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Dramatis Personae

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Filopolímata y explorador de vidas más poéticas, ha sido traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura Comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

jueves, 23 de febrero de 2017

La forma y el conocimiento

La falta de conocimiento de la forma vuelve todo un misterio insondable; el exceso de forma vuelve al mundo igualmente difícil de conocer.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Por cuatro días locos que vamos a vivir ("Rebeldías que dignifiquen la política")

(Publicada en Clarín en el enlace siguiente como "Rebeldías que dignifiquen la política"
http://www.clarin.com/opinion/rebeldias-dignifican-politica_0_BJaihxSte.html

En los últimos años hemos sufrido un proceso de embrutecimiento educativo, la promoción una cultura del desprecio y de las ventajas de la la simulación. Para poder contrarrestarlo es preciso hurgar en esas penurias de lo humano a la manera en que lo hicieran oportunamente desde Aristófanes hasta Martínez Estrada.
Necesitamos hombres en rebeldía, como los llamó Camus, argentinas que ensayen formas superiores de vida, y no los falsarios del infierno dantesco de rufianes y aduladores. ¿Pero cómo hacer para que que el rechazo de espurios pactos no nos condene también a un fracaso y destierro? Nuestra historia está llena de esos ejemplos. Necesitamos de aquellos que se sienten extranjeros su tierra, idealistas desacomodadas frente al cinismo, el histrionismo, el caciquismo y el resentimiento. Pero acostumbrados al contrabando desde los tiempos del virreinato, ¿cómo hacer para no transigir? El populismo como hipertrofia burocrático-autoritaria del gangsterismo, territorio de dádivas y sobornos, entronca con una historia colonial disimulada en un andamiaje democrático-republicano.
Sarmiento murió en Paraguay, en una habitación de madera. No había lugar ni dentro ni fuera del país para él. Había actuado contra los intereses de los políticos y no los pudo atacar desde el gobierno porque “eran” el gobierno. Borges eligió morir y descansar en Suiza. ¿Dónde están los herederos de su civilidad? Poco quedó de esas prácticas políticas y culturales. Queda por ver si esa tradición cosmopolita sobrevivirá, amenazada hoy en el mundo, aquella que cree que la propia cultura se enriquece preguntándose sobre sí misma, alimentándose de civilizaciones diferentes. Las herencias republicana y liberal, los valores de lo sagrado y de la ilustración, no son incompatibles. Pero es importante que cada uno de nosotros se pregunte qué tipo de vida llevará adelante si creemos que ellos están siempre bajo amenaza.
Otra opción es no preguntarse nada. No todos los relatos que evocan el mundo testimonian un deseo por comprenderlo mejor y representarlo en su riqueza. Muchos de ellos narran simplemente que somos o los más fuertes o víctimas inocentes que merecen reparación. Sin embargo, desde la Ilíada existe otra mirada que no divide así el mundo. Difícil continuar con esas otras lecturas en tiempos de pobreza cultural, sentimental e intelectual. No habrá sin embargo otro país si no conseguimos enriquecer esa mirada con políticas consistentes con ella, marginamos a quienes las promueven y nos conformamos enfermizamente con quienes servilmente nos adulan y maltratan, nos pagan y cobran, nos seducen y nos rechazan, nos acomodan y nos incomodan, en tiempos de acoso moral. Difícil que eso ocurra si no tenemos un buen diagnóstico sobre el mal que nos aqueja. Difícil que querramos atender a ese diagnóstico “por cuatro días locos que vamos a vivir”, una canción que ha dicho más sobre nosotros que lo que hemos querido escuchar al bailarla. 

viernes, 17 de febrero de 2017

What you do still betters what is done

What you do, Still betters what is done. When yhou speak, sweet, I'd have you do it ever: when you sing, I'd have you buy and sell so, so give alms, Pray so, and, for the ord'ring your affairs, To sing them too: when you do dance, I wish you A wave o'the sea, that you might ever do Nothing but that, move still, still so, And own no other function. Each your doing, So singular in each particular, Crowns what you are doing, in the present deeds, That all your acts are queens. 

                                                                                                           Shakespeare's The Winter's Tale

lunes, 13 de febrero de 2017

Afortunadamente, no concluye aquí el mundo

"You common cry of curs! whose breath I hate As reek o'th'rotten fens, whose loves I prize As the dead carcasses of unburied men That do corrrupt my air: I banish you! And here remain with our uncertainty! Let every feeble rumour shake your hearts! Your enemies, with nodding of their plumes, Fan you into despair! Have the power still To banish your defenders, till at length Your ignorance -which finds not till it feels, Making but reservation of yourselves, Still your own foes -deliver you as most Abated captives to some nation That won you without blows! Despising For you the city, thus I turn my back, There is a world elsewhere!" 
                                                                                                   Shakespeare's Coriolanus 


"Jauría suelta, cuyo soplo detesto tanto como las emanaciones pútridas de un pantano pestilente y cuyo amor estimo en igual precio que los cadáveres insepultos que inficionan el aire que respiro, yo soy quien os destierra. Quedaos aquí, para ser víctimas de vuestra inconstancia. ¡Que el menor ruido haga estremecer vuestros espíritus! ¡Que no puedan vuestros enemigos dar un paso sin que el balanceo de sus penachos os hunda en la desesperación! Conservad el poder de desterrar a vuestros defensores, hasta que al fin vuestra ignorancia (que tiene necesidad de tocar con el dedo para comprender), volviéndose contra vosotros mismos, os entregue envilecidos y cautivos a merced de un vencedor que os habrá conquistado sin combatir. Objetos de mi desprecio, vuelvo la espalda a la ciudad. Afortunadamente, no concluye aquí el mundo"

                                                                                               Coroliano, Shakespeare.

El aire que pasa

Necesito -entre otras cosas- entusiasmarme con algo. Entonces a veces me aferro al aire que pasa...