La mariposa y la guitarra
Crepuscular, aún pena una guitarra.
Vagabunda,
ha perdido la historia.
Solo en la fantasía rejuvenece,
y entonces titubean sus notas
como modo de existencia
sin hogar ni destino,
sin saber a dónde las lleva
su negra boca.
Hoy una frágil mariposa se posó en su puente,
y el tiempo del horror se aceleró.
(por lo que no puede ni debe pensar, algo que le gustaba mucho hacer).
El insecto busca un hogar,
para sus libros y su madre.
Y esa boca es tentadora.
Pero extranjero,
de casas quijotescas y volantes,
lleva en sus alas la belleza de un mundo que,
transformado,
ya no lo quiere.
Así lo chupará,
sin asco alguno,
ese agujero negro.
Daniel Scarfo
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