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Dramatis Personae

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Cartógrafo cognitivo y filopolímata, traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Enivrez-vous

Il faut être toujours ivre.
Tout est là:
c'est l'unique question.
Pour ne pas sentir
l'horrible fardeau du Temps
qui brise vos épaules
et vous penche vers la terre,
il faut vous enivrer sans trêve.
Mais de quoi?
De vin, de poésie, ou de vertu, à votre guise.
Mais enivrez-vous.
Et si quelquefois,
sur les marches d'un palais,
sur l'herbe verte d'un fossé,
dans la solitude morne de votre chambre,
vous vous réveillez,
l'ivresse déjà diminuée ou disparue,
demandez au vent,
à la vague,
à l'étoile,
à l'oiseau,
à l'horloge,
à tout ce qui fuit,
à tout ce qui gémit,
à tout ce qui roule,
à tout ce qui chante,
à tout ce qui parle,
demandez quelle heure il est;
et le vent,
la vague,
l'étoile,
l'oiseau,
l'horloge,
vous répondront:
"Il est l'heure de s'enivrer!
Pour n'être pas les esclaves martyrisés du Temps,
enivrez-vous;
enivrez-vous sans cesse!
De vin, de poésie ou de vertu, à votre guise."
Charles Baudelaire

sábado, 16 de septiembre de 2017

¿A dónde le llevaría una petición así?

"Él no es un refugiado, o mejor, aunque presentara una petición de asilo político en el Ministerio de Exteriores no se lo otorgarían. ¿Quién le tiene oprimido?, preguntarían en el Ministerio. ¿De que huye? Del aburrimiento, respondería. De la ignorancia. De la atrofia moral. De la vergüenza. ¿A dónde le llevaría una petición así?" 

J. M. Coetzee, Juventud.

Para acabar de una vez con el maltrato a la cultura

https://www.clarin.com/revista-enie/literatura/acabar-vez-maltrato-cultura_0_BJZlW4Pcb.html


Hijo de familia obrera católica y humildes abuelos irlandeses (un motivo irlandés, resalta el mismo autor, recorre todo el texto), monaguillo de niño y portero en un convento de carmelitas, este prominente crítico de la posmodernidad ha publicado un libro de tono a menudo irónico dieciséis años después de La idea de cultura (2000) y solo dos años después de La cultura y la muerte de Dios (2014).
Aburrido hace tiempo por la teoría –ver Después de la teoría–, Terry Eagleton ve a la cultura convertida en una forma de no hablar sobre el capitalismo y sacude los lugares comunes de los estudios culturales. Llama entonces a “hinchar” el concepto de cultura, luego de explorar la evolución de esta a lo largo de los dos últimos siglos y enlazar sus ideas con la de varios otros pensadores mientras censura su mercantilización y la atención prestada por sus estudiosos a la diferencia pero no a la justicia.
Si la cultura tiene muchas caras, Eagleton las aborda desde distintas perspectivas y en relación con las nociones de naturaleza, civilización y barbarie. Con la idea de la cultura como una suerte de inconsciente social examina la obra de Edmund Burke y Herder, y comenta las de T. S. Eliot y Raymond Williams, su maestro. Asimismo, le rinde homenaje a Oscar Wilde mientras se pregunta por qué la idea de cultura ha ocupado un lugar tan preponderante en tiempos considerados filisteos.
A la vez que la destaca como crítica del capitalismo industrial, examina el relativismo cultural en un libro que por momentos pareciera ser escrito con ese tipo especial de ligereza con la que se expresa quien ha trabajado fatigosamente un tema. La palabra “cultura” puede implicar muchas cosas distintas, nos muestra, a la vez que nos recuerda que consiste en atender y nutrir, que la diversidad es compatible con la jerarquía y no siempre es beneficiosa, que algunas diferencias merecen ser borradas, que la exclusión no tiene nada de malo, que algunos marginales deberían seguir siéndolo a cualquier precio y que se corre el peligro de extraer el dolor de la hibridez y la pluralidad. El colapso de las jerarquías culturales en su mayor parte es efecto de la forma mercancía, afirma, más que de un espíritu democrático.
La cultura, señala Eagleton, es al mismo tiempo mucho más y mucho menos consciente de sí misma que la mayoría de las cosas que hacemos. El poder político solo puede prosperar mediante la sensibilidad hacia ella, y si esta última se convierte en un instrumento de poder también es un ámbito en el que este puede disputarse, puede ser una forma de resistencia. Sin embargo, cree que su vínculo con la política se ha desgastado.
Terry Eagleton examina diversos temas de la teoría de la cultura, lo que esta fue considerada y lo que puede ser, y su marxismo le obliga a afirmar que si bien la cultura trasciende las condiciones materiales, son estas las que determinan hasta qué punto puede ser esto posible.
Nos recuerda las numerosas fuentes del concepto moderno de cultura y cree que si la literatura y las artes son indispensables, esto sería en buena medida porque son el medio en virtud del cual podemos sopesar en nuestras manos los valores fundamentales por los que debemos vivir, realizando una función semejante a la de la religión, aportando una solución imaginaria de los conflictos humanos.
Finalmente propone que si la cultura ha perdido su inocencia, si su noble ideal ha sido desmitificado, si se ha vuelto cómplice del poder, tal vez haya que devolverla a su lugar.

Cultura, Terry Eagleton. Taurus, 200 págs.



No bailo, no (Divididos)


 

domingo, 3 de septiembre de 2017

Sie trägt den Wind...

Sie trägt den Wind Où est-ce que elle le lève? Elle n’est-ce pas une élève Parce que elle s’éleve.
Vignt Vents lève tes vents ou mes lèvres peuvent le voir! Si le vent s’élève cuando te levantas Les hordes se lèvent Le soleil se lève (Et tout se lave sauf le Louvre…).
Leave it! Let le vent live! Let les lèvres vouloir le vol! (Les voleurs des yeux veulent s’élèver en vol).
Et vois… Qu’est-ce que vous me volez, mon vent? Ve comme les vents des voleurs se lèvent Et les élèves de la levée veulent volver
Vingt-Vents Vente-le, vuela sobre las velas Vuelve a velar la velada. Vela, vuela, levanta, lleva la llave del vent
Voilà le Vent! Voilà! Voilà! Voilà! Vois-là, aux vents qui valent! Voulez-vous vouloir, Voleur des yeux et des voies? Des voix, vols, bois? Voulez-vous, mon vent?
Il faut etre vaillant et valeux Dans ton val où tu voles. Je ne parle des valets mais de valeur pour faire des valises. Pour voler au bois, le voix du vent. Ah, mon vent! Comme vole ton vélo veloce! Je voudrais la veloutere Et luter avec son velue valvule!
Viens vent! Je veux te venger! Viens voir Venise! Viens veniler, vent ventral! Viens boire du vin du vent!
Viens, Vent vivant! Viens, Vingt-vents! Viens voire ma viole! Viens vite! Viens à vol d’oiseau! Viens vêler les volts, wired wind! Ne fais pas la volte, Vuelve, viento con volutes
Voulais-vous voyager Ou vous êtes vidant, Vignt Vents?
Ah, Voyeur vent! Voyeur tes yeux, les yeux du vent! Voilà le Vent! Voilà! Voilà! Voilà! Vois-là, aux vents qui valent! Voulez-vous vouloir, Voleur des yeux et des voies? Des voix, vols, bois? Voulez-vous, mon vent?
Sinon… ils vous levent vos lèvres. Et moi…je jette mes livres.
Lèvre-moi! Révèle-toi!
Je me rebelle, Sinon…ils vous lèvent levemente Der Wind, dein Wind, mein Wind.
Daniel Scarfo