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Dramatis Personae

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Cartógrafo cognitivo y filopolímata, traductor, escritor, editor, director de museos, músico, cantante, tenista y bailarín de tango danzando cosmopolita entre las ciencias y las humanidades. Doctor en Filosofía (Spanish and Portuguese, Yale University) y Licenciado y Profesor en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Estudió asimismo Literatura comparada en la Universidad de Puerto Rico y Estudios Portugueses en la Universidad de Lisboa. Vivió también en Brasil y enseñó en universidades de Argentina, Canadá y E.E.U.U.

domingo, 27 de diciembre de 1992

Pierre Menard y la recepción III

            "Tu dios no me habla, quiere callar.

            Porque me matas si no comprendo.

            Tu libro no habla, no quiere hablar."

                                                            (Victor Heredia: Taky Ongoy)

           

            El lector: organizador de la comunicación de sentido y de las formas de esa comunicación. La literatura imbrincada con la capacidad de lectura. Hay práctica social en lo leído y literatura en la cotidianeidad.

            Hoy (en realidad hace ya bastante tiempo) recuperamos al lector. ¿Por qué? Borges y Lacan militaron por ello, por la degradación de la palabra emitida. También porque la existencia de una cierta incertidumbre sobre el sentido es señal de (¿diré la palabra?)... democracia. Foucault está entre nosotros, evidentemente. Leer recrea sentidos al ser el lector también un texto. Tiene un lugar y un derecho defendidos por Jauss a pesar de los malentendidos creativos (o gracias a ellos).

            Quien lee, crea conocimiento de todo tipo acorde a las diferentes clases de lectura existentes en una comunidad. La infinitud del tiempo privado de la lectura hace de esta actividad algo más intelectual y lúdico que la escritura. Lo que estoy escribiendo es solo una forma de leer las páginas escritas por Borges en "Pierre Menard". 

            Leer comienza a ser escribir: escribo el texto que leo, destruyo paternidades unívocas. Leer, como propone Caetano Veloso en una canción, en un meeting  creativo: "capte-me, rapte-me, adapt-me, it's up to me, camaleão", o con el procedimiento de "doble captura" de Deleuze o "doble robo". Ni el autor es un pedazo del lector, ni él es uno, ni el otro es uno ni si mismo, ni los dos son uno. No puedes culparme, Malena: el vacío no se llena con repeticiones, con estereotipos. Soy prisionero de un imaginario y soy un pedazo tuyo. Pero puedes moverte entre y a través de los flujos de producción, de las "líneas de fuga o de variación" de Guattari: inevitablemente lo haces, produces historia. ¿Quienes son los Pierre Menard que cada lectura encuentra sino pedazos de uno mismo? Pluralidad de sentidos. Lectura es siempre lectura de diferencias, expresión de una praxis. Relectura es además peligro, obtención de otros textos que son los mismos.

            Sería interesante, tal vez, no sé, quizá, o sea, leer sobre la base de degradar lo que se lee y como se lo lee, así como enseñar sobre la base de degradar lo que se enseña para, como el río (¡que metáfora degradada!) vernos reflejados a nosotros mismos y a nuestra humana conciencia vagabunda en lo irreversible. Pero, y aquí tocando tierra, sin abandonos y olvidos. Leer irresponsablemente como Menocchio, el molinero retratado por Carlo Ginzburg en "El Queso y los gusanos". Leer irresponsablemente, o sino, callar...es decir, leer. L'enfer c'est la lecture. No se puede huir de ella. Es como respirar. O peor, porque no se puede contener la lectura.

            Pero lo más hermoso de todo esto son esas líneas de Proust citadas por Grosman:

            "The only true voyage of discovery, the only fountain of Eternal Youth, would be not to visit strange lands but to possess oher eyes, to behold the universe through the eyes of another, of a hundred others, to behold the hundred universes that each of them beholds, that each of them is and this we can conrive with an Elstir, with a Vinteuil; with men like these we do really fly from star to star".  ¡Cjác! (1)


[1]Interjección emitida por una persona superada  por algún acontecimiento o discurso sublime. Es propia de espíritus trastocados y aparece acompañada con sensaciones de ahogo y estrechamiento del pecho.

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