Los ojos enormes, los dientes blancos, la sonrisa, jamás le había sido concedido a Martín avizorar la desmesurada fuerza ni la ira inmoderada, la furia a veces intermitente pero jamás exhausta.
El Motú, con el plumaje cada vez más oscuro, decide dedicar una importante investigación filosófico-radial al origen y naturaleza del entusiasmo. Era, sin duda, una trampa, porque el Motú no había creído nunca en el progreso. A pesar de ello, bien sabía que sólo se ejerce una fuerte acción sobre los individuos apelando a sus pasiones o a sus intereses, no a su inteligencia. Y se dan aún casos en que la náusea se mezcla a la fascinación. Cuando esto ocurre, las fachadas presentan suaves colores, cálidos y dulces, del ocre al crema o al rosado, del verde al azul ultramar. El color era un elemento importante para Seiji quien, en su mediocridad artística, con las limitadas armas que poseía, combatía tibiamente el efecto depresivo provocado por la inmensa blancura de la nieve durante los largos meses de invierno.
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