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Dramatis Personae

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Cartógrafo cognitivo y filopolímata, traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

jueves, 8 de septiembre de 2005

Aporías, pícaros y amantes en Kafka

Aporías, pícaros y amantes en Kafka


8, 15, 22, 29 de Septiembre,
19:00 hs.
M T de Alvear 2230, Auditorio Subsuelo.
Organizado conjuntamente con la Secretaría de Cultura y Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Sociales de la U.B.A.
(Se extenderan certificados de asistencia)

Programa:

Todos necesitamos escapar de lo inescapable. Esto es lo que se llama una aporía: un camino impasable, un conflicto irresoluble entre retórica y pensamiento, una manera de pensar contra uno mismo, de traicionarse uno mismo. La aporía también ha sido definida como el momento de lo impronunciable, lo que tenemos que forzar para encontrar la salida cuando nos encontramos atrapados.
Entonces, ¿cómo desafiar nuestras propias imposibilidades históricas? Ese es el lugar del arte y un problema central para la filosofía política. Nos enfrentamos en Kafka a éticas de la astucia e historias de aprendizajes. La vida se vuelve un escenario de supervivencia sobre el cual actuar aprendiendo como sobrevivir al juicio.
Los pícaros encuentran la manera de diferir el conflicto a través de una infinita postergación y extensión de la mímesis y la trampa. La ironía nos libera del peso del tiempo y sus sentidos, hace que los opuestos circulen de manera que todo sea su opuesto, generando una aporía. La ironía es un cambio inesperado de dirección y una cura para el melancólico sí perdido. Se expande no sólo hasta la profunda desesperación de la lucha sino también hasta la desesperación más profunda de su abandono, cuando habla de las aventuras de almas vagabundas, dioses anticuados y dioses por venir. De esta manera, la ironía como la mayor “libertad” que puede ser alcanzada en un mundo sin Dios.
Estos textos nos llaman a resistir veredictos. Si vamos, en nuestro caso junto a la literatura, a resistir el veredicto, necesitamos un afuera y un adentro: un principio de resistencia. La experiencia de la aporía es la experiencia de una pasión sin fin, una resistencia infinita de lo imborrable, de aquellas cosas atrapadas que necesitan lo imposible, donde nace la nueva idea, idea con la cual Pablo agitó a los judíos alrededor del mundo. Este artificio, esta estrategia, busca un momento de libertad de decisión obtenida de una red de hechos previos. El dilema se impone en términos del lazo entre las estrategias y el libre impulso de las acciones. En estas historias podemos ver una clara relación entre las historias políticas de la verdad y la capacidad humana de construir un yo. La astucia les permite a estos personajes ir de los estados naturales de la sociedad a la política, cuando el creyente no cree más sino que imita las creencias. ¿Pero no es creer imitar? Necesitamos artificios culturales, aún cuando sean falsos, puesto que nos ayudan a eludir el suicidio o el asesinato: necesitamos ficciones para ser, para proyectar una “salida”, para perseguir el accidente, para pensar contra nosotros mismos, para administrar el azar, lograr lo imposible y luego ver las promesas. Pablo persigue a Jesús quien persigue a Pablo. Investigar, perseguir, es provocar un destino, y esto ocurre en Kafka, lanzándose a sí mismo hacia una salida. Tenemos entonces el problema de los límites de la acción, cuando somos torturados, en mundos de apuestas. Y por lo tanto es tiempo de apostar sabiendo que casi con certeza perderemos. Esta es una opción oscura, fracturada, fruto de una vida dañada cosechada en un momento cuando la aporía se acaba, cuando tenemos que elegir si queremos existir. Cuando el tiempo no está más detenido, cuando el instante se ha ido, es tiempo de dar un paso más allá. La voluntad es el último paso de la escalera. Exagerar, forzar una idea al punto de deformarla, acosarla, es quizás la única manera de “saltar” por fuera de la aporía.
La esperanza, la fe y la locura están juntas en las historias kafkianas. La fe más honda está destinada a convertirse en locura cuando los caminos que conducen al hogar trascendental se han vuelto impasables. En las culturas occidentales las conciencias crecientes han sido vistas como un peligro y una enfermedad; y los locos como bestias, niños y tontos, como soñadores y profetas atrapados por fuerzas demoníacas. No hay vuelta atrás al paraíso y al tiempo perdido. Si los únicos paraísos son los paraísos perdidos, hay una cercanía entre la pasión y las cosas perdidas que lleva a la confesión. Entonces estas historias son una broma, un yugo, una revolución, un espasmo de seres conmovidos en los cuales un tiempo perdido opera en el “espesor de las cosas”. ¿Cómo combinar la ironía con esta pasión? ¿Cómo conquistar lo imposible en los más intrincados laberintos?: Al final nos enfrentamos con un nuevo desacuerdo entre el arte y la historia, y debemos soportar esta falta de armonía así como soportamos las aporías.
Cada locura acarrea una tragedia y una salida de lo insoportable. Y esta no es una salida desesperada: es la salida de un esperanzado espíritu en expansión interna, con la calma necesaria para sobrevivir, la calma que invierte el atraso y la espera del poder persiguiendo al accidente.
La violencia y la tortura de las instituciones, las leyes, los límites, las academias, las autoridades, las teorías, los juicios, están presentes en Kafka como en la picaresca. Las academias y la ley son hogares de lo impersonal cuyas narrativas deben ser negadas, traicionadas.
Y nosotros precozmente siempre saltamos ese límite. Cada testimonio es tan precoz y arriesgado e impredecible como el amor, entregado en “sofocados jadeos” atravesando los límites. Quizás no hay otra salida. Como en el amor, el otro tiempo recordado, donde ocurren estallidos de descargas eléctricas y las entidades naturales se funden. El tiempo es lo opuesto del amor, el cual solo existe en un tiempo sin un pasado, un único tiempo huidizo. Estrategias políticas, ars amandi . Estrategia como arte para cuestionar la “libertad” de los eventos y las condiciones inexorables de una decisión. O la pasión persiguiendo un punto de estallido o un accidente. Pensando acerca de todo esto arribamos a la cosa imposible en sí misma que necesita una salida para respirar, el momento en que el sujeto se desconecta de la vigilancia para confesar, para dar testimonio de una verdad imposible. ¿Cuál es la relación entre pasión y cosas perdidas, confesión y pérdida? La confesión es un acto de habla. Y si la filosofía y las ciencias sociales pudieran continuar existiendo deberían tener en cuenta las vidas confesadas, a los sujetos de la espera que, de repente, inesperadamente, hablan.

Textos de Kafka
El castillo
El proceso
La metamorfosis
Informe para una academia
Ante la ley
(Y tal vez algún cuento más).


Bibliografía crítica recomendada
Blanchot, M. De Kafka a Kafka
Felman, S. Testimony
Deleuze, G. y F. Guattari. Kafka: hacia una literatura menor
Semprún, J. La escritura o la vida
Plonowska Ziarek, E. The rethoric of failure
Benjamin, W. “Franz Kakfa”
Borges, Jorge Luis “Kafka y sus precursores” 

Aporías, pícaros y amantes en Kafka