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Dramatis Personae

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Filopolímata y explorador de vidas más poéticas, ha sido traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

martes, 2 de enero de 1996

Ensayo anónimo

Me pidieron que leyera un ensayo anónimo del MLA que parte de una premisa que no comparto y que es ésta: lo que sobrevive a las transformaciones es porque sirve a una necesidad humana básica. Debo confesar mi extrañeza al encontrarme con este vocabulario: "necesidad humana básica", en un ensayo de crítica literaria. A menos que hubiéramos llegado al punto en que la crítica literaria, en el clímax de su deseo, se considere a sí misma como tal necesidad. Pero, además, la metáfora funcionalista que está por detrás (en realidad, adelante) de esa premisa no puede ser sino compartida por quienes buscan justificar más que criticar lo existente.  Y siempre creí que la literatura era parte de lo agraciadamente inservible e insirviente. Aunque, seguramente, mi extemporánea apreciación no llena una "necesidad humana básica". También me parece ingenuo el intento de superar las limitaciones del lenguaje así como limitada su concepción de éste como medio de comunicación. Lacan o Wittgenstein algo más dijeron sobre el tema. Y lo que ya linda con lo hilarante: que los linguistas mantengan un punto de vista objetivo respecto a los materiales con que trabajan, es decir, con el lenguaje.

Tampoco creo que la relatividad cultural pueda ser "demostrada" con ninguna técnica. El descuido llega a su punto más alto cuando se considera al lenguaje como una de las marcas de distinción de lo humano, olvidando su existencia en el amplio reino animal.

No sé que son las "necesidades literarias" ni comparto las teorías de Taine o Marx sobre las "causas" de la literatura y del cambio en la literatura,  y si bien una obra literaria puede ser (y en muchas ocasiones es) un escape de la vida cotidiana, ello no elimina la base "existencial" de la escritura. Tal distancia entre vida y obra también es parte de la vida. Y toda literatura es, creo, en ese sentido, autobiográfica. Lo que no es "nosotros" es tal vez lo que mejor habla de "nosotros", ¿no se ha discutido ya bastante esto?

Comparto sí la idea tan vituperada hoy de una historia literaria universal y el rescate, la misma reaparición, de la palabra "estética". Comparto también la crítica a los excesos del análisis y de la terminología. Lo que antes era crítico y revolucionario hoy es normal y estupidizante. Creo que tenemos que asumir el riesgo de ser considerados "demodés" y evitar y denunciar aqeullo que se anquilosa, y recordar aquello que se olvida. Hoy nos encontramos con los excluídos de los excluídos. Utilizamos teóricos europeos para denigrar su tradición. Erigimos un nuevo discurso deslegitimador que no iguala democráticamente las visiones con su supuesto "relativismo" sino que desdeña con desprecio lo que considera "parte de la vieja crítica" (desdén injustificable en un marco "relativista").

Descreo de las protecciones especiales que acentúan las diferencias y los rencores y tribalizan el pensamiento y la sociedad. 

Siempre hay que luchar por la libertad. Cuando creemos que la tenemos se convierte en nuestra prisión. Hay que dinamitar la crítica pusilánime y recrear el estudio de la litertura. Creo en las obras maestras qeu no son el resultado de una conspiración de blancos heterosexuales exitosos en su marketing político. Creo firmemente que hay obras mejores que otras y uno no tiene que ser racista por creerlo. Y me inscribo en la tradición helénica: la belleza es sagrada y no necesita de mensajes morales. La literatura y la vida no pueden reducirse a una agenda política. Salvo que queramos terminar como la Academia Sueca. 

Hablando de Academia Sueca, les dejo un párrafo de Borges extraído de "Utopía de un hombre que está cansado":

"Casi nadie sabía la historia previa de esos entes platónicos, pero sí los más ínfimos pormenores del último congreso de pedagogos, la inminente ruptura de relaciones y los mensajes que los presidentes mandaban, elaborados por el secretario con la prudente imprecisión que era propia del género" (pág 54, Obras Completas, 1989).

No es necesario hacer ninguna analogía 

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