para seguir creando, entre otras, las obras del “Proyecto Fachada Delta”. Sin embargo, y a pesar de no estar en el Tigre, lo llevaba consigo, lo que podemos ver claramente en cómo la geografía del Delta influyó en obras previas a su estancia final allí como “Cinco Casas” o “Das Ruas” (1922) o en “Puerto azul” (1927). Los vivos colores del Delta nunca dejaron de estar presentes en Xul, y la casa que compraría después en Tigre tendría también una fachada de vidrios coloreados en el mismo estilo de los edificios de sus témperas o acuarelas. Quería cambiarle su monotonía al Tigre y volverlo más alegre.



            Una vez adquirida la misma diseñó, como ya dijimos, numerosos proyectos para otras viviendas allí, recuperando un sistema constructivo tradicional para el Tigre: las casas elevadas sobre pilotes. . A partir de 1957 sus estancias en el Delta se hacen cada vez más prolongadas y Lita se convierte en intermediaria con la ciudad. Ya al año siguiente su vida se había afirmado allí, inclinándose sobre la tierra, contemplando el oscuro río que tantos secretos guardaba. Xul había empezado su vida junto al río y la terminaba también allí, entre botes y crecidas. Era ese Delta del Tigre también un lugar espiritual y un sueño, como le ocurriera a tantos artistas y escritores.

          En su biblioteca tigrense encontramos Hombres de maíz de Asturias, dedicado por el autor a Xul Solar. Miguel Angel Asturias también tendría su casa en el Delta sobre el río Sarmiento, donde escribiría parte de su obra maestra que lo conduciría al Nobel. Xul le había comprado la suya a Sustaita Seeber, dueño de buena parte de La Ñata y a quien probablemente hubiera conocido en el Teutonia. Desmontó el terreno, plantó robles de pantano, ciruelos y casuarinas, y fue acondicionando de a poco la casa. Trabajó en Tigre hasta el último día de su vida y tenía muchos proyectos en marcha cuando lo alcanzó la muerte en el otoño deltaico que amaba, en particular por sus hojas caídas donde encontraba el arte en la naturaleza misma.

          Rodeado de misterio, nos dejó en Tigre el 9 de abril de 1963 a las 23:30 horas. Jugó con el lenguaje aún mientras se quejaba del dolor en el pecho. Con un rosario de madera que él mismo había tallado en su mano se fue esa noche un mago tigrense. Quedaron en su casa sus grafías, el armonio con las teclas pintadas en su cuarto, los muebles hechos por él, sus vasos y copas pintados, la radio Spika, sus dibujos, croquis y planos a mano de su casa.


          Había dudado sobre volver a Europa o quedarse en Argentina. No en una Buenos Aires que no idealizaba ni le traía buenos recuerdos. Eligió el Tigre donde veía mejor las estrellas que tanto amaba y una casa que hacía juego con su reserva y pudor, su soledad y su excentricidad tan bien retratadas por Leopoldo Marechal y Roberto Arlt. 67 ¿Había encontrado Xul en Tigre, cual personaje arltiano, un refugio frente a una ciudad que lo marginaba? Gracias a ello dio forma en su jardín a sus grafías, entre nadadas en el río, meditaciones y sueños del PanKlú Delta, su San Lar de Tigre. Allí llevó su máquina de escribir, en ese lugar donde había encontrado una felicidad y paz no ajenas a su misticismo. Se contactó herméticamente con la naturaleza en una espiritualidad panteísta y pulió allí los San Signos hasta su muerte.

           En la carta ya citada a su amigo alemán (Siemsen), el delta de Tigre le recordaba al egipcio y a la vieja Caldea. Lo veía también como una región productiva que con el tiempo quizás llegue a ser lo más rico de la Argentina. Así lo había pensado también Sarmiento. Para finales de la década del 50 ya se había convertido Tigre entonces el espacio elegido por Xul para reflexionar, escribir, crear e inventar. Trabajó allí intensamente en su pintura y en la panlengua, inspirado en la pureza del aire y la belleza del paisaje. Había soñado con una vida comunitaria y se quedó solo con su mujer en Li-Tao buscando la verdad.
Vuelvo por última vez entonces a su biblioteca tigrense y me encuentro con una enciclopedia que le regaló Borges y, enseguida, con otros libros que seguramente le fueron de suma utilidad e interés en el Delta: Elementos de botánica, Plantas que curan y plantas que matan, Arboricultura Argentina: apuntes generales sobre arboricultura frutal e Hydroponics: food without soil: a journal of experiments 1938 to 1940.68 También encuentro La liga de las cocinas: manual internacional de las mas exquistas recetas, un catálogo general de alimentos integrales, y el libro del Dr. E. Monin: Hygiene et medecine des viellards.

            Pero algo me lleva a volver a abrir el libro de Goncharov, Oblómov, puesto que oblómovka se refiere a la casa familiar, situada en el campo, y descrita como un lugar idílico en el capítulo titulado “El sueño de Oblómov”, casa que simboliza el escapismo recurrente: un lugar y un tiempo (la infancia) al que se regresa mentalmente cuando la incapacidad de decidirse bloquea cualquier acción. Pienso en cómo se podría haber identificado Xul al elegir el Tigre. Lo cierro y vuelvo a abrir las obras completas de René Ghil, cuya obra poética comenzó con la colección Légende d'Âmes et de Sangs. Este ambicioso poeta había sido uno de los casos más interesantes de estética trascendental en la que vemos el amor de la naturaleza y una pasión de mil poderes que conjuga sabiduría con emoción del infinito en una ensoñación también campesina que hasta llega a lograr una visión.

            De repente me vuelve a llamar Pampa Roja, de Fernando Demaría, también profundamente enraizado con la tierra y el medio ambiente rural que le otorgó en sus propias palabras, “las lentas y profundas enseñanzas de la naturaleza”, un aspecto saliente de su poesía y filosofía. Recordemos que Demaría era uno de los amigos personales de Leopldo Marechal y que publicó una traducción de los fragmentos de Heráclito, ese que no se bañaba dos veces en el mismo río. Como en un frenesí final me convoca nuevamente Corvin, autor del ya mencionado Pfaffenspiegel, quien había publicado también un libro para enseñar a nadar –deporte que Xul practicaba- y era muy talentoso en el rubro, habiendo también fundado revistas sobre la vida al aire libre. Investigo y descubro que publicó también el Taschenbuch für Jäger und Naturfreunde (Handbook for Hunters and Friends of Nature). Y como me estoy sintiendo mal, mareado de tanto leer, decido abrir el Manual de Homeopatía Familiar de Rousson.

            En todos los capítulos de Imitiation de Jesús Christ, célebre libro de Thomas a Kempis que Xul tenía en Tigre, se hace énfasis en la necesidad de vida interior y retirada del mundo exterior, retiro que bien podría ser el que Xul llevó adelante en sus últimos años. Para ese retiro seguramente no le vino mal el Ricettario domestic. Enciclopedia moderna per la casa del Ing. Italo Ghersi, con recetas de todo tipo, desde insecticidas (fundamentales en el Delta) a culinarias, médicas, de escritura, higiene y miles de otras cosas. Como me siento mejor lo cierro y pienso que es hora de sembrar. Entonces abro La granja argentina de Arturo Pimentel, quien se refiere a la granja como un mecanismo para combatir el monocultivo. En este libro ofrece una cantidad de consejos prácticos, escritos en lenguaje sencillo, para alentar las “industrias menores de la granja”.

            Para mi goce personal encuentro ahora The naturalist in La plata del gran W. H. Hudson pero, para mi sorpresa, lo dejo y abro La pálida rosa de Soho de Luisa Mercedes Levinson, libro de cuentos que incluían “El Abra”, “En la otra Orilla” y “La isla”. Pareciera que, contagiado del espíritud de Xul y Borges, no pudiera parar de leer. Como estoy estudiando alemán, me entusiasma asimismo traducir el título de este libro del Dr. Bürki y otros: Dungerlehre: Leitfaden für den Unterricht an landwirtschaftlichen und Leruch für den praktischen Landwirt (Fertilizantes Docencia: Directrices para la enseñanza en las escuelas agrícolas y puerros para el agricultor práctico), lleno de notas escritas al margen también en alemán y también otro ejemplar titulado Leitfaden für den Unterricht an landwirtschaftlichen Schulen und Lehrbuch für den praktischen Landwirt (Guía para la enseñanza en las escuelas agrícolas y de libros de texto para el agricultor práctico).
            
           Como mi alemán aún es muy precario encuentro sosiego en una de las obras maestras de la literatura latinoamericana: La vorágine, de José Eustasio Rivera, novela de la selva amazónica donde el poeta Arturo Cova y su amante Alicia huyen de la sociedad, cual Xul y Lita. Cova es un personaje tan atractivo por su vitalidad y gran complejidad psicológica como Xul, movido por un ideal que no logra conciliar en la realidad. Arturo Cova y Xul Solar huían para mí juntos de las convenciones sociales hacia extensas regiones de caudalosos ríos. La selva, sus ritos ancestrales y sus alucinaciones, son protagonistas de esta novela sobre la vida de un hombre entregado al destino, como también lo había estado Xul.

           Dejo ahora esta vorágine xuliana y, mareado nuevamente, recurro a Los grandes remedios vegetales de Pierre Bompard. Luego de encontrar el brebaje natural preciso decido abrir L’art des jardins, de Georges Riat, un crítico e historiador del arte francés, erudito amante de la naturaleza que creyó necesario localizar el arte de los jardines en las diversas civilizaciones. No es un libro de jardinería sino de historia del arte pero que Xul leía seguramente pensando en su jardín deltaico. Sintiéndome demasiado bucólico, opto por abrir un clásico deltaico más duro: Los isleros de Ernesto L. Castro, historia que narra la sacrificada vida de las personas que vivían en las islas en la década del 40 y el drama social de las crecidas e inundaciones allí. Sin embargo, reflejaba también los aires de renovación y expectativas que aparecían en las nuevas generaciones. Más optimista entonces, me introduzco en El camino de El Dorado de Arturo Uslar-Pietri, la novela de la locura de Aguirre, su impotencia y el magnetismo con el cual se apoderaba de la voluntad de los hombres que enmudecían frente a sus deseos, algo que a Xul le hubiera gustado lograr probablemente.

            Después de pasar por alto más libros de medicina (Galtier-Boissiere, Dr. Larousse Médical illustré y Schweizer, Federico. Guía de la salud (herboristería suiza) vuelvo una vez más a Un experimento terrible” (La isla del Dr. Moreau), cuyo personaje, incómodo con los otros humanos animalizándose, deja Londres y vive casi en soledad en el campo, dedicándose a la química y a la astronomía, en cuyos estudios, cual Xul, encuentra algo de paz. Pero decido acabar estas líneas con Whitehead, cuyo pensamiento tiene en los años más recientes una de las aplicaciones más interesantes en el área de la civilización ecológica, la sustentabilidad y la ética medioambiental. Muchos han visto su metafísica holística como una alternativa prometedora a la tradicional visión del mundo mecanicista, proveyendo una detallada pintura metafísica de un mundo constituido por una red de relaciones interdependientes. La empatía con la naturaleza de Xul estaba aquí como también la encontramos en alguna nota sobre el Fausto y en la idea de que todo confort es vil (Jeder Trost is niederträchtig). No en vano había sido su admirado Fourier adversario de la civilización urbana.

           Macedonio Fernández sostuvo que Xul Solar no debía morir puesto que no era reemplazable ni repetible. Borges afirmó que Xul Solar y su pintura nos siguen mirando. Quizás porque, como Saint-Germain, no haya muerto, dado que hasta a Borges –que no mucho dejó sin imaginar- eso le parecía imposible.

Notas

1 Aunque supuestamente Borges y Xul habrían jugado en diversas ocasiones.

2  “La aventura será mi única razón de ser”, sostuvo alguna vez esta erudita tibetóloga masona que conocerá en Londres a varios miembros de la Sociedad Teosófica y fue además primera cantante en las operas de Hanoi, Atenas y Túnez, donde se desempeñará a su vez como directora artística del casino. No deseó tener hijos, incompatibles con su necesidad de independencia y su gusto por los estudios y los viajes. Esta exploradora de geografías y lenguas publicó también una antología de la literatura tibetana que incluye los poemas eróticos atribuidos al sexto dalaï-lama. Falleció en 1969, poco antes de cumplir 101 años.

3 No puedo descartar tampoco que se no se trate de un error de la lista, ya que no es el único encontrado allí.

4 La novela corta Descripción de una lucha (Beschreibung eines Kampfes) fue la primera obra que publicó el autor checo y que describe una lucha personal como resultado de la intromisión de lo improbable en lo probable, de lo fantástico o imaginado en lo real, asunto de tanto interés tanto para Xul cuanto para Borges.

5 Algo que intuyo y descubro por error, ya que aparentemente se hallaban en la mesa de luz de Xul Solar cuando éste muere, y no se encontraban incluídos en la lista que obtuve de los libros de la biblioteca de Xul en Tigre.

6 En Altona, Saint-Germain se hizo amigo del Príncipe Charles de Hesse-Kassel, quien también tenía un interés en el misticismo y era miembro de varias sociedades secretas. Algunos grupos lo honraban como un ser sobrenatural. Madame Blavatsky y su alumna, Annie Besant, sostuvieron ambas haberlo conocido y viajando con nombres diferentes. No permanecía mucho tiempo en un lugar, se desplazaba constantemente por toda Europa y cuando se cansaba de ésta se iba al Tíbet, a África o a Turquía.

7 León de Modène se hizo conocido sobre todo como intérprete del judaísmo para el mundo cristiano. Maestro y predicador, se ocupó principalmente de teología pero esparció como Xul sus intereses sobre la música, el teatro, la alquimia y la poesía.
8 James Summers, quien como Xul estudió lenguas extranjeras por su cuenta, obtuvo un puesto docente en el St. Paul College en Hong Kong en con las esperanzas de convertirse en un diplomático en el futuro. Pero fue apresado por las autoridades portuguesas en Macao en 1849 por negarse a quitarse el sombrero durante una procesión religiosa católica. Se convirtió en profesor de chino en el King’s College de Londres a los 25 años, a pesar de no tener educación formal. En 1853 publicó su primer libro sobre la lengua china y al año siguiente tradujo la Biblia al dialecto de Shanghai. Publicó además ensayos sobre la lengua y la gramática japonesas y el primer diario en lengua japonesa en el exterior en Londres.

9 Su obra más conocida es Diario de viaje de un filósofo, que describe sus viajes por Asia, América y Europa y establece importantes comparaciones entre pueblos, culturas y filosofías.

10 James, que ve a Hegel como un visionario, asume que se debe renunciar al intelectualismo y que las experiencias religiosas ocurren, corrobora la noción de una vida más grande de la cual somos parte y nos recuerda que nuestras creencias forman parte de la realidad. En A pluralistic universe defiende la idea de que los conceptos distorsionan en vez de revelar la realidad y alaba a Bergson y a Fechner, en este último caso por sostener que el universo está vivo y conciente y que las conciencias humana, animal y vegetal se fusionan en una conciencia mayor que liga con la experiencia religiosa y una relación superior con el universo. Recordemos que el autor de Las variedades de la experiencia religiosa había además sido hijo de un teólogo swedenborgiano

11  Alusión al libro de G. Bateson y Mary Catherine Bateson, Angels Fears: Towards an epistemology of the sacred, NY, Macmillan, 1987, donde se propone una epistemología de lo sagrado. Además de hacer horóscopos para sus heterónimos, Pessoa corrigió el horóscopo de Allister Crowley y recibió al mago inglés cuando éste visitó Lisboa.

12 Ya Pitágoras leía al universo como una notación musical y Mozart fue el más conocido músico masón, inciando asimismo a Haydn. Por ello también Debussy consideraba a la música una forma misteriosa de las matemáticas. Habría una geometría oculta que solo tiene usos prácticos en la magia: la cruz, el triángulo, símbolos que conducen a una realidad superior, el torbellino cósmico taoísta al que las obras de arte nos acercan. El “árbol cósmico” es el pilar que sostiene el cielo. Hermetismo y arte tienen una larga historia que también hallamos en la literatura (en Rimbaud y su alquimia del mundo, pero también en Balzac y en Baudelaire, en el ya mencionado Blake cuya obra revela una cosmogonía, en Fourier (donde se combinan esoterismo y socialismo utópico), en Goethe (para quien el esoterismo era una de sus fuentes de inspiración), en Nerval (su poesía es una introducción al hermetismo) o en el también ya mencionado Breton.

13 Gibrán había publicado antes  El Loco y posteriormente publicaría El Precursor. El arte y saber universal fueron base tanto para su literatura como para su pintura.

14 Sin embargo su teoría debía primero servir para elaborar una “poesía científica”, vasta síntesis de la historia de la especie humana, lo mismo que soñara Mallarmé. A partir del principio de la evolución, Ghil pretendía ilustrar el pasaje de la materia inerte a la organización del átomo y al conocimiento humano y, por último, al orden altruista en el que toda la humanidad alcanzaría la sabiduría.
15 Esta reacción buscaba un método que escuche la voz de la conciencia e investigaba los límites del saber científico. Bergson planteó una nueva filosofía y metafísica en las que la conciencia y la experiencia interior eran vistas como conocimiento superior. Recordemos además que, ansioso de conocimiento como Xul, además de mecánica, también Bergson había estudiado geología y biología.
16 La Doctrina Secreta es el libro más importante de Blavatsky, pero también publicó La Voz del Silencio, un libro poético que pertenece al Libro de los Preceptos de Oro, que habría memorizado mientras estaba viviendo en un monasterio lamaísta tibetano y que fue traducido a la lengua portuguesa por Fernando Pessoa. El libro trata de la cosmogénesis, los simbolismos universales, la antropogénesis, la ciencia, la religión, la filosofía y los misterios. Blavatsky afirmó basarse en el Libro de Dyzan, pergamino escrito en hojas de palma, resistente al agua, el fuego y el aire y escrito en un idioma desconocido llamado senzar. No se han encontrado esos manuscritos que Blavatsy relacionaba con el "Libro de Reglas de Oro" y el "Libro de Kiute", serie de tratados de budismo esotérico. Otros textos utilizados como referencia por Blavatsky son los libros mosaicos, los textos sagrados hindúes (como los Vedas y Upanishads), la cábala caldea y judía, y la mitología antigua.

17 Este antiintelectualismo medieval toma como modelo la figura del rey Salomón, quien habla de la "vanidad de vanidades" (hebel hebalim) y presenta el conocimiento auténtico como el temor al Creador. Por tanto, toda ciencia que no se funde en la contemplación de lo divino es vista como vanidad, entendida ésta como en confiar en las cosas del mundo: "Quien se apega a las criaturas, se marchitará juntamente con ellas, porque la criatura es efímera y quebradiza." Esta postura haría que los críticos del racionalismo le acusaran de oscurantismo y apología de la ignorancia.

18 En ese sentido, para Kant es central saber cómo llegamos al conocimiento sobre nuestro mundo y si es posible la metafísica (o cómo es posible el conocimiento por la razón pura). De ahí surgen, entonces, las cuestiones acerca de los límites espaciales y temporales del mundo. Mediante una crítica de nuestra razón como facultad de conocimiento, ésta debe confirmarse en su función pero, al mismo tiempo, también han de establecerse sus límites y probarse la irresolubilidad (al menos a nivel teórico) de estas mismas cuestiones.

19 Krum-Heller alcanzó el grado máximo de la masonería, fue comendador mundial de la fraternidad Rosacruz Antigua (que fundaría). Publicó 25 libros esotéricos y fue en México donde comenzaría a estudiar metódicamente el ocultismo, la gnosis y el espiritualismo, familiarizándose con las obras de la ya mencionada Helena Blavatsky.

20 Goethe habría sido uno de sus discípulos. Napoleón III, iniciado en los carbonari, se interesó también en él. Hay quienes creen que el conde, cabalista y mago hermético, todavía vive y lo hace en América. Se convirtió en una figura importante en el seno de la Sociedad Teosófica donde se acabó considerándolo, entre otros y tras una visión de la médium Annie Besant, como la reencarnación de Christian Rosenkreutz y de Francis Bacon. Horace Walpole, a quien Borges había leído con fruición, menciona que fue arrestado en Londres bajo sospechas de espionaje pero liberado sin cargos. Escribió asimismo que Saint-Germain cantaba y tocaba el violín maravillosamente pero que estaba loco, concluyendo que era “un hombre que había estado en o diseñado para la Iglesia”. Enigmático personaje, aventurero, inventor y figura recurrente en varias historias ocultistas, se dice que es posible que haya sido hijo del último rey de Transilvania. Masón muy educado y elegante, fue empleado por Luis XV para misiones diplomáticas. Aseguraba también haber sido iniciado en la Soberana Orden de los Caballeros del Zodíaco. Se dice que hablaba a la perfección francés, inglés, italiano, chino, árabe, alemán, latín y sánscrito. Y que tenía vastos conocimientos sobre artes, ciencias y medicina. En la actualidad es un referente mítico dentro de la llamada "metafísica cristiana" y el ocultismo.

21 Para Heard la conciencia humana debía conocerse a sí misma de manera de poder reinterpretar la experiencia del tiempo para ver la realidad tal como es. Para ello era necesario conservar la energía para poder usarla en el desarrollo de nuestra conciencia, abandonando los deseos egoístas y construir así un mundo en el que para salvarnos debemos salvar primero a los otros. Su obra fue importante para la difusión del Vedanta en el hemisferio occidental.
22 Lo numinoso es un elemento inefable que se sustrae a la razón, “solo cabe dilucidarlo”. Para ello, el teólogo va a acudir a caracteres que pueden describirlo indirectamente como el misterio. Puede emparentarse con el estupor, el asombro intenso, el pasmo. Otros caracteres del numen según Otto son lo tremendo, la majestad y la energía. El primero atrae y fascina, ambivalencia sugerida por la analogía estética del sentimiento de lo sublime. Mircea Elíade, Jung, Heidegger, Scheler, Jünger y Needham reconocieron la infuencia de Otto. La facultad de reconocer lo santo es llamada facultad divinatoria, “testimonio del espíritu” que está en todos los hombres como disposición, sólo algunos tienen esa facultad en acto. Existe una potencia superior a esta disposición en el profeta, que es aquel que posee el espíritu en forma de voz interior.

23 Alphonse hacía pinturas murales para iglesias y conventos. En Le Livre des larmes desarrolló por vez primera nociones esotéricas e ilustró en esos años El Conde de Monte-Cristo, de Alejandro Dumas. Paralelamente leía la Kabbala Denudata de Knorr de Rosenroth y estudiaba los escritos de Jakob Böhme. Escribió el Dogme et rituel de la haute magie y entró en los círculos rosacruces. Luego se declaró contrario a las experiencias de magia y les hizo prometer a sus discípulos que no intentaran jamás la más mínima experiencia y que no se ocuparan más que de la parte especulativa de la filosofía oculta. También fundó la Revue philosophique et religieuse donde escribiría numerosos artículos sobre la Cábala, en la que inició a eruditos pertenecientes a la más rancia aristocracia. La publicación de la Histoire de la magie, primera parte de una trilogía que incluirá luego La Clef des grands mystères y Dogme et rituel de la haute magie, le consagró atrayendo a la mayoría de los esoteristas franceses. Más tarde en Fables et simboles y en Science des espirits analizará los símbolos pitagóricos de los Evangelios apócrifos y del Talmud, entre otros.

24 La Sección Alemana de la Sociedad Teosófica creció rápidamente bajo la guía de Steiner, y él y muchos de sus miembros se separaron luego para formar la Sociedad Antroposófica. A pesar de que se afirmara que Madame Blavatsky o Annie Besant le habían influido, él afirmaría que su filosofía provenía de su percepción espiritual directa. Sus conferencias incluían representaciones de obras teatrales escritas a veces por el propio Steiner. Para ellas diseñó el mismo un teatro y un centro organizativo: el Goetheanum, parcialmente construido por voluntarios que ofrecieron sus habilidades o simplemente la voluntad de aprender cosas nuevas. En 1919 se representó allí el estreno mundial de una producción completa del Fausto de Goethe. Steiner presentó el enfoque científico de Goethe como de naturaleza esencialmente fenomenológica, defendió la descripción cualitativa del color de Goethe como surgiendo de la polaridad de luz y obscuridad en contraste con la concepción analítica de Newton, basada en partículas. Llamó a la Jenseits-Philosophie (filosofía de un más allá inaccesible) de Kant un obstáculo para alcanzar un punto de vista filosófico satisfactorio, negando explícitamente toda justificación de una división entre fe y conocimiento. Pensando al percibir (el camino de las ciencias naturales) y percibiendo el proceso del pensar (el camino del entrenamiento espiritual), creía era posible descubrir una unidad interna escondida entre los dos polos de nuestra experiencia. La verdad, para Steiner, era paradójicamente tanto un descubrimiento objetivo como una creación libre del espíritu humano. La tarea de comprender no era para él replicar de manera conceptual algo que ya existe sino más bien crear todo un nuevo reino que, junto con el mundo dado a nuestros sentidos, constituía la plenitud de la realidad. Veía la conciencia humana como un producto de la evolución natural que se trasciende, volviéndose la naturaleza autoconciente en el ser humano.

25 La antroposofía busca elaborar una comprensión global del mundo y describe los mundos espirituales. Rudolf Steiner se preocupó toda su vida por desarrollar una metodología apropiada para ello, con las dificultades del caso. La antroposofía precisamente se diferenciará de la teosofía por la ausencia en esta última de una epistemología espiritual.

26 El autor fue también muy conocido por su A Skeleton Key to Finnegans Wake escrito junto a Joseph Campbell.

27 Ya Breton antes había escrito Les Champs Magnétiques (en colaboración) y luego publicará Le surréalisme et la peinture. Seducido de joven por el hegelianismo opuesto al positivismo, Breton visitará también a Freud en Viena y con René Crevel experimentará los sueños hipnóticos que permitirían liberar el discurso del inconsciente.

28 Breton también dirigirá la publicación de Formes de l’Art, del cual él mismo escribe el primer tomo: L’Art magique. Manifiesta su interés por el arte naïf y aspira a que lo maravilloso e irracional abra las puertas estrechas de lo real. Para combatir el racionalismo, usará la poesía con su imaginación “que ha hecho ella sola las cosas reales”, el asombro, los relatos de sueños, los recursos de la metáfora y la imagen. El amor es aquí una maravilla en la que el hombre recupera el contacto con las fuerzas profundas y sin la cual no hay solución. Se basa además en sus experiencias personales y experimentos que observó en el Institut Métapsychique International. Su Nadja parece incluso poseer un poder mediúmnico que le permite precedir ciertos eventos. Para Breton el cosmos es un criptograma a descifrar y ya el segundo manifiesto surrealista mostrará una afinidad por el esoterismo: “Le surréalisme vous introduirá dans la mort qui est une société sécrète”, leeremos allí.

29 Intelectual influyente en el campo metafísico desde el que criticaría a la civilización occidental, estudioso de las doctrinas y religiones orientales, se esforzó por aportar una visión no simplista de estos pensamientos -especialmente los de la Indiay por su defensa de esas civilizaciones tradicionales. Condena las pseudo-doctrinas ocultistas y «teosofistas», frecuenta la «Escuela Hermética» dirigida por Papus –sin tomarla en serio-, y se hace admitir en la Orden Martinista. En algún tiempo alimentó el proyecto de escribir una obra titulada El Error Ocultista, pero finalmente renucnió a ese trabajo luego de constatar que ese movimiento no representaba más nada. Describe el movimiento ocultista francés como habiendo fabricado una seudo-teoría e infiltrado por individuos de intenciones dudosas. Entra en relación con Fabre des Essarts, patriarca de la «Iglesia gnóstica», se familiariza con el taoísmo y funda la revista La Gnose, donde aparecerán su primer escrito (“El Demiurgo”), artículos sobre masonería y las primeras redacciones de El Simbolismo de la Cruz, El Hombre y su devenir según el Vêdânta y Los principios del cálculo infinitesimal. Nunca negó su vinculación con la masonería, aunque no cesó de denunciar el carácter superficial y seudoesotérico que se había instalado en la misma institución por ignorancia de su verdadera función y objetivo.

30 En El Teosofismo, historia de una seudo-religion proponía una historia del movimiento creado por H. P. Blavatsky, estudiando también el rol de Annie Besant que sucedió a Blavatsky al frente de la organización. Guénon fue uno de los principales representantes del pensamiento hermético contemporáneo del que criticó el método argumentativo fundado sobre la analogía y la semejanza más que sobre el discernimiento de la racionalidad occidental. Mircea Eliade consideraba su doctrina más rigurosa y valiosa que la de los ocultistas y herméticos del siglo XIX y XX: de un lado una explosión de ocultismo, suerte de religión pop, y del otro el descubrimiento y la aceptación del esoterismo tradicional. Mircea Elíade estaba en contacto con Guénon, a quien le envió su Techniques du yoga. La obra de Guenón marcó a muchos artistas y escritores en guerra contra su época y los valores de occidente, o bien alcanzados por una exposición de la espiritualidad distinta de la moral cristiana al mismo tiempo que opuesta a todas las formas de ocultismo en boga a comienzos del siglo XX. Muchos de ellos acompañaron el movimiento surrealista. Breton manifestó el interés que le inspiraba la obra de Guénon, aunque éste juzgaba que los surrealistas eran parte del plan general de subversión de la auténtica espiritualidad tradicional. Se mostró en cambio más receptivo a Artaud y sus tesis sobre el teatro oriental que, a diferencia del occidental, conservaba su valor espiritual. Artaud quiso huir de la civilización burguesa europea y se fue a México, el único lugar de la tierra que suponía proponía una vida oculta en la superficie de la vida. Queneau fue otro lector atento de Guénon, quien le proponía otro mundo, otra civilización cuyo fin último era la paz sobre la tierra.

31 El nombre Paracelso que escogió para sí mismo significa «igual o mejor que Celso», un médico romano del siglo I. El orden cósmico era lo que le interesaba en primera instancia y lo halló en la tradición astrológica. A pesar de que obtuvo fama de mago y aportó a la alquimia, contribuyó a que la medicina siguiera un camino más científico y se alejase de las teorías de los escolásticos. Aceptó los temperamentos galénicos y los asoció a los cuatro sabores fundamentales. Pero también se le atribuye la idea de que los cuatro elementos pertenecían a criaturas fantásticas que existían antes del mundo.

32 Escritor de novelas con temas ocultistas, sus experiencias le llevaron a la teosofía. Sus obras inspiraron a Walter Nauhaus, co-fundador de la Orden Thule, una de las pioneras del nacionalsocialismo. Él y su escritura simpatizaron con los nazis, pero aparentemente su filosofía fue más interesante.

33 Predicaba Böhme que las fuerzas del mal incluían ángeles caídos rebelados contra Dios y que este último buscaba restaurar el mundo a un estado de gracia. Y nosotros humanos para alcanzar a Dios debíamos pasar primero por el infierno. Influenciado también por los rosacruces y por el médico Balthasar Walther, quien había viajado a tierra sagrada para encontrar sabiduría mágica, cabalística y alquímica, influyó él a su vez en el romanticismo alemán e inglés, particularmente en Schelling, Blake, Milton, y Novalis, pero también Coleridge, Schopenhauer y Hegel lo admiraban.

34 Uno de los más importantes escritores en lengua alemana en el campo de la ficción sobrenatural, estudió cábala y misticismo oriental y hasta su muerte practicó yoga. Sus obras casi siempre lidian con varias tradiciones ocultistas y él mismo fue miembro de la Hermetic Order of the Golden Dawn y de la Sociedad Teosófica. En 1902 fue acusado de fraude por usar el espiritualismo para beneficiarse de operaciones bancarias. Traductor del Libro de los Muertos, se convirtió luego al budismo mahayana.

35 Se trató en realidad de tres órdenes, aunque se refiere con frecuencia a las todas colectivamente. La primera enseñó filosofía esotérica basada en la cábala hermética y el desarrollo personal a través del estudio y la conciencia de los cuatro elementos clásicos así como los fundamentos de la astrología, la adivinación del tarot y la geomancia. La segunda enseñaba propiamente magia incluyendo viaje astral y alquimia. La tercera fue la de los “Ladrones secretos” que se suponían altamente calificados y que supuestamente dirigía las actividades de las otras dos órdenes menores mediante comunicación espiritual con los jefes de la segunda orden.

36 Este seudónimo es un juego con el reino mágico de Avalon y el rey Arturo cuyas leyendas están atadas a la búsqueda del Santo Grial, símbolo de sabiduría esotérica en especial para los teosofistas.

37  Acusado de la muerte de Papus mediante el uso de la magia negra, se lo incluye en un grupo de ocultistas “científicos” hostiles a René Guénon.

38 Uno de los fundadores del movimiento teosófico en Inglaterra, Madame Blavatsky (con quien vivió hasta la muerte de ella) lo llamó “the astral tramp” por sus exploraciones en ese plano. Se convirtió en un autor muy influyente y un erudito con un conocimiento mayor de matemáticas, astronomía y metodología que la mayor parte de sus colegas astrólogos.

39 Considerado uno de los astrólogos más importantes del siglo XX, Leo trabajó conceptos religiosos como el karma y la reencarnación en la astrología a la que se propuso simplificar para difundirla más fácilmente.

40 Muchas de las ideas de Reiser influenciaron a los newagers. Su principal creencia era que había fuerzas geomagnéticas dirigiendo la evolución de las especies. Sostenía que existía un “campo de memoria” alrededor de la tierra que llamó la “psicoesfera”, la que podía explicar para él todos los eventos paranormales y la telepatía en la que creía mientras criticaba fuertemente la religión organizada.

41 Isabellle Stengers escribió que “los whiteheadianos se reclutan tanto entre filósofos como entre teólogos, y la paleta ha sido enriquecida por practicantes de los más diversos horizontes, de la ecología al feminismo, prácticas que unen la lucha política y la espiritualidad.” En China su pensamiento se mezcla con el taoísmo, el budismo y el confucianismo en centros universitarios creados para el estudio de su filosofía debido a su énfasis en la interdependencia de humanidad y naturaleza, y en la importancia de incluir la enseñanza de valores.

42 Whitehead enfatizó la importancia de la imaginación y el libre juego de ideas, todo conocimiento debía encontrar alguna aplicación imaginativa para no convertirse en saber inútil. Lamentablemente el interés en la metafísica caía cuando Whitehead comenzó a escribir en serio sobre ella. Afirmó que la gente necesita continuamente reimaginar sus asunciones básicas sobre como funciona el universo si la filosofía y la ciencia esperan hacer algún progreso real. Por eso veía las investigaciones metafísicas como esenciales para la ciencia y la filosofía. Todo estaba para él constituido por su experiencia, aún las colisiones de electrones, y no separaba como Descartes la existencia material de la mental. Para Whitehead el materialismo científico ocultaba el hecho de que nada nunca permanece igual. Señaló las limitaciones del lenguaje como una de las razones de que se mantenga un modo de pensamiento materialista. Las “sustancias materiales” o “esencias” eran para él simplemente una descripción conveniente de un continuo de procesos que oscurece la importancia de las relaciones que no son secundarias a lo que una cosa es, son lo que una cosa es. Pero una entidad no es meramente una suma de sus relaciones sino también una evaluación de las mismas y una reacción a ellas. La creatividad era el principio absoluto de la existencia y cada entidad tiene algún grado de novedad en cómo responde a otras entidades, no está totalmente determinada por leyes causales o mecánicas. Así como las acciones de un ser humano no siempre pueden ser predichas, lo mismo puede decirse de cómo se moverá un electrón o si lloverá mañana. La incapacidad para predecir el movimiento de un electrón no se debería a nuestra ignorancia: la creatividad/libertad fundamental de todas las entidades afirma que siempre habrá fenómenos que serán impredecibles. Whitehead criticó a su vez a la cristiandad por definir a Dios como un rey que impone su voluntad al mundo y cuyo atributo más importante es el poder. Prefiere una idea de Dios que llama “la breve visión galileana de la humildad” y que “habita en los elementos tiernos en el mundo, que lentamente y en silencio opera mediante el amor”. Describía la naturaleza primordial como “la realización conceptual ilimitada de la riqueza absoluta de la potencialidad”. Dios sería meramente las posibilidades eternamente no realizadas, y requiere del mundo para actualizarlas, lo que nos recuerda aquella famosa frase de Bernard Shaw: God is in the making. La obra de Whitehead históricamente ha sido más influyente en el campo de la teología progresiva norteamericana que resalta la naturaleza relacional de Dios, y la escuela filosófica en norteamérica que históricamente tuvo una relación cercana con la filosofía de procesos en la cual se basa esta teología es el pragmatismo. No es casual entonces que admirara a William James y John Dewey y reconociera su deuda hacia ellos.

43 Yeats y Joyce estudiaron su traducción del Libro de los Muertos. Budge estaba interesado en lo paranormal y creía en los espíritus. Tenía amigos en el Ghost Club, un grupo en Londres que estudiaba ese mundo y las religiones alternativas.

44 Webster Leadbeater estudió también astronomía y conoció a Helena Blavatsky cuando visitó Londres; ésta lo aceptó como pupilo y él se convirtió en vegetariano. En Ceylán fue uno de los fundadores de la Academia Budista Inglesa, estableciéndose en el lugar como su primer director bajo condiciones muy austeras. Fue también Secretario de la Logia de Londres. Junto a Annie Besant hicieron investigaciones sobre el cosmos, la creación, la química y la constitución de los elementos. Tratando con el aura y los chakras, dejó una gran influencia en los círculos de la New Age. Fue sacerdote y maestro recordado como un ser brillante, alegre y de buen corazón. Como alentaba la masturbación en los niños en plena Inglaterra victoriana, fue acusado de abusos que nunca pudieron ser probados.

45 Los tulpas serían la materialización física de nuestros pensamientos y emociones. Cuantos más pensamientos, emociones y creencias se junten, con mayor realidad se mostrará esta materialización. También Breton, cuyo manifiesto surrealista Xul tenía en Tigre, en contacto directo con la locura se rehusó a ver allí solamente un déficit mental sino sobre todo una capacidad para la creación.

46 Schiller había leído a los poetas del Sturm und Drang, estudiado a Kant, escribió la obra de teatro Die Räuber (Los bandidos), la novela Der Geisterseher (El que ve fantasmas) y su Über die tragische Kunst (Sobre el arte trágico). Consigue que Goethe acepte participar en la revista Die Horen (donde colaboraron autores como Herder,  Fichte, Schlegel y Hölderlin, entre otros) y desarrolla una gran amistad con él a pesar de que a aquel le le molestaba la pasión de Schiller por los juegos de cartas (al punto que se enterraría a Goethe a su lado, a petición propia) Schiller editará asimismo la revista literaria Musenalmanach (El almanaque de las musas), en el que colaborarían autores de la talla de Goethe, Herder, Hölderlin y  Schlegel.

47 Tyrrel creía que los fantasmas eran entes “subjetivos” y "telepáticos" que existían en regiones de la personalidad humana que fuera del campo de la conciencia normal. Y entonces intentó fusionar el campo de estudio de lo sobrenatural en una teoría psicológica.

48 Nichols fue en su momento una de las personalidades más influyentes en Gran Bretaña, un hombre renacentista, pianista y experto en jardines, solterón y bon vivant.

49 Según ella, algunas descripciones y citas le fueron mostradas por ellos a través de la luz astral, otras veces mientras dormía. Páginas enteras le eran dictadas y se materializaban en el papel. Estas afirmaciones contribuirían al hecho de que Blavatsky fuera tomada como impostora.

50 Recordemos además que James había sido miembro fundador de la American Society for Psychical Research.

51 Heard se hizo muy conocido como militante pacifista que defendió la transformación de la conducta a través de la meditación y la “no violencia disciplinada”. En 1937 emigró a USA acompañado por Aldous Huxley.

52 Recordemos que Dale Harbison Carnegie también fue autor de How to Put Magic in the Magic Formula.

53 Se recomienda aquí para ello ser un buen escucha, ser amistoso, hablar poco y hacer sentir al otro que su idea le pertenece, ser empático ante sus opiniones y deseos, apelar a los motivos más nobles, comenzar con una apreciación y un elogio honesto, hablar de los propios errores antes de criticar los del otro.

54 El programa de Buchanan difería, sin embargo, de esos movimientos generalmente empiricistas, positivistas o pragmáticos resaltando lo que veía como la necesidad de reformas en el simbolismo matemático empleado. Buscó maneras de mitigar la variedad de amenazas a la humanidad que percibía en el crecimiento incontrolado y no supervisado de la tecnología y ciencia modernas.

55 Es más posible que haya sido escrita en colaboración con la investigación de Ogden de las teorías lingüísticas de Jeremy Bentham. Ogden, a su vez, cita el libro en su propio libro Bentham's Theory of Fictions.

56 En sus viajes a India, Irak, Egipto e Italia Searight desarrolló su interés en la lingüística y se famliarizó con las culturas y lenguas del medio y lejano oriente. En algún punto de su carrera militar fue clasificado como intérprete competente en árabe, baluchi, persa y pushtu.

57 Sona es una palabra creada por él que en su mismo lenguaje significa “cosa neutral auxiliaria”, pero el nombre fue también elegido por su eco con “sonido”. Searight creó este lenguaje como respuesta al eurocentrismo de otros lenguajes artificiales auxiliarios de su tiempo, como el esperanto y el ido. Al mismo tiempo buscaba que su lenguaje sea más práctico que la mayor parte de los lenguajes a priori como el solresol o el ro. De esta manera, el Sona sacrificaba la familiaridad de la gramática y el léxico por alguna medida de “universalidad” mientras al mismo tiempo preservaba nociones básicas comunes a gramáticas de todo el mundo. Searight se inspiró en muchas diversas lenguas, incluyendo inglés, árabe, turco, chino y japonés para crear este lenguaje lógico y ecléctico que solo dejó este libro como ejemplo.

58 La virtud no debería ser el resultado de un esfuerzo sino de la gracia. El quietismo podía eliminar la responsabilidad exagerando la pasividad.

59 En Espíritus rebeldes ya abogaba por una espiritualidad pero atacando a la iglesia y desenmascarando a los clérigos.

60 Steiner creía que a través de disciplinas éticas y la meditación cualquiera podía desarrollar la capacidad de experimentar el mundo espiritual propio y ajeno.

61 Si bien Blund luego habló en contra de la persecución de los judíos, esta novela, best-seller en su tiempo, es considerada una novela típica de la era nazi debido a su glorificación de una figura líder y su aplicabilidad para la propaganda del gobierno.

62 El siglo XX encontraría mucho más tarde interés en las perspectivas libertario-hedonistas de Marcuse –quien menciona a Fourier en Eros y Civilización como representante de esa tradición- o Breton –que le escribió una oda a Fourier-, pero Fourier ya mucho antes había criticado las posiciones que justificaban el sufrimiento como el cristianismo, el conservadurismo o el nihilismo.

63 Criticaba Fourier la estructura de la familia nuclear cristiana y capitalista, que juzgaba absurda económica y pasionalmente porque condenaba a la monotonía, al aburrimiento y al conformismo, y evitaba un mayor desarrollo de la personalidad posible en relaciones múltiples de duración diversa.

64 La vida del Falansterio fourierista es así una continua orgía del sentimiento intenso, una sociedad de amantes y salvajes entusiastas. La pasión es un impulso y necesidad a desarrollar, su desenfreno no es suicida pero un completo abandono a éstas solo podría realizarse en Armonía, en la civilización es peligroso. Y diferenciaba entre instancias pasionales armónicas y subversivas, unas no hieren a otros y las otras sí o los limitan. Afirmaba que en un entorno restrictivo de envidia y escasez de oportunidades se tiende al conflicto, pero en un estado de libre expresión de la personalidad y superación de esta escasez el conflicto se reduce o elimina.

65 Consideraba Fourier que la afinidad de los seres humanos por la virtud estaba totalmente pervertida por el trabajo y por la moral, ese enemigo mortal de tal “atracción apasionada”.

66 A lo largo de sus once disertaciones ya quedan plantadas asimismo las bases de la antroposofía, que presentará dos años después.
67 Este último produjo una obra que conjugaba visiones y conocía el mundo del ocultismo porteño. De allí el astrólogo de Los Siete Locos (además del Schultze de Marechal), místico, inventor, participante de sociedades secretas obsesionado por el poder, la tecnología…y no desprovisto de locura.

68 La hidroponía es un método de hacer crecer a las plantas usando soluciones nutrientes minerales, en agua, sin suelo agrícola. Las plantas pueden crecer con sus raíces solo en la solución mineral nutriente o en un medio inerte, una fórmula que hoy también se practica en el Delta.

1 comentario:

Luis Manteiga Pousa dijo...

Una persona, y personaje, muy interesante, Xul Solar. Gracias por el artículo.