Mientras que Lugones deseaba fijar la identidad argentina en
el pasado, Borges tenía una visión dinámica de la nacionalidad y nos urgía,
como Sarmiento, a mirar hacia el futuro. Añoraba, sin embargo, el coraje de sus
antepasados del que supuestamente carecía.
En “La redención”, un cuento que escribió en 1948 y que luego se
recopilaría con otro nombre, Pedro Damián vive la vergüenza de haber sido
cobarde en batalla cuarenta años atrás. Pero los recuerdos de los sobrevivientes
de esa batalla han cambiado y recuerdan ahora
a Damián como el héroe que él había querido ser. Y en su propio sueño –quién
diría que no lo es convertirse en Papa para un cardenal- muere como héroe.
Podría leerse la declaración de Pérez Esquivel de la falta de coraje de
Bergoglio en esta misma clave. O de como
otro cuento de Borges “La escritura del Dios”, una historia de liberación, se
convirtió en otra de resignación. El
Papa Francisco, ávido lector de Borges, conoce seguramente estos relatos. Aquellos
que creen en la razón pero no dejan de pensar en la piedad pueden estar
contentos de que haya elegido el nombre de Francisco. Porque no hay cambio
humano importante que no pase por el corazón, por la empatía con los otros
seres vivos, por nuestra capacidad –tan cara a la literatura- de ponernos en la
piel del otro.
Del nacionalismo lugoniano y su meta de una sociedad conducida por un
caudillo supremo se apropió el peronismo. Sus principios rectores derivarían de
la doctrina social católica y los valores criollos tradicionales. Pero luego
llegó la pelea con la Iglesia. Poco quedaría de la potencial herencia política
y cultural del criollismo ilustrado de Borges, de la que se apropió la
“libertadora”. Quizás el gobierno de
Alfonsín fue el último intento digno de continuidad con esa visión
“cosmopolita” e ilustrada. Con el
advenimiento de Francisco, el nacionalismo católico peronista podría volver
recobrar fuerzas frente al nacionalismo de la izquierda peronista. Historias de
pecadores y pícaros locales. El escritor argentino y su tradición no parecen
tener herencia visible sino a través de sus mejores personajes.