Melancolía y muerte
Cuando Don Quijote empieza a percibir todas sus metamorfosis de fuga como inútiles empieza su melancolía. Don Quijote ya es lo alcanzado y atrapado. Ya no puede escaparse. Ya no se transforma. Todo lo que se intento es percibido como algo vano. Don Quijote se entrega a su destino y es como una presa. Su voluntad flaquea. Su último intento desesperado de convertirse en pastor ni él mismo lo cree demasiado. También Cervantes está cansado. Yo también. Usted, lector, sin duda. Nuestra melancolía ahora nos llega porque hemos dejado atrás la aporía. Porque el tiempo, ahora, transcurre.
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