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Dramatis Personae

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Cartógrafo cognitivo y filopolímata, traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

domingo, 8 de octubre de 1995

Elías Canetti: Masa y Poder

Todo sucede dentro de un solo cuerpo que ansía crecer, descargar, destruir, explotar. La masa es una fortaleza sitiada, paranoica, religiosamente domesticada, en donde reina la igualdad absoluta entre quienes aman su propia densidad y sus metas, rítmicamente, en la penumbra, persiguiendo o huyendo, en las fiestas y los cementerios, y en sus propios símbolos: el fuego, el mar, la lluvia, el río, la selva, el trigo, el viento, la arena y los montones.
También describe Canetti lo que llama las mutas de caza y de guerra. Todos estamos allí, asesinos a escondidas, lamentadores multiplicantes en busca de una comunión interna y silenciosa en medio de la guerra, con religiones que suprimen las distancias obligadas, lentamente. Las naciones y, por tanto, la Argentina entre ellas, tienen sus propios símbolos de masa: los ingleses, el mar; los holandeses, el dique; los alemanes, el ejército o, lo que es lo mismo, el bosque en marcha; los franceses, la revolución; los suizos, las montañas; los españoles, el matador; los italianos no lo tienen a fuerza de querer imponerse uno; los judíos, la muchedumbre que cruza años y años por el desierto.
Las masas son inflacionarias, con el placer voluptuoso del número que crece de golpe, devaluando, en algunos casos para llegar a la autodestrucción. Asir, incorporar, manías destructivas y supervivientes pasionales, poderosos que se salvan y aversión de los poderosos a los que se salvan, a la sucesión. Los muertos también peuden ser supervivientes de masas que cayeron en epidemias, batallas, suicidios masivos.
Fuerza y poder. Rapidez de dar alcance o de agarrar. El secreto diluído en las democracias en las que todo se va en palabrerío. Nos place enjuiciar, huir en masas palpitantes a la espera de órdenes, de caballos, de flechas, de emasculaciones religiosas, esquizofrénicos, trozos desprendidos de masa, signos del comportamiento colectivo y del poder.

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