El viaje de los inmigrantes
Migración. Interna y externa. De allá para acá y de acá para allá. Porque la agricultura se hace imposible en la Puna. Entonces hay que irse a la ciudad y
“Las puertas de Castilla y la Mangachería están abiertas para los indios que emigran de la sierra y llegan a la ciudad hambrientos y atemorizados”8 .
Migración. En Lituma en los Andes matan a cada extranjero que llega al Perú. Migración. La “decisión psicológica, social y cultural más decisiva en la historia del país”9. Van donde no deben ir. Abren la cancha. No se casan con nadie. Negocian. Como Fujimori, viejo migrante. Quiere, como migrante, construir otro país. Pero no precisamente Suiza. Por lo menos no lo dice.
Estamos hablando de lo que cambia, no de lo que permanece. Y entonces hablamos de la migración.
Las primeras familias inmigrantes extranjeras se instalaron en las zonas costeras, fueron principalmente comerciantes, militantes obreros, algunos anarquistas, es decir: lo típico en los países latinoamericanos que recibieron inmigración extranjera. Muy pocos se instalaron en los Andes o en la Amazonia. Y algunos de los que lo hicieron se llevaron su rédito:
“...El Gobernador asiente: los que venían de afuera traían líos, capitán. La vez pasada habían sido unos extranjeros, unos ingleses, con el cuento de la botánica; se habían metido al monte y se llevaron semillas del árbol del caucho y undía el mundo se llenó de jebe salido de las colonias inglesas, más barato que el peruano y el brasileño, esa había sido la ruina de la Amazonía, capitán...”10
Entonces Lima recibe un doble movimiento migratorio: de ultramar y de provincias, por persecuciones, por precariedades de la existencia que generan otras persecuciones. Vallejo y Mariategui son expresiones de estas migraciones.11
A la vez, la migración también ha sido leída como un fundamento historico de lo que Carlos Franco llamó la “otra modernidad”, asentando también que
“No es posible definir lo ocurrido en la mente y el corazón de los migrantes sin indagar en el significado humano de sus experiencias de “abandono”, “partida” o “descubrimiento”; sin escrutar sus preferencias por el “pasado”, el “presente” o “el futuro”; sin internarse en los sentimientos de “lo conocido” y “lo desconocido”; sin confrontar el peso del “hábito” y la propensión al “cambio”, sus imágenes de “continuidad” y “progreso”.12
Es decir, sin filosofía. Sin una filosofía de la existencia y de la cultura que nos permita pensar a los inmigrantes americanos en europa y a los europeos en america. A los campesinos en la ciudad y a los -hoy rara avis- ciudadanos en el campo. ¿Cómo se sobrevive a la adaptación? ¿Qué es lo que se pierde? ¿Qué significa ser un migrante o un inmigrante? En su última novela póstuma, El zorro de arriba y el zorro de abajo , Arguedas pinta el desmembramiento de las comunidades indígenas a medida en que migran desde la sierra a la costa.
8. Mario Vargas Llosa, La casa verde. Seix Barral, Barcelona: 1967 (1965), p. 34
9. Carlos Ivan Degregori y Romeo Grompone, Elecciones 1990. Demonios y redentores en el nuevo Perú. Una tragedia en dos vueltas. Mínima IEP, Lima: 1991.
10. Mario Vargas Llosa, op. cit., p. 164-5.
11. Sobre este tema, José Guillermo Nugent, El laberinto de la choledad. Fund. Friedrich Ebert, Lima: 1992.
12. Carlos Franco, La otra modernidad. Imágenes de la sociedad peruana. Cedep, Lima: 1991.
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