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Dramatis Personae

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Cartógrafo cognitivo y filopolímata, traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

viernes, 20 de mayo de 2022

Como una naranja

Muchas conversaciones me cubren de tristeza y me pongo así, melancólico como una naranja. Entonces abrazo mi guitarra y canto.

sábado, 14 de mayo de 2022

Ramos Otero


 


Hace un par de días encontré esta joya en la Feria del Libro. Y digo esta joya porque descubrí a este autor en Puerto Rico (en realidad, le debo el descubrimiento de este autor a Rubén Ríos Ávila, quien me lo presentó en 1992 o 1993...) y fue tal vez el escritor boricua que más me interesó. Y nunca había conseguido encontrar un libro con sus cuentos. Ya me había olvidado incluso que lo buscaba. Hermosa y extraña sensación la de encontrar sorpresivamente algo que uno tenía olvidado que en su momento había buscado tanto.

sábado, 7 de mayo de 2022

Un paciente en disminución

El señor Ga había sido tan asiduo, dócil y prolongado paciente del doctor Terapéutica que ahora ya era sólo un pie. Extirpados sucesivamente los dientes, las amígdalas, el estómago, un riñón, un pulmón, el bazo, el colon, ahora llegaba el valet del señor Ga a llamar al doctor Terapéutica para que atendiera al pie del señor Ga que lo mandaba llamar.

El doctor Terapéutica examinó detenidamente el pie y "meneando con grave modo" la cabeza, resolvió: "Hay demasiado pie, con razón se siente mal: le trazaré el corte necesario a un cirujano".
De "Continuación de la nada", de Macedonio Fernández

domingo, 1 de mayo de 2022

Amor, vida y muerte

 "El terror de la nada, del no existir, hace aferrarse desesperadamente a la vida. Pero lo paradójico es que la existencia solo tiene sentido en relación con lo que no es individual, con el llamado mundo externo. La más intensa sensación de existir está dada por el amor, y en éste, el individuo tiende a perderse, a evadirse de sí mismo para fundirse con el otro. En esa pérdida de la individualidad reside la afirmación de la existencia. La cobardía es triste, porque al reducirlo a sí mismo, al apartarlo de todo, niega la existencia. Para los que realmente sienten intensamente la existencia, la muerte adquiere la categoría de la más alta voluptuosidad, una voluptuosidad equiparable a la del amor (...)"

Aldo Pellegrini