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Dramatis Personae

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Cartógrafo cognitivo y filopolímata, traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

domingo, 29 de mayo de 2016

Vivir en el tiempo, no contra él (publicada el 29-5-2016 en Clarín bajo el título de "Todo lo deseamos, todo lo queremos experimentar" con algunas modificaciones)

Ars longa, vita brevis. Virgilio
The lyfe so short, the craft so long to lerne. Geoffrey Chaucer

Solemos vivir de una manera tal que perdemos momentos que podrían considerarse soberanos. Podríamos soñar con la experiencia utópica de un tiempo reducido a esos momentos que operan en el espesor de las cosas. Pero siempre terminamos separados de sus centros por la misma sustancia del tiempo.

Sin embargo, quizás podamos dar un paso más allá. A pesar de encontrarnos limitados y presionados por tiempos de incertidumbre, inseguridad y vulnerabilidad, podemos no perder la posibilidad de reflexionar sobre los modos de vivir en ellos y en la cultura. Porque si bien la cultura tiene un aspecto extremadamente dinámico también posee otro más estable. ¿Hacia dónde van ambos, dinámicos y estables cultura y tiempo? Esa es una pregunta que no deberíamos omitir como tampoco desconocer los límites de esos movimientos y de esa misma pregunta, del espacio de la cultura y del tiempo en una sociedad y un mundo que tampoco parece tener demasiado en claro hacia dónde va y cuál es el significado de esos continuos cambios. Pareciera no haber tiempo para pararse a pensarlo. Y menos aún tiempo para hacerlo sentados.

Desde que los estallidos lúdicos del dadaísmo, el surrealismo y el movimiento hippie nos trajeron en el siglo XX el juego como posibilidad libertaria de recuperar nuestro tiempo y la preeminencia del instante, se nos está reclamando otra ética y otras epistemologías. Vivimos como si fuéramos inmortales pero el tiempo es un recurso no renovable. Y en vez de ir hacia la prometida sociedad del tiempo abundante hemos llegado a la sociedad del tiempo siempre faltante y sin un destino que no sea el de su empleo para el cronófago consumo. La conexión permanente a internet a través de los celulares es hoy parte esencial del cambio cultural en marcha donde no pareciera ya haber “tiempo perdido” ni nadie esperando a Godot. Cuando Nietzsche le sugiere a Zaratustra “Mira ese instante”, esa contemplación era posible porque Zaratustra no tenía un Ipad.

Los antiguos griegos tenían tres dioses del tiempo: Cronos, que nos devora continuamente; Aión, el dios de una vida liberada de Cronos, tiempo del placer y del deseo cuando queremos que el instante dure para siempre; y Kairós, fugaz, que determina ese tiempo del instante, dios de la oportunidad vinculado al arte. Para despegarnos temporariamente de Cronos y estar en Aión precisamos acontecimientos que hagan aparecer lo eterno, resistir antientrópicamente a Cronos. Si hoy más que nunca el tiempo se nos aparece shakesperianamente desgarrado, hay instantes en que bailamos en la incertidumbre de un bello contacto con Kairós, con momentos de una vida que pareciera no morir. Y para eso es necesaria una paciencia que veneraron tanto Heráclito como Kafka.

Lo inesperado de ese acontecimiento es difícil y arduo. Borges también le cantó a la diversidad y profundidad de un instante cualquiera en la que el escurridizo Kairós nos permite experimentar la eternidad mientras dura, de Aión a Vinicius de Moraes. Para lograr esa otra relación con el tiempo es necesario lograr otra relación con el mundo y con la muerte. Si el enamorado se pierde en el tiempo, su voluntad es el último escalón. Cronos es lo opuesto del amor y es necesario estar siempre listos para resistir a ese dios y su entropía. La evolución es esa resistencia. Porque si huir de Cronos es en última instancia imposible, no lo es escaparse temporariamente de él y atravesar experiencias vitales que lo desorienten o distraigan.


En un mundo convertido en un enorme mercado de inevaluables ofertas, todo lo deseamos, todo queremos experimentar, y en ese despegar del anhelo muchas veces no somos conscientes del lugar y momento que habitamos y, por tanto, ni siquiera lo vivimos pues nuestra mente está en otro lugar: atrás, porque no se entiende lo que rápidamente pasó, o adelante, porque se teme lo que velozmente vendrá. Y sospechando que no nos controlamos ni conocemos a nosotros mismos, e incapaces de aceptarlo, muchas veces perdemos así el tiempo, la vida y su mismo sentido en los desiertos de una cultivada ansiedad. 

domingo, 22 de mayo de 2016

Describir y ofender

"Juzgo imposible describir las cosas contemporáneas sin ofender a muchos". 

                                                                                                                                 Maquiavelo

jueves, 19 de mayo de 2016

Ishmael

"Better sleep with a sober cannibal than a drunken Christian." 

                                                                                                   Ishmael, in Melville's Moby Dick 

miércoles, 18 de mayo de 2016

Melville

“Pero ahora dejo mi sistema cetológico aquí inacabado, así como fue dejada la Gran Catedral de Colonia...las pequeñas construcciones pueden ser finalizadas por sus primeros arquitectos; las grandiosas, las verdaderas, siempre dejan la última piedra para la posteridad. Sálveme Dios de completar algo alguna vez” (Moby Dick) 

"Mientras que de otros copistas legales yo podría escribir la vida entera, de Bartleby nada así puede hacerse. Yo creo que no existen materiales para una biografía completa y satisfactoria de este hombre. Es una pérdida irreparable para la literatura" (Bartleby, el escribiente) 

miércoles, 11 de mayo de 2016

For who would bear the whips and scorns of time...

"For who would bear the whips and scorns of time, Th' oppressor's wrong, the proud man's contumely, The pangs of dispriz'd love, the law's delay, The insolence of office, and the spurns That patient merit of th' unwoorthy takes, When he himself might his quietus make With a bare bodkin? Who would fardels bear, To grunt and sweat under a weary life, But that the dread of something after death, The undiscover'd country from whose bourn No traveller returns, puzzles the will, And makes us rather bear those ills we have Than fly to others that we know not of? Thus conscience does make cowards of us all, And thus the native hue of resolution Is siclied o'er with the pale cast of thought, And enterprises of great pitch and moment With this regard their currents turn awry, And lose the name of action."

                                                                                                                    Shakespeare

Forgive me this my virtue

Hamlet. -Forgive me this my virtue, For in the fatness of these pursy times Virtue itself of vice must pardon beg...

lunes, 9 de mayo de 2016

Hamlet bilingue

El Rey.-¿Qué sombras de tristezas son esas que te cubren siempre? Hamlet.-Al contrario, señor; estoy demasiado a la luz. 

Polonius. -What do you read, my lord? Hamlet. -Words, words, words.

                                                                                                               Shakespeare, Hamlet

miércoles, 4 de mayo de 2016

Revolución

Concuerdo con Theodor Adorno en que si bien el ciudadano medio desea un arte voluptuoso y una vida ascética, sería mejor lo contrario...Pero como parecía haberlo olvidado, una alumna californiana se lo recordó desnudándose frente a él en clase para explicarle en qué consistía la revolución.

martes, 3 de mayo de 2016

Todavía allí estamos

En el siglo XVI España estaba gobernada por hombres de una sola idea -el rey, la inquisición, los nobles, cardenales y obispos, todos dominados por una convicción: que el camino al cielo era a través de una puerta cuyas llaves ellos poseían. De allí venimos y en buena medida todavía allí estamos.